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Editorial: Honrar la vida, en paz y armonía -->

Editorial: Honrar la vida, en paz y armonía

Durante estos días que van quedando de diciembre es común escuchar frases recurrentes como “el año se pasó volando”. Tenemos una sensación extraña del transcurso del tiempo. Para muchos el “día a día” se hace difícil y les cuesta remontar esas 24 horas. Posiblemente esperan que mañana sea más llevadero. Sueñan o anhelan conseguir mañana lo que hoy se les negó. Igualmente, llegando a estas fechas festivas, sienten que no les pesó cada día que transcurrieron esperando que llegara el mañana.

Ya casi hemos dejado de usar esos típicos calendarios que traían los 365 días del año uno en cada hojita cuadrada, con números bien grandes y en el revés el santoral correspondiente a la fecha. Entonces cada día que pasaba se arrancaba la hoja correspondiente. Ese acto físico, material, de arrancar una hoja y tirarla, nos hacía un poco más conscientes de que un día terminó. Y si por casualidad o desidia, no vaciábamos el papelero durante un tiempo, comprobábamos cuántos días habían pasado y sus restos estaban silenciosos y arrugados en el cesto de la basura.

Al llegar a fin de año reflexionamos. Tomamos conciencia del tiempo transcurrido y que pronto el almanaque tendrá nuevos números. Sería casi imprescindible aceptar que cada uno de esos nuevos números realmente significan un nuevo desafío, cada día abre la maravillosa posibilidad de superarnos, de ser mejores que ayer… y jamás resignarnos a botar el papelito del ayer al cesto de la basura.

No se trata, como dice la canción de “permanecer y transcurrir…” Sino de honrar la vida.

Correveidile, nuestro periódico, nació hace 17 años y este será el Nº 187. Y no podríamos decir “parece que fue ayer” cuando apareció el Nº 1.

Cada número editado, cada noticia, cada foto, cada novedad de nuestro pueblo, fue realizada por un grupo pequeño y empeñoso de personas que puso mucho amor y esperanzas en su trabajo. Seguro que no fue fácil, pero apostamos siempre al porvenir, por más incierto que este fuera. Y aquí estamos, sin conformarnos con permanecer, perdurar ni transcurrir. Por el contrario, pese a las habituales penurias que todos padecemos, seguimos plenos de ilusiones y esperanzas con la labor que realizamos.

También es recurrente, en esta época, el intento de hacer una especie de “balance” de lo que pasó durante el año. Lo que hicimos y lo que dejamos de hacer, lo que nos propusimos y logramos o fracasamos en el intento. Si nos sentimos mejores personas que ayer o nos estamos abandonando. En fin, cada uno sabe qué fichas debe poner en el “deber o en el haber”.

Por nuestra parte siempre preferimos el optimismo a la desazón. Reclamamos siempre por las promesas incumplidas y alentamos y aplaudimos cada obra de bien realizada para la comunidad de Chacras de Coria. Preferimos el diálogo y la participación antes que la confrontación y el autoritarismo. Y, por sobre todo, no nos faltarán las energías para continuar con la humilde y maravillosa tarea de seguir siendo “la voz de Chacras”. Sin dudas, sin el permanente apoyo de nuestros lectores y de nuestros anunciantes, esto no sería posible. ¡Gracias totales! a todos ellos, al decir del Gran Ceratti. Y recuerden, no es sólo permanecer y perdurar, sino de honrar la vida. Felicidades y buen 2018 para todo el mundo. Que la Paz y la Armonía reine en los corazones de los habitantes de este suelo, que buena falta nos hace.

Durante estos días que van quedando de diciembre es común escuchar frases recurrentes como “el año se pasó volando”. Tenemos una sensación extraña del transcurso del tiempo. Para muchos el “día a día” se hace difícil y les cuesta remontar esas 24 horas. Posiblemente esperan que mañana sea más llevadero. Sueñan o anhelan conseguir mañana lo que hoy se les negó. Igualmente, llegando a estas fechas festivas, sienten que no les pesó cada día que transcurrieron esperando que llegara el mañana.

Ya casi hemos dejado de usar esos típicos calendarios que traían los 365 días del año uno en cada hojita cuadrada, con números bien grandes y en el revés el santoral correspondiente a la fecha.

Entonces cada día que pasaba se arrancaba la hoja correspondiente. Ese acto físico, material, de arrancar una hoja y tirarla, nos hacía un poco más conscientes de que un día terminó. Y si por casualidad o desidia, no vaciábamos el papelero durante un tiempo, comprobábamos cuántos días habían pasado y sus restos estaban silenciosos y arrugados en el cesto de la basura.

Al llegar a fin de año reflexionamos. Tomamos conciencia del tiempo transcurrido y que pronto el almanaque tendrá nuevos números. Sería casi imprescindible aceptar que cada uno de esos nuevos números realmente significan un nuevo desafío, cada día abre la maravillosa posibilidad de superarnos, de ser mejores que ayer… y jamás resignarnos a botar el papelito del ayer al cesto de la basura.

No se trata, como dice la canción de “permanecer y transcurrir…” Sino de honrar la vida.
Correveidile, nuestro periódico, nació hace 17 años y este será el Nº 187. Y no podríamos decir “parece que fue ayer” cuando apareció el Nº 1.

Cada número editado, cada noticia, cada foto, cada novedad de nuestro pueblo, fue realizada por un grupo pequeño y empeñoso de personas que puso mucho amor y esperanzas en su trabajo. Seguro que no fue fácil, pero apostamos siempre al porvenir, por más incierto que este fuera. Y aquí estamos, sin conformarnos con permanecer, perdurar ni transcurrir. Por el contrario, pese a las habituales penurias que todos padecemos, seguimos plenos de ilusiones y esperanzas con la labor que realizamos.

También es recurrente, en esta época, el intento de hacer una especie de “balance” de lo que pasó durante el año. Lo que hicimos y lo que dejamos de hacer, lo que nos propusimos y logramos o fracasamos en el intento. Si nos sentimos mejores personas que ayer o nos estamos abandonando. En fin, cada uno sabe qué fichas debe poner en el “deber o en el haber”.

Por nuestra parte siempre preferimos el optimismo a la desazón. Reclamamos siempre por las promesas incumplidas y alentamos y aplaudimos cada obra de bien realizada para la comunidad de Chacras de Coria. Preferimos el diálogo y la participación antes que la confrontación y el autoritarismo.

Y, por sobre todo, no nos faltarán las energías para continuar con la humilde y maravillosa tarea de seguir siendo “la voz de Chacras”. Sin dudas, sin el permanente apoyo de nuestros lectores y de nuestros anunciantes, esto no sería posible. ¡Gracias totales! a todos ellos, al decir del Gran Ceratti. Y recuerden, no es sólo permanecer y perdurar, sino de honrar la vida. Felicidades y buen 2018 para todo el mundo. Que la Paz y la Armonía reine en los corazones de los habitantes de este suelo, que buena falta nos hace.

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Editorial: ¿Por qué festejamos Halloween? -->

Editorial: ¿Por qué festejamos Halloween?

Si se investiga un poco sobre el origen de las festividades populares argentinas se comprueba que casi todas tienen una mezcla de religiosidad popular y paganismo. Las tradiciones populares nunca tienen una fecha histórica originaria. Se van construyendo paulatinamente y a fuerza de su reiteración se instalan en el inconsciente colectivo de una comunidad.
En el norte andino argentino -también en Bolivia y Perú- es tradicional la fiesta de la Pachamama. Se agradece a la ‘madre tierra’ y a la vez se le pide para que los frutos que ella brinda nunca falten. La Pachamama es una deidad de los pueblos quechua y aymaras. La fiesta es un ritual religioso en el cual se ofrendan a la tierra distintos elementos como hojas de coca, chicha, tabaco, algún animal sacrificado, etc. En verdad, lo que este rito significa es la fecundación de la Tierra para que continúe brindando al pueblo los frutos necesarios para su sustento. Si bien no hay una fecha predeterminada para el festejo, generalmente se realiza los primeros días de agosto. Esta fecha tiene relación con el fin de la cosecha y el comienzo de otro ciclo productivo. A la vez hay una especie de reconocimiento católico a esta festividad introducido por los conquistadores españoles. Tal la Virgen de Copacabana en Bolivia que se celebra el 5 de Agosto.
Son muchas las fiestas ancestrales argentinas. En el sur andino se celebra el ngillatún, fiesta popular de los mapuches que también tiene sentido religioso. Incluso las fiestas populares de Mendoza la religión y lo pagano se mezclan. Por ejemplo, en las Lagunas del Rosario y en la Asunción de Lavalle -territorio de los originarios huarpes se recuerda a la Virgen con procesión y misas durante el día. Pero durante la noche el festejo popular pasa por la música, el baile, la comida y la bebida.
Ninguno de estos festejos populares tiene marketing ni extensos programas televisivos -salvo algún documental-. Pasan desapercibidos por los supermercados, las tiendas y las promociones en TV. A ningún comerciante le interesa porque no les da rédito económico.
Hace poco más de una década comenzó a instalarse en nuestro país y en Mendoza el festejo de Halloween, totalmente ajeno y extraño a las tradiciones populares argentinas. Esta fiesta, también conocida como Noche de Brujas o Noche de Muertos, es de origen celta conocida como Samaín. Fundamentalmente se celebra en el mundo anglosajón la noche del 31 de octubre, víspera de la festividad cristiana del Día de todos los santos. Se trata de un festejo secular, aunque algunos consideran que tiene un trasfondo religioso. Las actividades típicas de Halloween son el famoso truco o trato y las fiestas de disfraces, las hogueras y compartir películas de terror. Esta fiesta moderna, traccionada por la publicidad cada vez tiene más adeptos en nuestra provincia. En muchos barrios, la noche del 31 de octubre salen grupitos de niños a tocar timbre en las casas, disfrazados y repitiendo la consiga Truco o Trato. Sin entender absolutamente nada del significado de lo que hacen tal vez bajo la influencia de los medios y con la anuencia de sus padres, sólo buscan, inocentemente, un puñado de caramelos.
Es triste que paulatinamente, se dejen de lado las tradiciones más puras y den lugar a estas extravagancias que nada tienen que ver con nuestra idiosincrasia.

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Editorial: Votemos conscientemente -->

Editorial: Votemos conscientemente

El próximo 22 de octubre nuevamente tendremos la posibilidad de concurrir a votar para elegir democráticamente nuevas autoridades. Estas elecciones, llamadas de medio término, ya que se realizan a la mitad del mandato del Poder Ejecutivo, o sea cada dos años, son para elegir autoridades legislativas: diputados, senadores y concejales.

Tal vez por ser el argentino un régimen fundamentalmente presidencialista, estas elecciones legislativas no despiertan mucho interés en la población. De hecho, algunas encuestas realizadas muestran que más del 48% de la ciudadanía no sabe qué se elige en octubre. Veamos: se renueva la mitad de la Cámara de Diputados: 127, y un tercio de la Cámara de Senadores: 24. Además en 15 distritos -provincias- se renuevan cargos provinciales y municipales. En Mendoza elegimos 24 diputados, 19 senadores y cinco diputados nacionales.

Es manifiesto el desinterés general de la población en informarse no sólo acerca de qué se vota y sino también a quién y por qué votarlo. Es probable que la dirigencia política tenga bastante responsabilidad en esto. No conocemos fehacientemente ninguna plataforma o programa bien definido y concreto de los candidatos que se postulan. En plena campaña electoral sólo escuchamos repetidos y hasta cansadores slogans que pretenden ser propuestas electorales. Además, parece que lo importante para la dirigencia política no es proponer ni debatir ideas y proyectos, sino inaugurar obras públicas pagadas por el pueblo para hacer alarde de eficiencia en la gestión. Las obras públicas municipales o provinciales no son un regalo para la gente. Es obligación del Estado hacerlas ya que se financian con el erario público.

Otro fenómeno cada vez más notorio es la campaña (lo correcto sería llamarla publicidad política, ya que se maneja con clara intención de vender) que los partidos políticos realizan a través de las distintas redes sociales. Lo preocupante es la falta de ideas y propuestas para que el ciudadano esté cabalmente informado al momento de elegir.

Nunca, durante la vida constitucional argentina, es decir desde 1853 hasta hoy, tuvimos 34 años ininterrumpidos de democracia. Más de dos generaciones de argentinos nacieron bajo el paño de la democracia y para ellos resulta natural que se puedan elegir autoridades gubernativas y esta naturalidad le puede quitar un poco de relevancia a la magnífica posibilidad de poder votar. Las personas de más de cuarenta años, que tienen memoria, saben que en nuestro país costó mucho lograr una democracia estable y conciben la importancia del sufragio desde otra perspectiva. No es lo mismo vivir bajo un régimen dictatorial que disfrutar de las libertades que nos brinda un estado democrático.

Desde esta columna editorial siempre hemos bregado por un voto responsable, consciente y meditado. No se trata de votar en contra de alguien, sino en pos de una idea política de la cual estemos convencidos. Esperemos que los dirigentes políticos que hoy se candidatean sepan o se animen a explicar por qué ideas o propuestas debería el ciudadano.

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Editorial: En el Día del Maestro -->

Editorial: En el Día del Maestro

La escuela como institución, desde sus orígenes, tuvo claramente una función conservadora. Su primordial función fue la de transmitir los valores y creencias fundamentales de la sociedad y su época. El Estado se hizo cargo de la educación pública en todos sus niveles garantizando su gratuidad y libre acceso. Durante años las currículas permanecieron inalteradas. Muchas generaciones de padres e hijos aprendieron prácticamente los mismos contenidos. Los textos escolares no se renovaban, como hoy, en forma vertiginosa.

Hasta los años 70 los docentes de primaria egresaban de las Escuelas Normales con el título de Maestro Normal Nacional. Básicamente era una secundaria con orientación docente. Esos maestros fueron los que educaron a prácticamente todos los argentinos que hoy tienen 45 años o más. Las vocaciones docentes eran su gran mayoría femeninas. La escuela era nuestro segundo hogar y la maestra la segunda mamá. En esos años no era común encontrar a un varón ejerciendo de maestro en una escuela primaria. Una fuerte concepción machista de la sociedad, tácitamente aceptada por todos, asignó el rol docente a la mujer.

Esto ayuda a explicar por qué los salarios de los maestros fueran históricamente siempre muy bajos. El sueldo de la maestra era considerado sólo un complemento para colaborar con el jefe de familia que era el varón. También nos ayuda a comprender la falta de reconocimiento a las maestras como profesionales de la educación. Sumemos a esto que para los distintos gobiernos la educación era considerada un gasto y no una inversión. A pesar de todo esto, los maestros eran reconocidos y respetados socialmente en su comunidad. La familia reconocía a la escuela y a la educación como el primer peldaño para ascender en la pirámide social.

Durante muchas décadas la familia y la escuela tenían un contrato social invisible: nos necesitamos mutuamente y todos colaboramos en pos de un mismo fin: la educación integral del niño. Es cierto, que como una institución conformada por niños, docentes, no docentes, directivos y padres de familia habrá tenido conflictos internos entre sus integrantes. A nuestro parecer deben haber sido de menor rango y posibles de solucionarse con diálogo y acuerdos en el interior de la escuela, de forma que casi nunca trascendían sus fronteras.

Es verdad que la escuela fue, durante mucho tiempo, bastante impermeable a los cambios que la sociedad requería. A partir de los 90 esta impermeabilidad se trizó y posibilitó que todos los conflictos sociales entraran en la institución escolar produciendo situaciones que hasta entonces los docentes no habían tenido que enfrentar y para lo cual no estaban preparados. Hoy naturalizamos la violencia, los robos, las muertes de inocentes porque los medios de comunicación lo difunden día a día y no nos asombra.

En muchas escuelas está pasando lo mismo y muchas autoridades se justifican argumentando que la escuela es un reflejo de la sociedad. Cada vez hay más docentes agredidos por los padres de sus alumnos, tanto verbal como físicamente. Probablemente algún maestro haya actuado en forma equivocada, pero nada justifica lo que hoy deben soportar tantos maestros. La familia parece haber roto ese tácito acuerdo de ayuda mutua con la escuela. Al punto tal que el gobierno está ideando el cargo de ‘defensor del docente’ para que este no se encuentre tan desamparado. Pareciera un problema bastante difícil de solucionar a corto plazo.

Todos deberíamos aceptar que los niños asisten a la escuela como segunda educadora, la primera es la familia. En este DÍA DEL MAESTRO deseamos para todos los docentes que sean felices y que sigan luchando por una mejor educación.

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Agosto recargado: Día del Padre, del Niño y Elecciones -->

Agosto recargado: Día del Padre, del Niño y Elecciones

En más de una ocasión hemos escrito en esta columna editorial sobre el tema que hoy reiteramos. Y lo seguiremos haciendo hasta el cansancio. Por nuestra convicción de honrar a nuestros padres el día que se merecen: el 24 de Agosto.

En 1953 la profesora Lucía Zuloaga redactó un proyecto para reconocer a San Martín como el merecedor de ser honrado el día de su paternidad como el día del Padre. Fue aprobado por la Dirección General de Escuelas y posteriormente por el Consejo Federal de Educación. Finalmente la provincia de Mendoza promulgó una ley estableciendo como Día del Padre al 24 de Agosto.

Sin embargo, por presiones comerciales se insiste en festejarlo el tercer domingo de junio. Extrañamente ese día fue establecido por un presidente de los EEUU para recordar a un ignoto padre que cuidó a nueve hijos. La pregunta es si valoramos a nuestros padres por todo lo que nos ofrecen las grandes tiendas, los supermercados o si le damos un abrazo para decirle: “te quiero, viejo”.

El tercer domingo de junio es el día del padre de los supermercados y demás comerciantes. Nosotros tenemos el propio.

No son los perfumes, ni los teléfonos celulares, ni nada que ofrezcan en cuotas para homenajear a los padres. Es nuestra presencia y nuestro amor el regalo más hermoso y preciado obsequio que no puede comprarse ni en ofertas ni en cuotas.

Párrafo aparte y a pesar del poco espacio con el contamos debemos, nobleza obliga, hacer un merecido reconocimiento a un entrañable amigo que ya no está con nosotros: el Jorge Marziali. Hay un hilo invisible que conecta personas, sucesos  y sentimientos. El 9 de julio es el día de la Independencia nacional, también es el cumpleaños de la querida Mercedes Sosa y paradójicamente el día que el Jorge cantó su última canción como homenaje a Ernesto Guevara en Cuba.

Muchas cosas se han escrito desde entonces y, por cierto todas muy hermosas. Nosotros preferimos recordarlo como el amigo que compartió con nosotros sus sonrisas, sus abrazos y obviamente su poesía hecha canción. Justo un año atrás pudimos disfrutar de unas exquisitas berenjenas rellenas a la parrilla asadas por sus propias manos. Y sentarnos al sol, como sin querer, para escuchar en silencio a Marita y al Jorge poniendo hermosura a la siesta mendocina con sus canciones. Y aquí estamos, un poco consternados por su partida, pero siempre presente en nuestras vidas.

Seguramente para muchos mendocinos y cuyanos sus canciones acompañarán la rutina diaria y, como él querría, harán más llevadera la faena diaria y más livianos los pesares.

Con su presencia contribuyó en un spot televisivo para contarnos que pronto íbamos a conocer el veredicto del mega-juicio a los jueces mendocinos que fueron cómplices de la nefasta dictadura militar. Debe estar satisfecho el Jorge, por la condena a prisión perpetua para cuatro ex magistrados federales. Una histórica sentencia contra la pata “civil” del último gobierno de facto.

En fin, que el hilo invisible no una sólo casualidades sino sentimientos de justicia y hermandad.

Y, por último, este domingo 13 de agosto, los argentinos concurrimos a las urnas para cumplir con las PASO, las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias que definirán las candidaturas oficiales para las elecciones generales de octubre.

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Editorial: El día de todos -->

Editorial: El día de todos

En 1854 el presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, le ofrece al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos, que hoy forman el Estado de Washington. A cambio promete crear una reservación para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855. En un párrafo de su sabia carta dice: “Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia. Hay una unión en todo. Lo que ocurra en la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido lo hará a sí mismo”. (Biblioteca Digital Ciudad Seva).

Muchas veces hemos escrito en este espacio sobre distintas efemérides. Siempre dijimos que el sentido de ellas es recordar un día especial: el de la madre, el de la independencia, el del amigo, etc… y también insistimos en el concepto de que todos los días deberían celebrarse siempre y no según el calendario. No recordar a las madres sólo en su día, no sentirnos más patriotas el día de la independencia ni más amigos el día del amigo. El comercio gana mucho dinero auspiciando y promoviendo estos festejos…

El 5 de junio pasado fue el día fue el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972 y se celebra en todo el mundo desde 1974. Por ese motivo elegimos como título de esta Editorial ‘El día de todos’. Porque no se conmemora el día de alguien que desempeña un rol determinado: padre, madre, amigo, patriota, etc. Todos somos el medio ambiente: los árboles, los animales, el agua, el viento, las tormentas, el cielo, el silencio fuera de las urbes… Pero también nosotros: los humanos que nos jactamos de ser los únicos seres racionales del planeta. Y esta pretensión de superioridad nos está llevando a un marcado deterioro de nuestra casa: la Tierra. Los países hegemónicos del mundo prometen y no cumplen. A los Estados Unidos y a su presidente no le interesa respetar tratados internacionales para bajar el índice de calentamiento global del planeta. Porque sus industrias les dan riquezas no importa a qué costo. Siguen contaminando y produciendo cada día más enfermedades y acelerando fenómenos naturales catastróficos como grandes inundaciones, desertificación y muchos más…

Nos sentimos muy ajenos a las decisiones que toman los mandatarios o los gobiernos. Siempre los cambios, al principio casi invisibles, comienzan con actitudes o proyectos personales. Si cada uno de nosotros aporta su cuota de respeto a nuestra madre tierra las cosas irán mejorando. Y nos referimos a cuestiones elementales como no arrojar botellas ni algún otro tipo de basura a las acequias, no derrochar litros de agua potable para darnos una simple ducha, no prender fuegos a las hojas amontonadas en la calle. En fin, solo se trata de ser conscientes de que no somos los dueños del planeta sino meros y casuales habitantes. Nadie en su sano juicio destruiría su propia casa. Es más, gastamos dinero para asegurarla contra incendio, robos, catástrofes… Pero nadie paga nada para mantener la casa de todos: nuestra madre tierra.

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Editorial: Seamos amigables con Chacras -->

Editorial: Seamos amigables con Chacras

En agosto del año pasado titulamos la editorial: ‘Sobre la amistad a ultranza’. En el último párrafo decíamos: “En nuestro caso, particularmente en Chacras de Coria, sería indispensable amigarnos con nuestro pueblo. Desde hace algunos años vemos con indiferencia el deterioro que éste viene padeciendo. Como si lo hubiésemos dejado de querer, como si él nos hubiese hecho algo a nosotros para dejar de quererlo, para no sentirlo más como un amigo. Y así transitamos por sus veredas rotas, por sus calles atestadas de camiones y autos vociferantes de bocinas, con la indiferencia propia del que no rememora a un amigo de toda la vida. Nuestro pueblo no tiene culpa alguna, somos nosotros los que dejamos de ser amigables con él. Pero siempre hay alternativas de reconciliación. No es un mero pedir perdón por las omisiones o errores ya cometidos, sino de abrazarlo y  encarar una nueva relación para que Chacras vuelva a ser aquel fantástico pueblo amistoso.”

Transcribimos este párrafo porque pensamos que es muy conveniente para reflexionar hoy. El 24 de mayo comenzó a implementarse el cambio de sentido de marcha de calles Italia y Loria.  Dentro del programa de ordenamiento territorial que lleva a cabo el municipio de Luján era una prioridad el tema del tránsito en nuestras calles. Todos somos conscientes de que la cantidad de vehículos que circulan por arterias muy angostas y con estacionamiento permitido en ambas manos es un serio problema que de algún modo había que resolver. Y bien, la comuna tomó la decisión de que calle Italia fuera mano de sur a norte y Loria a la inversa. En principio debemos esperar un tiempo para ver resultados. Algunas voces hay a favor y otras en contra de esta medida. Todo cambio implica un reacomodamiento, una adaptación a “lo nuevo”. Es obvio que la saturación vehicular no disminuirá sólo porque unos circulen de norte a sur y otros de sur a norte. Claro que habrá un poco más de agilidad en el tránsito en ambas calles. Dentro de esta reforma, necesariamente, había que restringir algunos lugares permitidos para el estacionamiento.

Las normas que adopta el municipio deben atender al bienestar general y por ende no puede adecuarse a cada necesidad en particular de cada individuo. Lo que no puede regular ninguna reglamentación oficial es nuestra forma de pensar y actuar. Es notable que varios de los vecinos consultados por Correveidile sobre este tema coincidan en el tema del estacionamiento. Parecería que preocupa menos el sentido de circulación que los sitios permitidos para estacionar. Insistimos en llegar con nuestro vehículo, si es posible, hasta la misma puerta del comercio al que vamos. No entendemos que si hay pintada una línea amarilla en la calle no debemos estacionar. Siempre para lograr el bien común debemos resignar alguna necesidad individual.

Como decíamos al comienzo todo cambio requiere de una adaptación paulatina. Era necesario intentar ordenar el caótico tránsito en Chacras. Ahora démonos un tiempo de espera para ver resultados. Confiamos en el buen criterio de las autoridades para modificar lo que no funcione adecuadamente. De igual modo queremos confiar en la buena disposición de los vecinos para aceptar nuevas reglas.

Intentemos ser amigables con Chacras. Si puede use menos el auto. Camine o transite en bici. Es muy saludable.

Vecinas que hacen sus compras caminando.

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Editorial: Fiestas patrias, festivales y conmemoraciones -->

Editorial: Fiestas patrias, festivales y conmemoraciones

Es realmente notable la cantidad de efemérides que tenemos los argentinos. Es probable que las que corresponden a las fiestas patrias sean las que perduran en la memoria colectiva, porque desde la escuela elemental se enseñan sus fechas y lo que significan.

Sin embargo muchos jóvenes, y no tanto, no saben reconocer la diferencia entre dos sucesos históricos fundamentales de la historia argentina: el 25 de mayo de 1810 y el 9 de julio de 1816. Tampoco entienden cabalmente las letras y los significados de las canciones patrias más escuchadas: el Himno Nacional y Aurora.

Una hipótesis explicativa podría ser que mientras más lejano en el tiempo sucedió el hecho que se festeja, menos conciencia tenemos de su trascendencia. Algunas crónicas relatan cómo eran los festejos patrios en Buenos Aires alrededor de 1870. En esos momentos convergía, a lo que hoy es Plaza de Mayo, el pueblo con todas sus clases sociales reunidas por el mismo motivo. Y los festejos eran verdaderamente vistosos, con fuegos artificiales incluidos. Es que, seguramente, muchos de los asistentes fueron protagonistas, o sus padres o sus abuelos y habrán recibido oralmente la versión de lo que pasó un 25 de Mayo o un 9 de Julio. Comprendían y significaban por qué estaba el pueblo contento.

Sólo hemos mencionado dos fechas patrias que festejamos. Otras nos invitan a recordar días de muertes. El Día de la Bandera, 20 de junio, fecha del fallecimiento de su creador, Manuel Belgrano. El 17 de agosto, día de la muerte del General José de San Martín. Sucesos tristes para los próceres. Tal vez hubiera sido importante festejar el cumpleaños de San Martín que casualmente coincide con el día que Belgrano izó por primera vez la enseña patria en las barrancas del río Paraná: un 25 de Febrero.

También festejamos días que se originaron por sucesos trágicos que implicaron muertes de cientos de personas. El Día Internacional del Trabajador, masacre de obreros en Chicago, o el día Internacional de la Mujer con cientos de mujeres muertas en Nueva York, en sendos casos por reclamar derechos laborales. Estas fechas deberíamos considerarlas como conmemoraciones, es decir ‘memorar con’ no hay que olvidar jamás las disputas de los pueblos que luchan por sus legítimos derechos. Siempre debemos recordar para que la historia no se repita.

Del mismo modo podríamos considerar el 24 de Marzo, que nos retrotrae a 1976, día que oficialmente asume la conducción del país la dictadura más perversa y cruel de nuestra historia. Nunca más. Las generaciones que nacieron a partir de 1983 viven y disfrutan de la democracia como lo habitual y normal. Pero millones de compatriotas aún no pueden olvidar esos años de horror y asesinatos.

Deberíamos festejar a lo grande el 10 de Diciembre. Ese día, en 1983, asume un presidente democrático y las instituciones republicanas vuelven a funcionar. Festejemos la vida. Conmemoremos los mártires.

Fiestas patrias, incluidas las conmemoraciones, tenemos nueve en un año. Para terminar e invitar a la reflexión. En este espacio elegimos llamarlos “festivales”, aunque la mayoría son reconocidas como “fiestas nacionales” que cuentan con fondos provinciales y municipales. No vamos a nombrar a todas. Las más icónicas para Mendoza son la de la Vendimia y la de la Tonada. Pero hay más: la del Canto y la Cepa, Cueca y el Damasco, Puestero y la Doma, del Mate, del Cordero, de la Cosecha, del Mosto, del Melón y la Sandía, de la Nieve, del Agua…y siguen los festivales.

A propósito no olvidemos que el 11 de mayo cumple años nuestro querido departamento de Luján. Felicidades.

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Editorial: Mujeres en las noticias -->

Editorial: Mujeres en las noticias

El marzo 8 se conmemoró el Día internacional de la Mujer. Esa fecha dio lugar a diversos acontecimientos sociales y políticos. Marchas, reivindicaciones, recordatorios y eventos disímiles. Desde vestirse de luto hasta juntadas en bares o restaurantes para festejar. No deberíamos olvidar que esa fecha se eligió para no olvidar un hecho trágico, así como el Día internacional del Trabajo, que seguimos festejando con feriado y asaditos.

Foto: El Instransigente

En las redes sociales aparecieron muy disímiles visiones del Día de la Mujer. Uno insistía en no comercializar esa fecha, justamente porque se desvirtúa el significado. Y por ende no había que regalar flores ni bombones ni asistir a frívolos festejos. Otros, por el contrario, en tono más romántico reivindicaban la necesidad de reuniones para resaltar el papel de la mujer en todas sus facetas.

Un par de noticias nos demuestran la diversidad que existe en el mundo respecto del rol de la mujer.

Arabia Saudi lanza un Consejo de Mujeres compuesto íntegramente por hombres. Para las mujeres, pero sin ellas. (No es chiste)

Una provincia de Arabia Saudi presentó el Primer Consejo de Mujeres del reino en un acto presidido y copado por hombres. “En Al Qasim miramos las mujeres como nuestras hermanas y sentimos la responsabilidad de abrir nuevas oportunidades a su trabajo”, proclamó con orgullo el príncipe Faisal bin Mishal bin Saud, de 76 años y gobernador de la región, ante un auditorio repleto de hombres.

Las únicas mujeres que asistieron al encuentro lo hicieron a través de una videoconferencia desde otra habitación para preservar la estricta segregación por sexos que propugna la monarquía. (El Mundo. Francisco Carrión)

Como contracara leemos otra noticia, esta vez argentina.

Tres hermanas manejan una flota de 35 camiones de Tierra del Fuego: Myriam, Verónica y Analía Gloker.

Las tres representan al directorio de Gloker S.A. y Myvean S.A., dos empresas del rubro transportista. Fueron destacadas por medios especializados refiriéndose a “los desafíos que presenta el sector frente a una compañía liderada al 100% por el sexo femenino”. Emplean a más de 50 personas y cuentan con una flota de 35 camiones. (en ‘Apertura.com’).

Por último una noticia de Mendoza publicada en un matutino local en la sección “Correo de lectores”. En realidad es un sencillo y a la vez ilustrativo comentario de una joven que fue testigo de un lamentable episodio en un colectivo. Relata esta chica que viajando en un micro, al llegar a una determinada parada, dos mujeres mayores y un muchacho se acercan a la puerta para descender del mismo. Según indican las normas de urbanidad el joven les cede el paso a las señoras. La primera agradece el gesto y baja. La segunda mujer lo increpó feamente, no aceptó la deferencia y lo hizo bajar primero. (No es textual, pero cierto).

Nuestra reflexión final. Que la mujer no sea noticia en ninguno de los extremos sociales. La sumisión absoluta en Arabia no merece ningún comentario extra. Sólo reiterar que es verdad. Las hermanas de Tierra del Fuego, tal vez sea una excepción a la regla.

Las noticias no deberían advertirnos de lo que vivimos el día a día. Argentina es una sociedad machista. Falta mucho para superar ancestrales prejuicios que de reiterados parecen normales. No bastan leyes conseguidas para “reconocer” los derechos femeninos, ni alcanzarán mil marchas justificadas si no empezamos por nuestro propio hogar, en la escuela elemental, en las reuniones de amigos por entender y aceptar nuestras propias conductas como varones y mujeres.

No esperemos que otra página del periódico nos relate cruelmente algún caso de violencia de género o la violación de una niña. Empecemos por lo más sencillo, aunque nos lleve tiempo. Sabemos que los buenos frutos se cosechan luego de muchos años de paciencia y perseverancia. Pero al fin se disfruta lo sembrado.

Y no festejemos las tragedias, aunque el almanaque nos regale algún feriado. El 24 de marzo es una fecha trágica que nunca podremos olvidar.

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Editorial: El tiempo de no hacer nada -->

Editorial: El tiempo de no hacer nada

El martes 24 de enero, Clarín publicó en su contratapa uno de los tradicionales chistes del Negro Crist, reconocido humorista de origen cordobés. En el dibujo se ve a una señora con un carrito de supermercado paseando por la playa. La señora reflexiona: “un supermercado al aire libre, en la playa, con sombrillas son para mí las vacaciones perfectas”. Aparte de la ironía, la publicación funciona como disparador de análisis variados respecto de las conductas predominantes en amplios sectores de la sociedad.

Utilizar el tiempo de vacaciones para hacer exactamente lo mismo que hacemos el resto del año es una suerte de auto-robo que terminamos sufriendo en algún costado del cuerpo. Esa incapacidad de no poder desconectarse de la rutina, más que renovarnos el aire y lijar los cansancios, nos lleva a parecernos a aquel Sísifo de los griegos, condenado a subir eternamente una piedra a la montaña.

El autoengaño es una tendencia que nos descalifica permanentemente. Ahora: ¿Por qué tanta gente no puede dejar por unos días sepultadas obligaciones, rutinas, compromisos y demás verdugos que intentan desestabilizarnos durante todo el año? Se puede intentar una respuesta: así como nadie nos prepara para un divorcio -a veces ni para un casamiento- tampoco nadie nos prepara para el descanso. Ejercemos ese descanso porque hay una ley que –parece gracioso- nos “obliga” a descansar. Los trabajadores en relación de dependencia están “obligados” a planificar sus vacaciones; el tiempo de “no hacer nada”.

Ahora, durante ese “hacer nada”, ¿cambiamos el ritmo, se olvida la prisa y recobramos la cadencia lenta; recuperamos el placer de comer despacio y de saborear el café; nos permitimos la pereza…? Es importante darnos respuestas y definiciones para no perder el rumbo durante esos días. De lo contrario, como ha dicho alguien por allí, las vacaciones terminarán siendo como es, en algunos casos, el amor: las anticipamos con placer, las experimentamos con incomodidad y las recordamos con cierta nostalgia.

Es muy posible que el no saber parar tenga que ver con el no querer pensar, dicho esto como ejercicio de meditación. No hace falta hacer orientalismo; sólo hace falta desenchufarse de verdad. Por lo tanto, lo óptimo sería recluirse en sitios donde nadie nos conozca; sitios que no induzcan al desenfrenado consumo como lo hacen las ciudades. Salir de vacaciones para ver qué es lo que puedo comprar es algo así como escupir para arriba. Lo ideal es, por ejemplo, reencontrarse con la naturaleza, con una reconfortante soledad. Invertir tiempo en disfrutar las conductas de la naturaleza que –por ahora- se mantiene ajena a la locura consumista, ruidosa, alienante que proponen los sitios urbanizados.

Si se trata de “adquirir”, es mejor obedecer al pensamiento de Sócrates que asignaba a los ratos de ocio el más alto valor en la carrera de “comprar”. Vivimos demasiado atados a los méritos de la hormiga, la consideramos sabia y admirable a partir de innumerables fábulas. Sin embargo, parece que la sabiduría del bichito no es tanta, habida cuenta de su incapacidad para descansar plenamente.

Valgan, finalmente, los versos de Antonio Esteban Agüero para orientar un camino al descanso pleno. “Un día, siquiera, por semana/ensayemos el oficio humano/Paremos el reloj,/ocultemos el calendario;/no abramos periódico ni libro,/ni escuchemos radio,/y tomemos un ómnibus cualquiera/que nos conduzca al campo. Y una vez allí,/busquemos un sitio solitario,/entre pinos/y los álamos/a la vera del agua, si el arroyo/quiere ofrecernos su cristal cercano,/o en la abierta llanura donde el viento/galopa con los caballos./Y vivamos,/sí, nada más,/vivamos”.

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