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Editorial: Mendotran y tránsito -->

Editorial: Mendotran y tránsito

Todo cambio que vivimos nos causa, siempre, inquietud y molestia. Sobre todo, cuando a ese cambio no lo elegimos sino que es decidido por otros. La rutina, por más aburrida que nos parezca, nos brinda seguridad, confianza, certezas de que lo que fue ayer lo seguirá siendo hoy. Y “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Es natural que las personas reaccionen frente los cambios cuando éstos alteran el orden de sus vidas.

La implementación de Mendotran en la provincia ocasionó una protesta generalizada casi unánime. El primer día reinó el desconcierto, las broncas por pérdidas de tiempo. Los choferes aún no conocían fehacientemente el recorrido que debían hacer, los carteles de las paradas seguían indicando números de colectivos que ya no pasaban por ahí. La folletería informativa nunca llegó en tiempo y forma a los usuarios, la página web de Mendotran se modificaba constantemente y, como si esto fuera poco, aumentó el valor del pasaje mínimo. Pasó de $18 a $22. “Sobre llovido mojado”.

Seguramente desde el gobierno no se evaluó correctamente el costo político de este cambio en un año electoral. Obviamente las legítimas protestas de los usuarios comunes fueron aprovechadas por los partidos de la oposición. Las redes sociales se abarrotaron con “memes” irónicos, graciosos y hasta descalificadores. Mientras tanto, el único funcionario que salió a “ponerles el pecho a las balas” fue el joven Natalio Mema. Asumió con coraje y humildad la enorme responsabilidad de ir corrigiendo los errores. Fue el único interlocutor entre el gobierno y los usuarios.

Paulatinamente se fueron acomodando y agregando recorridos de diversas líneas. Los usuarios se fueron tranquilizando. Aún queda mucho por mejorar.

Pero no podemos obviar que Mendotran nunca fue una empresa fácil de emprender. Está involucrado no sólo el gobierno, también los empresarios, los conductores y los miles de usuarios.

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Editorial: Esperanzas para el 2019 -->

Editorial: Esperanzas para el 2019

La caja de Pandora es un mítico recipiente de la mitología griega, tomado de la historia de Pandora, la primera mujer, creada por Hefesto, por orden de Zeus, que contenía todos los males del mundo. La historia cuenta que Zeus, deseoso de vengarse de Prometeo por haber robado el fuego y dárselo a los humanos, presentó al hermano de este, Epimeteo, una mujer llamada Pandora, con quien se casó.

Como regalo de bodas Pandora recibió una caja, con instrucciones de no abrirla bajo ningún concepto. Los dioses habían otorgado a Pandora una gran curiosidad, por lo que decidió abrir la caja para ver qué había dentro. Al abrirla, escaparon de su interior todos los males del mundo. Cuando atinó a cerrarla, solo quedaba en el fondo Elpis, el espíritu de la esperanza, el único bien que los dioses habían metido en ella. De esta historia surgió la expresión “La esperanza es lo último que se pierde”.

En diciembre de 2016, escribimos una editorial verdaderamente esperanzadora. Habíamos comenzado a notar algunos cambios prometedores, especialmente en Chacras de Coria. Más limpieza urbana, una clara voluntad para reordenar el tránsito y los sentidos de circulación de las principales arterias del distrito. A nivel nacional se prometía derrotar definitivamente a la inflación, reactivar la economía, mejorar los salarios y crear más puestos de trabajo. Aseguraban que en el primer semestre de 2017 llegarían ‘los brotes verdes’.

Estamos finalizando el 2018 y seguimos a la espera. El gobierno reconoce que estamos atravesando una grave crisis. Con una inflación cercana al 45%, los salarios perdieron mucho poder adquisitivo, a los jubilados se les modificó el sistema de ajuste anual de sus haberes por otro que los perjudicó. Se redujo la obra pública… Las tarifas, sufrieron aumentos que eran casi imposibles de afrontar. En fin, estamos finalizando un año muy conflictivo. Pero somos como la fabulosa ave fénix, que cada tanto se quema y resurge de sus cenizas.

Tuvimos escandalosas sorpresas. Un señor había anotado en unos cuadernos minuciosamente una serie de increíbles maniobras de corrupción que involucraba tanto a políticos como a empresarios.

Nos vamos acostumbrando a superar todas las dificultades que se van presentando. Protestamos, nos quejamos, pero seguimos adelante.

A pesar de esta foto que no muestra el mejor de los paisajes posibles, nosotros apostamos al optimismo. Fuimos capaces de superar la crisis del 2001. Por aquel entonces Correveidile era una publicación quincenal. Nos vimos obligados a hacer sólo una por mes. Pero de la adversidad crecimos. Hoy el periódico tiene una edición de mayor calidad. Esto fue posible fundamentalmente, por dos factores. Uno, la fidelidad de nuestros lectores y colaboradores que jamás nos dieron la espalda, el otro la confianza que nos brindan, permanentemente, todos los anunciantes. Sin ellos no hubiera sido posible continuar. Por eso hacemos manifiesto nuestro sincero agradecimiento a todos y cada uno de ellos. Y a la vez desear que el 2019 sea un año de crecimiento y prosperidad. Tenemos esperanzas de que así será.

Felices fiestas. Paz, salud y buenaventura.

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Editorial: Códigos y Anomia -->

Editorial: Códigos y Anomia

Toda sociedad organizada está regida por diferentes normas indispensables para vivir en paz y armonía. En todos los casos damos por supuesto que los legisladores obran en pos del bien común y que, por lo tanto, nunca harían leyes que atenten contra las personas y sus derechos fundamentales.

Foto: Diario Los Andes

Émile Durkheim sostiene que la sociedad es la encargada de integrar a los individuos que la forman y de regular sus conductas a partir del establecimiento de normas. Afirma que, si la sociedad cumple adecuadamente, tanto la colectividad como cada uno de sus miembros, lograrán un orden estable que les permita desarrollarse plenamente. Cuando esto no ocurre, y la sociedad cae en una situación de anomia, pierde su fuerza para regular e integrar a los individuos, pudiendo producirse consecuencias adversas.

La anomia se define como “estado de desorganización social o aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o la incongruencia de las normas sociales”.

Cuando en el seno de una familia no existen normas claras y cada uno de sus integrantes actúa sin límites establecidos, los niños pierden de vista a un referente claro y vive aprendiendo sólo lo que hacen sus mayores.

Necesariamente los códigos deben adecuarse a los cambios que la sociedad va produciendo y, por lo tanto, se tienen que renovar. Por eso hoy están prohibidas conductas que antes eran permitidas, como por ejemplo fumar en los colectivos. Inversamente hoy están permitidas situaciones antes prohibidas como el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El mes pasado se aprobó en Mendoza el nuevo Código de Faltas que remplaza al anterior de 1965. El proyecto original enviado por el gobernador a la legislatura trajo un sinfín de polémicas. Fueron retirados por los legisladores varios artículos, algunos realmente absurdos.

Recordemos que para su aprobación definitiva en la Cámara de Diputados hacía falta mayoría simple, es decir la mitad más uno de los votos del total. La oposición no asistió al recinto, el oficialismo no tenía la mayoría, pero apareció un diputado ‘opositor’ para que finalmente, se aprobase el nuevo Código

El nuevo Código prevé distintos tipos de contravenciones: contra la autoridad, contra el orden público, contra la moralidad, buenas costumbres y educación, contra la fe pública y la propiedad, contra la salud, sanidad e higiene y contra el medio ambiente y la salud de los animales.

Existen diferentes códigos para regular diversas conductas. El Código Civil, el Comercial, el Penal, etc.

El Poder Judicial debe velar para que los que infrinjan alguna de las prohibiciones previstas reciba el castigo adecuado según la ley. Los jueces de las diferentes jurisdicciones deben dar el ejemplo a la sociedad de rectitud y honorabilidad. Si la Justicia no funciona, los códigos se desvirtúan.

Hace pocos días se conoció que el expresidente Menem fue absuelto por la venta ilegal de armas. Ya había sido condenado a 7 años y medio de prisión. La Cámara Federal de Casación Penal adujo que “se quebró el plazo razonable” para un acusado con condena firme ya que habían pasado 23 años…

Al respecto el fiscal Stornelli citó una frase del famoso jurista brasilero, Rui Barbosa de Oliveira. La frase es contundente. “De tanto ver triunfar las nulidades, de tanto ver prosperar la deshonra, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto agigantarse los poderes en manos de los malos, el hombre llega a desanimarse, de la virtud, a reírse de la honra, a tener vergüenza de ser honesto”

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Editorial: Sarmiento y los maestros -->

Editorial: Sarmiento y los maestros

Los argentinos tenemos la extraña costumbre de festejar el día de la muerte de los próceres. El Día de la Bandera, el 20 de junio: muerte de Manuel Belgrano, el 17 de agosto muerte de San Martín, 17 de setiembre Día del Profesor -muerte de Estrada-, el Día del Maestro el 11 de setiembre: muerte de Domingo Faustino Sarmiento. En fin, ¿no sería más sensato festejar la fecha del natalicio que el de la muerte? ¿Está bien realizar un festejo porque se murió Sarmiento? ¿En cuántas escuelas se realiza un acto patrio el 15 de febrero, fecha de su nacimiento?

Sin dudas, Sarmiento fue uno de los hombres políticos más prolíficos de la Argentina. Fue escritor, docente, periodista, militar y estadista. Gobernador de la provincia de San Juan, presidente de la Nación Argentina, senador nacional y ministro del Interior.

El primer censo en el país lo hizo Sarmiento en el año 1869, a los seis meses de haber asumido la presidencia. Población: 1.830.000; Analfabetos: 87%.

Ante estos datos le dijo a sus ministros: “Voy a proclamar mi primera política de Estado por un siglo: escuelas, escuelas, escuelas”.

En su gestión de gobierno construyó 1.117 escuelas (una cada dos días, contando sábados y domingos) más la escuela naval, el Colegio Militar, la compra de la flota de mar…

Además de edificios escolares, son indispensables maestros bien formados con verdadera vocación. No es tarea sencilla dedicarse a la docencia, nunca lo fue. Históricamente los docentes nunca fueron remunerados dignamente. Una probable explicación de esta realidad es que fue una tarea desempeñada mayoritariamente por mujeres, por lo tanto, su salario era considerado como un mero complemento al que recibía “el jefe del hogar”: el marido. La maestra trabajaba sólo para ayudar a su cónyuge que, supuestamente, sí recibía un sueldo digno.

Todos los gobiernos, sin excepción, han aceptado públicamente, que los sueldos docentes son insuficientes. Todos hacen “el mayor esfuerzo” para remediar esta realidad. Pero todo son puras palabras o falsas promesas. De igual modo, todos los gobernantes se llenan la boca con discursos grandilocuentes diciendo que la educación de nuestros niños es fundamental para la patria. Y todo sigue igual…

La mayoría de los maestros realiza una labor silenciosa, sacrificada y casi solitaria. En las escuelas el docente debe cumplir múltiples funciones, además de la específica que es educar. Lo hace porque su vocación se lo manda. Muchas veces debe recurrir a su magro salario para solventar gastos que deberían correr por parte del gobierno. Conocemos a muchos docentes que consiguen calzado para sus alumnos o abrigo y hasta los útiles escolares para que el niño haga sus tareas.

El docente conoce bien sus derechos, la mayoría está sindicalizado. Pero las protestas siempre terminan con descuentos. La histórica “carpa blanca” fue la protesta más larga de la lucha docente. Fue emplazada el 2 de abril de 1997 frente al Congreso de la Nación, y retirada el 30 de diciembre de 1999 (un total de 1003 días), luego de promulgada la Ley de Financiamiento Educativo.

Desde este espacio nuestro reconocimiento a todos los docentes que silenciosamente engrandecen la Patria con su silenciosa labor.

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Editorial: La parábola del sembrador -->

Editorial: La parábola del sembrador

Relatan los memoriosos del pueblo, que por cierto casi no quedan, que hubo un tiempo en que el terruño era pacífico, amable, pequeño. Los vecinos se conocían, era gente humilde, trabajadora, honesta. Cada uno tenía su oficio y sus faenas. No había discordia, por el contrario, resaltaba el buen trato, la cordialidad y la solidaridad. Nada sobraba en el pueblo, pero tampoco había demasiadas carencias para la época.

Foto de Cachilo Púrpura

Nadie recuerda cuándo empezó un paulatino cambio. Al principio casi desapercibido. En verdad, nadie daba mucha importancia que la viña de Ramón se vendiera, aunque algo producía. En fin, así dicen empezaron a pasar estas cosas. En la viña de Ramón construyeron casas muy grandes como no había en el pueblo. Luego fue la finquita del italiano que hasta tenía una bodeguita. Luego….

Los relatos se desdibujan. De a poco, los vecinos fueron perdiendo ese primer asombro y en silencio aceptaban lo que parecía ineludible.

Los señores que mandaban en el pueblo veían con buenos ojos este progreso irrefrenable y nunca advertían las consecuencias a largo plazo.

Hasta que en día llegó al pueblo un señor que escuchó, así comentan, los reclamos de los originarios. Reunió a los vecinos y les habló de lo que ya todos sabían. El pueblo ha crecido de una forma irracional, sin planificación alguna. Y prometió encarar un profundo reordenamiento territorial. Entonces dijo que faltaban árboles en muchos sitios y que él los sembraría. Efectivamente, sembró unos por aquí y otros por allá. Ese era sólo el inicio del anunciado cambio estructural que devolvería a la comunidad una mejor calidad de vida.

Algunos vecinos se quejaron por el sitio de los arbolitos aduciendo intereses personales o económicos, otros, en cambio, estaban de acuerdo con el criterio elegido por el sembrador. Este señor, al principio puso vigilancia para que todos respetaran el sentido de los arbolitos. Así, la gente se fue acostumbrando al cambio. Paulatinamente, nadie se explica por qué, estos vigilantes fueron desapareciendo. Muy rara vez se los ve protegiendo lo que se sembró. Algunos dicen que el señor que manda creyó que la gente era responsable y solidaria y que se haría cargo de cuidar el bien común. Pero lo que fue pasando es que la gente se olvidó de los vigilantes y volvió a ignorar el sentido de los árboles que aún no terminan de crecer y por otro lado nadie regó a las plantas.

Así estamos en Chacras de Coria. Luego de la convocatoria a ‘participar y opinar’ sobre el magnífico proyecto de profundo reordenamiento territorial, todo sigue prácticamente igual. Se concretó el sentido de marcha en las dos arterias principales de ingreso al pueblo. Sin embargo, la situación no ha cambiado mucho. En calle Mitre, antes de Newbery se pintó una línea amarilla para indicar la prohibición de estacionar. Era lógico y necesario ya que en la esquina giran los colectivos y la maniobra se complica por la estrechez de la arteria. Baste este solo ejemplo: la línea amarilla ya casi no se ve. La gente sigue estacionando, incluso en contramano. Los choferes de colectivos hacen malabares para no rayar a los autos mal estacionados. Desde hace meses no hay un agente de policía vial controlando. Lamentablemente seguimos sin comprender que más allá de la comodidad personal existe el bien general. Y necesitamos el rigor de la ley para asumirlo.

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Sobre la Patria y los Mundiales -->

Sobre la Patria y los Mundiales

El Deporte Nacional argentino es el pato, no el fútbol. Así lo establece la ley Nº 27.368 de la Nación por ser el único que se practica única y exclusivamente en la Argentina. Actualmente está perfectamente reglamentado y cuenta con una Federación Nacional. Se comenzó a jugar en el siglo XVII y aún hoy se lo practica.

El fútbol es un juego inventado por los ingleses que se introdujo en la Argentina en el siglo XIX. Todos sabemos muy bien en qué consiste este deporte, pocos saben cómo se juega al pato. El fútbol es el deporte más popular en nuestro país y seguramente el que más se practica. Esto tiene muchas explicaciones. No hacen falta muchos recursos: basta una pelota, aunque sea de trapo, y un espacio para correr tras ella.

Si no se consiguen once jugadores los participantes arman sus propias reglas. En todos los barrios de nuestro país hay algún potrero habilitado para jugar al fútbol. En cambio, para jugar al pato hacen falta caballos y buenos jinetes, además de un espacio grande y adecuado. Esto ya implica una limitación. Es por eso que ese deporte nació en un país netamente rural y fue propio de los gauchos.

Pronto comienza el campeonato mundial de fútbol en la lejana Rusia. ¿Quién no lo sabe? Desde hace tiempo nos bombardean con publicidades mundialistas que ofrecen desde modernos aparatos de TV hasta promociones inverosímiles en sobres de jugos artificiales.

En fin, cuando este evento tenga comienzo en nuestro país, como cada cuatro años, no se hablará más que de fútbol. Nos reconoceremos todos y cada uno de nosotros, unidos por la misma pasión. Todos anhelaremos únicamente festejar que la Argentina sea por tercera vez campeón mundial de fútbol. Gozaremos y sufriremos al compás de cada partido. Opinaremos, discutiremos y apostaremos, porque todos sabemos mucho de este juego.

El 15 de julio, cuando el mundial termine, volveremos al día a día. Si la suerte acompaña a nuestra selección y se consagra campeón del mundo, veremos plazas repletas de banderas celestes y blancas y un solo grito para identificarnos: ¡Argentina! ¡Argentina! Y lloraremos de auténtica emoción patriótica. Luego, el período ‘post-mundial’ y por fin la realidad de los argentinos: cada uno tirando para su lado y cuidando su ‘quiosquito’.

A veces resulta difícil comprender que lo único que pueda unir a los argentinos suceda cuando Argentina juega un campeonato mundial. Por lo demás, siempre encontramos razones para estar divididos y ser intolerantes con el que piensa diferente. El 25 de mayo vimos a algunos luciendo una escarapela, pocas casas engalanadas con nuestra bandera. Muchos se desean un ‘Feliz día de la Patria’ cuando llega el 9 de julio.

A la patria la hacemos todos y cada uno de los argentinos. Sería fantástico que todos los días del año nos uniera el mismo sentimiento de querer un país mejor y abocarnos a ello con la misma pasión que al fútbol.

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Editorial: Día Internacional del Trabajador -->

Editorial: Día Internacional del Trabajador

¿Qué celebramos? El 1º de mayo se conmemora en casi todos los países del mundo el Día Internacional del trabajador en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, un grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886. Estos obreros pedían una jornada laboral de 8 horas cuando lo habitual era trabajar 12 o 16 horas diarias. Los empresarios consideraron a este reclamo ‘como un delirio de lunáticos poco patriotas’. Los obreros iniciaron una huelga el 1º de mayo de 1886. En Heymarket, barrio de Chicago fueron ahorcados cinco manifestantes que reclamaban por sus derechos.

Eduardo Galeano en su escrito “La desmemoria” nos cuenta que“ninguna estatua se ha erigido en memoria de los mártires de Chicago en esa ciudad. Ni estatua, ni monolito, ni placa de bronce, ni nada”. El 1º de mayo es el único día verdaderamente universal de la humanidad entera donde coinciden todas las historias y todas las geografías, todas las lenguas y las religiones y las culturas del mundo; pero en los Estados Unidos, el 1º de mayo es un día cualquiera. “Ese día la gente trabaja normalmente y nadie, o casi nadie recuerda que los derechos de la clase obrera no han brotado de la oreja de una cabra, ni de la mano de Dios o del amo”.

Por lo dicho, el 1º de mayo no es un día de celebración. Debería ser un día de reflexión. El trabajo dignifica a la persona. Como ha recordado el Papa Francisco, “el trabajo no puede considerarse como una mercancía ni un mero instrumento en la cadena productiva de bienes y servicios, sino que al ser primordial para el desarrollo tiene preferencia sobre cualquier otro factor de producción, incluyendo el capital”.

Lamentablemente los dueños de las grandes empresas multinacionales nunca comprenderán esto. Por el contrario, parece que el capitalismo es como una enfermedad autoinmune. Necesita generar pobres para poder existir. Es necesario pagar lo menos posible al trabajador para que la empresa pueda seguir creciendo y multiplicándose. El trabajador deja de ser considerado como persona y solo es tratado como un engranaje más en la producción de riqueza.

El Papa Juan Pablo II señalaba que “el trabajo constituye uno de los grandes y fundamentales derechos inalienables del hombre porque le da vida, un significado”. Estas palabras nos hacen pensar en los que no tienen trabajo, que por cierto no son pocos en nuestro país. Padres que viven la angustia del día a día sin encontrar la manera de llevar el indispensable sustento a sus hijos.

Según algunos datos -no siempre confiables del todo-, cada diez argentinos hay más de un indigente. La indigencia significa subsistir, o tratar de sobrevivir con menos recursos de los mínimos indispensables. La frazada es extremadamente corta. Si compran la garrafa para cocinar no pueden comprar el alimento, si pagan la luz no pueden pagar el alquiler y así esta angustia parece que no terminará nunca… Una persona joven o un jubilado que no puede mantener dignamente un hogar termina sin encontrar un verdadero sentido a su existencia. Porque el trabajo honesto, cualquiera sea, dignifica al hombre.

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Editorial: El comienzo y el fin -->

Editorial: El comienzo y el fin

Todos sabemos que nos es imposible modificar el pasado. Decimos frecuentemente ‘lo que pasó, pasó’. También sabemos que para construir un presente digno y fructífero debemos conocer nuestra historia. Para aprender tanto de los que hicieron las cosas bien como de todos los errores cometidos. Por un momento imaginemos que un personaje, como sucede en las películas de ficción, pudiera volver al pasado no para modificarlo, sino para mostrar las consecuencias de las decisiones que entonces tomaban nuestros ‘gobernantes’.

Entonces imaginemos que nuestro personaje viajara al pasado y llegara en marzo de 1976. El único ‘poder’ que posee es una serie de documentales que recopilan nuestra historia desde marzo de 1976 hasta hoy. Se encuentra con el general Videla y con el almirante Masera en una reunión secreta en la que se planificaba el golpe de Estado para derrocar a Isabel Martínez de Perón. Nuestro personaje los interrumpe y les comienza a pasar el documental. Detiene la imagen en el edificio de Escuela de la Armada Argentina (Esma). Se ven mujeres detenidas, están embarazadas. Al parir sus hijos desaparecen y son entregados a otras personas.

Luego se ve la Plaza de mayo, donde desafiando el estado de sitio, un grupo pequeño de mujeres, con pañuelos blancos, dan vueltas alrededor de la plaza pidiendo por sus hijos desaparecidos. Sigue mostrando algunos de los tantos lugares donde estaban los detenidos-secuestrados. Todos clandestinos. Ahí se torturaba y asesinaba. Luego el mundial de fútbol de 1978 donde Argentina se coronó campeón por primera vez. Un logro para distraer al pueblo. “Los argentinos somos derechos y humanos” fue el slogan preferido de la dictadura frente a los reclamos internacionales que investigaban las violaciones de los derechos humanos en nuestro país.

Sigue con todas las fábricas que cerraron por falta de apoyo a la industria nacional. Y el ministro Martínez de Hoz hablando sobre el progreso de nuestro bienestar…Como para no aburrirlos demasiado con lo que ellos estaban gestando y serían responsables, adelanta la película hasta 1982. Aparece el general Galtieri tomando wiski y fanfarroneando con otros colegas. La gente estaba harta. El 30 de marzo de 1982 la Confederación General del Trabajo organiza una marcha y concentración en Plaza de Mayo. En muchas provincias el pueblo se moviliza para protestar. La movilización fue reprimida violentamente. En Mendoza mataron al obrero Benedicto Ortiz. El 2 de abril, dos días después, la plaza estaba repleta de personas que agitaban banderas celestes y blancas. Desde el balcón, un eufórico Galtieri amenazaba: “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla” se dirigía al imperio británico.

La guerra de Malvinas trajo como resultado 649 muertos en batalla. Los soldados combatientes nunca fueron reconocidos cabalmente como héroes de la patria. Se los ocultó deliberadamente cuando regresaron al continente. Aún hoy los excombatientes siguen luchando por su reconocimiento. Pocos días atrás un grupo pequeño de familiares de soldados enterrados en el cementerio de nuestras Islas viajó para rendir su homenaje ante la tumba en la que antes solo decía. “Aquí yace un soldado sólo conocido por Dios”. Fue un gran consuelo. Pudieron sentirse un poco más cerca del hijo amado. Hoy el reclamo de soberanía sigue vigente. Pero aquella aventura bélica terminó mal. Y fue el final del gobierno dictatorial.

En la última escena del documental se ve el juicio a los integrantes de aquellas juntas que nos gobernaron. Escuchan impávidos las condenas por cientos de crímenes cometidos por sus órdenes. Finalmente, el electo presidente constitucional, Raúl Alfonsín recibe el informe de la CONADEP: NUNCA MÁS

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Editorial de Marzo: Vendimia y Paro Docente -->

Editorial de Marzo: Vendimia y Paro Docente

Ya es parte de una tradición mendocina que en este mes se festeje la Fiesta Nacional de la Vendimia. Vía Blanca el viernes por la noche, donde se muestran las candidatas al trono, Carrusel el sábado al mediodía, donde además de las reinas departamentales desfilan, frente al palco oficial, otros carros de otras reinas y diferentes agrupaciones gauchas. También sirve para protestar por reclamos sectoriales como la Asamblea del agua o el sindicato de los maestros. En fin, el mismo día a la noche en el Teatro Griego se hará la gran fiesta y al finalizar los mendocinos tendremos una nueva soberana vendimial.

Otro acontecimiento de mayor trascendencia es el inicio del ciclo lectivo para todos los niveles de educación en la provincia. Y todos los años, los mendocinos somos espectadores de una repetida película. Esta siempre tiene idéntico argumento. Se inicia con tratativas paritarias entre los miembros paritarios del gobierno de turno y los del gremio: SUTE.

Esta mala película sería del género suspenso, drama o tragedia. Inevitablemente comienza con una propuesta salarial del gobierno al sindicato. El gobierno ya sabe de antemano, que el gremio no la aceptará. Entonces se decide hacer un cuarto intermedio, para volver a reunirse y cada parte lleve nuevas propuestas. Fracasa. Lo que el sindicato pide el gobierno lo rechaza. Nueva reunión dentro de quince días con la promesa de acercar posiciones. Casi nada cambia. Sendas partes esgrimen los mismos argumentos. Por un lado, el gobierno, este y todos los que le precedieron, reconoce que los docentes están mal pagos y que merecerían ganar mucho más. Pero no les alcanza el presupuesto para pagar. Por el otro lado, el SUTE, con todo el derecho que les asiste, explica que su reclamo es sólo no perder poder adquisitivo. No quieren ganar más. ‘Solo empatar con la inflación’. Así cada una de las partes manifiesta sus argumentos hasta que al fin llega lo previsto. No hay acuerdo.

En el ínterin hay declaraciones diversas y hasta extrañas por las dos partes. El Gobernador dice que el secretario general del SUTE debería estar en un hospital psiquiátrico, el gremio argumenta que el gobierno miente sobre sus intenciones de otorgar un aumento real a los maestros. Y el final anunciado. Como matrimonio siempre malavenido se produce el divorcio. Claro, el que tiene la sartén por el mango es el Poder Ejecutivo y decide otorgar el aumento por decreto. Y el sindicato decide un paro. Tercer año consecutivo con el mismo desenlace.

Lo que olvidaron en el argumento es que los verdaderos protagonistas son los alumnos. La razón de ser de toda escuela son los alumnos. Ellos se perjudican cada vez que vivimos una situación como ésta. Y sus familias que tienen la incertidumbre sobre qué pasará. Por parte del gobierno dicen que hay que mandar los chicos a la escuela y el sindicato asegura que no habrá clases.

Seguramente, el único y definitivo remedio para este drama, sea que algún gobierno tome la decisión de aceptar que la educación es una inversión y no un gasto más de su presupuesto.

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Editorial: Día Mundial de la Justicia Social -->

Editorial: Día Mundial de la Justicia Social

“La Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas proclamó, en el año 2007 al 20 de febrero como Día Mundial de la Justicia Social, al invitar a los Estados Miembros a dedicar este día especial a promover a nivel nacional, actividades que se ajusten a los objetivos y metas de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social…”

En reiteradas ocasiones y en este mismo espacio editorial de Correveidile hemos opinado sobre las efemérides, su significado y su utilidad.

Nos resulta realmente imposible recordar cada una de las efemérides. Cada día del calendario tiene más de una efeméride. Seguramente, casi todos nosotros recordamos aquellas que, desde niños, nos inculcaron en la escuela. El Día de la Independencia, el de la Bandera, el del Trabajo, el del Maestro…

Otras efemérides son recordadas gracias a la publicidad de los medios de comunicación que nos venden ‘fantásticas ofertas financiadas’ para el Día del Padre, de la Madre, del Niño, de los Enamorados, por ejemplo. En fin, efemérides de mercado podríamos llamarlas. Igualmente, hay otras tantas que casi nadie recuerda, como el Día del Camino, el Día del Libro, el Día del Árbol… Es que hemos designado un día correspondiente para cosa, acontecimiento, personas… que al fin se diluye el sentido de esa fecha o recordatorio.

Fíjense las fechas próximas de la ONU: 4 de febrero Día Mundial Contra el Cáncer, 6 de febrero Día Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, 13 de febrero Día Mundial de la Radio, 20 de febrero Día Mundial de la Justicia Social, 21 de febrero Día Internacional de la Lengua Materna, 1 de marzo Día contra la Discriminación, 3 de marzo día Mundial de la Vida Silvestre, 8 de marzo Día Internacional de la Mujer y el 20 de Marzo Día Internacional de la Felicidad.

Está bien que el organismo mundial, del cual Argentina es miembro, más influyente del planeta realice estas declaraciones, que en verdad y a nuestro parecer son simples expresiones de deseo. Sirven como una alerta para pensar sobre el tema de ese día.

¿Qué haremos nosotros el Día Mundial de la Justicia Social? ¿Saldremos todos los argentinos a denunciar los miles de casos de injusticia social en cada rinconcito del país? Seguramente no y lo más probable es que pase desapercibido. ¿Cuánto se mejoró en el mundo entero la Justicia Social a partir de la declaración en 2007 de la Asamblea de la ONU? ¿En que medida se erradicó la pobreza, creció el pleno empleo y el trabajo en condiciones dignas? ¿Qué medidas concretas y efectivas tomó cada Nación miembro de la ONU para mejorar tanta injusticia social? ¿Qué sucederá con la Justicia Social el 21 de febrero cuando ya no sea su Día? Muchas preguntas y no hay respuestas.

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