Va terminando este 2024. Fin de año. Frases comunes: “se pasó volando”. En realidad, la percepción del paso del tiempo es muy subjetiva. Puede ser que para algunas personas estos 365 días hayan pasado muy rápido. Claro, en diciembre es fácil olvidar las penurias de febrero o marzo. Para otras, en cambio, estos mismos 365 días han resultado un calvario. El año no pasó volando, sino reptando como tortuga. Estas personas no olvidan los pesares padecidos con el transcurso de los días. En fin, que no llueve para todos la misma agua.
Como sea, transitamos los días de reuniones, de juntadas para despedir el año. Flota en el ambiente una sensación de que en esta época hay que estar contentos. Nos merecemos una alegría y vamos tras ella con brindis y festejos.
Si hay un calificativo para este año es que fue raro. Terminó raro el 2023 con la asombrosa elección de Milei como presidente. Y comenzamos este año con muchas expectativas. La gente eligió a un desconocido para que acabara con la corrupción y bajara la inflación. Cansada de ver cómo los corruptos seguían impunes eligió al que prometió acabar con la casta política.
Así arrancó el 2024. Con liberación de precios, con aumentos desmedidos en tarifas de servicios públicos, se terminaron los subsidios. Presenciábamos un nuevo modelo de país. Mano dura con los piqueteros. Ordenar las calles. Dios es el mercado. La libre competencia se encargará de regular los precios.
Y Milei cumplió lo prometido, al menos en gran medida. Bajó notablemente la inflación, mantuvo el dólar paralelo a niveles aceptables, redujo el impuesto país, bajó el nivel de pobreza e indigencia. En fin, está claro que ordenó los números de la macro economía. La cuestión es el costo social que hubo que pagar para lograr este orden. Está claro que el ajuste no lo pagó la casta como prometió. El ajuste lo pagaron los jubilados -los ‘viejos meados’- y la educación pública con salarios docentes indignos.
El presidente termina el año con una imagen positiva superior al 45%.
Veremos cómo continúa en 2025. Hay muchos nubarrones oscuros en el horizonte. Actitudes como vetar leyes que no le gustan, despreciar la cultura y la persistente costumbre de insultar a todos los que piensan diferente no son buenos presagios. Se vanagloria de ser un topo dentro del Estado, cuya misión es justamente destruirlo. No cree en el Estado, por eso aborrece todo lo público -como la educación- y ensalza lo privado.
Todos esperamos que le vaya bien en su gestión. Que, así como compuso los números de la macro ahora le toque arreglar la microeconomía, es decir el bolsillo de los argentinos.
Para terminar, con ésta, la última editorial del año, sólo queda reiterar e insistir en el orden de nuestras calles, de preservar nuestro medio ambiente, de respetar las velocidades, de usar más la bici y menos el auto… En fin, seguimos escorchando siempre con los mismos temas.
Una vez más despedimos el año con la alegría de haber podido seguir siendo parte de este maravilloso pueblo. Correveidile siempre agradecido a los vecinos, nuestros fieles lectores. Para ellos escribimos. Y, obviamente a todos los anunciantes, los pequeños y los grandes. Sin ellos no sería posible nuestra existencia como periódico independiente.
Gracias. Feliz Navidad y buen 2025