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La secreta vida del general San Martín en Europa

Poco se sabe sobre este prócer después de la gloriosa campaña libertadora que realizó en Sudamérica desde su llegada a Buenos Aires en 1812 hasta su partida en 1824.

Por Carlos Campana

La actividad de San Martín en Europa fue tan interesante como la que realizó en tierras americanas, pero con gran influencia como civil. Además, se rodeó de reconocidos hombres de la alta sociedad, británica, belga y francesa. A pesar de sus enfermedades que lo tuvieron a mal traer, supo también disfrutar de placenteros lugares para descansar definitivamente del fragor de las batallas que lo honraron como militar.

El 21 de febrero de 1824 José de San Martín y su hija partieron desde el puerto de Buenos Aires, en la fragata francesa “Le Bayonnais” rumbo a Francia. La nave -luego de dos meses de viaje-, llegó al puerto del El Havre. El Libertador y su niña fueron entonces retenidos por las autoridades por llevar en su equipaje periódicos que atentaban contra la monarquía de ese país. Esto retrasó su viaje a Londres, donde pensaban residir.

El 4 de mayo finalmente llegaron a Southampton en el Reino Unido y partieron en diligencia hacia la capital británica, donde fueron recibidos por amigos como el británico James (Diego) Paroissien, gran colaborador de la campaña y quien le consiguió  alojamiento. Sin embargo, el Padre de la Patria alquiló una casa en Park Road, en la elegante zona residencial de Marylebone y puso a su hija Mercedes en un excelente colegio llamado Hampstead College.

Establecido allí, el prócer realizó una importante vida social. A principios de agosto de aquel año viajó a Escocia invitado por su amigo James Duff, conde de Fife, para ser nombrado ciudadano ilustre de la ciudad de Banff, en el condado de Banffshire. El evento se desarrolló con una gran. Posteriormente regresó a Londres para ir meses después hacia Bruselas.

Bélgica, el país elegido

En 1825, Bélgica  fue su nueva residencia y junto a su hija y su Justo Rufino se alojaron en un edificio de la calle Rue de la Fiancée 14, en Bruselas. En esta ciudad, San Martín se rodeó de destacados políticos, comerciantes y científicos. Entre otras actividades participó como miembro de la logia masónica “La Parfaite Amitié”. Prueba de esto fue la entrega de una medalla que sus miembros le hicieron al Libertador  con su imagen de perfil acuñada por el masón Jean Henrie Simon. En 1829, el Padre de la Patria intentó regresar a la Argentina, pero ante la anarquía que existía en nuestro territorio retornó a Bélgica.

En la capital belga siguió con su rutina, pero aquejado por una artritis reumatoidea, su médico le recomendó viajar periódicamente a las aguas termales de Aix-la-Chapelle, en la ciudad alemana de Aquisgrán, para aliviar sus dolores.

El 24 de agosto de 1830, estalló una revolución en los Países Bajos que concluyó con la independencia de Bélgica. Ante estos acontecimientos, el alcalde de Bruselas -Barón Louis de Wellens- y varios revolucionarios le ofrecieron al general José de San Martín el mando de sus tropas, lo que éste rechazó. Propuso, en cambio, a su camarada y amigo, el general español Juan Van Halen y Sartí. Los incidentes hicieron que padre e hija marcharan hacia París para radicarse definitivamente en Francia, mientras que su hermano Justo Rufino lo hizo en España. El joven falleció en Madrid, dos años más tarde.

Francia, reposo final

Los San Martín se instalaron en una casa en calle Rue Providence 18, en pleno centro de París. En aquel momento, se produjo en Europa la epidemia de cólera-morbo, que atacó a los centros urbanos más importantes de ese continente. El cólera llegó a Gran Bretaña y a fines de marzo de 1832, se extendió a Francia causando la muerte de miles de ciudadanos. Debido a esta situación, el héroe de Maipú y su hija se establecieron en una casa de campo en Montmorency (a unos 15 kilómetros al norte de París), pero ambos contrajeron la enfermedad en la que José estuvo a punto de morir.

En diciembre de ese año, Mercedes Tomasa se casó con Mariano Balcarce, y tiempo después serían padres de dos hijas. En 1834, el vencedor de los Andes, adquirió por 13 mil francos -una fortuna por aquel entonces- la pequeña mansión de Grand Bourg que fue su residencia por más de una década. En ese lugar recibió la visita de notables personajes americanos  como Sarmiento, Bustamante, el poeta Ascasubi y Juan Baustista Alberdi entre tantos otros.

Un correntino en ItaliaA fines de 1845 y principios de 1846, viajó acompañado de su mayordomo a Italia y recorrió, primero la ciudad de Florencia para ir a Nápoli, donde se alojó unos días en hotel de Le Crocelle cercano al puerto. Cabe destacar que el prócer manejaba con fluidez el idioma italiano. Allí visitó una serie de lugares y se cree que llegó hasta las ruinas romanas de Pompei. Posteriormente se estableció en la ciudad de Roma, en el Hotel Minerve, en el Palazzo di Conte. Actualmente perdura con el mismo nombre y allí se encuentra una placa de mármol que hace referencia a su estadía-. En ese lugar sufrió una convulsión que casi le cuesta la vida y gracias a la intervención del argentino Posadas logró salvar su vida. Después de varios días, regresó a Francia.

Los últimos tiempos del Libertador

En 1848, estalló en París una revolución que derrocó al rey Luis Felipe. Ante estos sangrientos acontecimientos, el general San Martín se trasladó a Boulogne Sur Mer para intentar viajar en barco al Reino Unido y radicarse en ese país. Pero al restablecerse el gobierno francés, sumado a un delicado estado de salud, decidió alquilar una propiedad en la Grand Rue 105 de esa localidad. Allí pasó sus últimos meses junto a su hija y su familia. Fue en esa casa donde falleció el 17 de agosto de 1850, a los 72 años de edad.

1 Comentar este artculo

  1. Miguel Fernandez Dijo:

    1. Nació español: Yapeyu, 25 agosto 1778. Se instruyó, creció y combatió para España desde los 6 años a los 33 años.

    2. wiki: En abril de 1784, cuando tenía seis años, llegó con su familia a la ciudad española de Cádiz ―previa estadía en Buenos Aires― y se radicó luego en la ciudad de Málaga.4​5​Comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Ingresó posteriormente al ejército español e hizo su carrera militar en el Regimiento de Murcia.6​Combatió en el norte de África, luego contra la dominación napoleónica de España y participó en las batallas de Bailén y La Albuera.7
    3. Con 34 años, en 1812, con pasaporte y en nave inglesa, llega a Buenos Aires. y ejecuta el Plan Maitland: Cuyo – Chile – Peru. (Leer a Terragno, Rodolfo: Maitland & San Martín: Universidad Nacional de Quilmes.) En territorio nacional argentino actual sólo combate de San Lorenzo.

    4. “Ejercito Libertador” argentino chileno, muchos negros y mulatos. El general San Martín conformó el ejército con 3 generales, 28 jefes, 207 oficiales, 15 empleados civiles, 3778 soldados de tropa (formado por una mayoría de soldados negros y mulatos, más de la mitad esclavos libertos,3​ y por soldados chilenos,1​ entre ellos los que emigraron a Mendoza después de la batalla de Rancagua), 1200 milicianos montados (para conducción de víveres y artillería), 120 barreteros de minas (para facilitar el tránsito por los pasos), 25 baquianos, 47 miembros de sanidad (para conformar el hospital de campaña), 16 piezas de artillería (10 cañones de 6 pulgadas, 2 obuses de 4 y 1/2 pulgadas y 4 piezas de montaña de 4 pulgadas), 1600 caballos extras (para caballería y artillería) y 9281 mulas (7359 de silla y 1.922 de carga).4​ De estas tropas, eran chilenos entre 7085​ y 1200 hombres.6​

    Decidido su retiro del Perú, el general SAN MARTÍN ABANDONA EL EJERCITO QUE HABIA FORMADO, EN MANOS DE BOLIVAR. delega el gobierno del Perú en el marqués TORRE TAGLE, invistiéndolo con el carácter de Supremo Delegado del Perú, acordándole las amplias facultades que el Estatuto le había concedido a él, cuando lo nombró “Protector del Perú (21 setiembre 1822 Decidido su retiro del Perú, el general SAN MARTÍN delega el gobierno del Perú en el marqués TORRE TAGLE, invistiéndolo con el carácter de Supremo Delegado del Perú, acordándole las amplias facultades que el Estatuto le había concedido a él, cuando lo nombró “Protector del Perú)

    Motín del Callao
    Artículo principal: Sublevación del Callao
    El 5 de febrero de 1824 algunos sargentos rioplatenses convencidos por el coronel español José María Casariego, que estaba recluido en sus prisiones, sublevaron la guarnición del Callao en el Perú, compuesta por el Regimiento de Infantería del Río de la Plata, el Batallón N° 11 de los Andes, el Batallón N° 4 de Chile, la Brigada de Artillería peruana del Callao y la Brigada de Artillería Volante del Perú,52​ conformando en total unos 2.000 hombres que se pasaron a los realistas, enarbolando el pabellón español y entregando las fortalezas del Real Felipe del Callao. Parte del Regimiento de Granaderos a Caballo se plegó a la sublevación (Sublevación de los granaderos a caballo). Este hecho significó la disolución del Ejército de los Andes.

    Sin embargo, permanecieron con el ejército de Simón Bolívar unos 122 granaderos a caballo argentinos con los que Mariano Necochea formó un escuadrón que participó en las batallas de Junín y de Ayacucho.53​ En 1824 el general Cirilo Correa reemplazó a Martínez en la jefatura y se dispuso el regreso a la Argentina. El 19 de febrero de 1826 llegaron a Buenos Aires finalizando la campaña.

    O SEA, DE *- 4.000 HOMBRES REGRESARON 122 !!! (https://es.wikipedia.org/wiki/Ej%C3%A9rcito_de_los_Andes#Mot%C3%ADn_del_Callao)

    5. El 10 de febrero de 1824 partió hacia el puerto de El Havre (Francia). Tenía 45 años. falleció a la edad de 72 años, a las tres de la tarde del 17 de agosto de 1850

    Es decir de 1 a 6 años en Vireynato Rio de la Plata; de 6 a 33 años en España y combatiendo por España; de 1812 a 1823 en América; y de 1824 a 1850 en Europa. Fue Albacea del hombre más rico de la época, el Rockefeller de entonces, el banquero Aguado.

    Estos y otros hechos objetivos no están alineados con “el relato” o “los relatos” impuestos. Y suele ser duro afrontar sentimientos entrelazados desde la niñez con tales relatos. Estos párrafos son intencionalmente incompletos y un tanto inconexos, para que cada cual, si quiere, investigue y haga su propia síntesis, distinta a la impuesta históricamente.

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