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Martiniano Arce, el último alquimista del pincel

Es el único exponente del fileteo que perdura en Buenos Aires. Si bien sus obras no se pueden disfrutar en las calles de la Ciudad, su arte ya quedó plasmado en la historia de la literatura y la pintura popular.

Texto y fotos: Carlos Carrión

Nacido en Buenos Aires a fines del siglo XIX, llegó para darle color a los tradicionales carros grises que recorrían los emperadores. Como el tango, el lunfardo y el mate, se desarrolló en estas tierras y alcanzó una fama universal que aún se mantiene. El fileteado, una fantástica combinación de pintura y letras, es un arte sin escuela y una tradición que, aunque oculta, todavía sigue vigente.

Los primeros en romper la monotonía del paisaje porteño de fin del siglo fueron Vicente  Brunetti y Atilo Pascarella. Con mucha imaginación y talento, encontraron la fórmula perfecta para que las calles de la ciudad se volvieran más alegres y atractivas. Pintando las ruedas de los carros de colores brillantes lograron no solo un cambio visual, sino originar una feroz competencia entre los choferes de antaño.

Hoy, uno de los pocos representantes de este arte se esconde en una recóndita esquina de San Telmo entre sus pintorescos cuadros. Se llama Martiniano Arce. “Desde los 14 años el fileteado es mi profesión”, cuenta Martiniano. “Yo diría que fue mi primer amor. Me inicié fileteando camiones pero desde principios de los ’80 solo hago fileteado de caballete”.

A pesar de esto, no hace falta acercarse a su taller de trabajo para conocer su obra. Una importante editorial decidió publicar sus trabajos para rescatar esa vieja tradición literaria popular y no dejar que muera en el olvido. “Quisimos ofrecer una literatura para todos ”, comentó el escritor Gustavo Roldán. “Por eso decidimos no dejar en un segundo plano una obra tan importante como esta”.

En este arte del filete, según Arce, “la palabra y el dibujo no tienen vida propia sino que ambos forman parte de un todo integral que se materializa con la letra, la línea, las flores y los pájaros. Los conocimientos que adquirió le fueron transmitidos por su padre, ya que no conoció maestros en el arte del fileteado. “La pasión y la inspiración fueron mi escuela”, afirma.

Por su enorme talento, Martiniano pudo inmortalizar a través de sus pinceles a grandes personajes de nuestra cultura popular. Evita, Jorge Luis Borges, Carlos Gardel, Aníbal Troilo, Edmundo Rivero y hasta Atahualpa Yupanqui quedaron plasmados en sus extraordinarios grabados.

Curiosamente, Arce emprendió hace unos años un ritmo mortuorio que culminó con el fileteado de los que en la posteridad serán su ataúd y el de su esposa. “Sé que la muerte esta cerca ”, dice Martiniano. “ Y como uno parte y deja el cuerpo, decidí hacer nuestro ataúd”.

Esta determinación tuvo su fuente de inspiración hace tres décadas cuando “el fileteador de Buenos Aires” visitó el Museo del Louvre. “Allí ví los cajones fileteados por los Egipcios y por eso cuando volví a Buenos Aires decidí comprar uno para pintarlo”.

Y si bien su mujer, a quien llama “Pipi”, se negó rotundamente a la idea de tener un ataúd anticipado, Martiniano escogió uno al que fileteó de color rosado y ahora lo tiene junto al suyo esperando el “trágico día”.

Los primeros fileteados que se realizaron en Buenos Aires quedaron plasmados en camiones, colectivos, fachadas de negocios y hasta en casas particulares. Todavía en la parte trasera de algún viejo furgón se leen frases como “si hay un hueco en tu vida, llenálo de bebida” o “las mujeres son como los colectivos, no hay que correrlas, vuelven a pasar”.

Y si bien hoy el fileteado fue desplazado por los monstruosos carteles publicitarios y los letreros luminosos, las pinceladas quedaron fuertemente marcadas en el corazón de la ciudad. Porque el filete, a pesar de Martiniano Arce, aún está lejos de la muerte.

Por estos días, se pueden apreciar en la villa puntana de Merlo, según pudo comprobar Correveidile, varios carteles comerciales adornados con las bellas y coloridas pinceladas del fileteo. Y es que en el lugar existe un par de talleres donde se enseña este viejo arte.

1 Comentar este artculo

  1. Maria Dijo:

    Martiniano Arce, el último alquimista del pincel
    29 abril 2013
    Es el único exponente del fileteo que perdura en Buenos Aires.

    No es cierto.

    Existen muchos Maestros que dedican su vida al Fileteado Porteño, entre ellos Pedro Araya; cuya trayectoria fue reconocida por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires

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