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Alfonsina Storni, y el primer tour en colectivo al Cristo Redentor -->

Alfonsina Storni, y el primer tour en colectivo al Cristo Redentor

Por Carlos Campana

Todo comenzó en un mes de febrero de 1928, cuando por iniciativa de un italiano llamado Umberto Ricco, se organizara el primer viaje en micro turístico hacia el Cristo Redentor.

Era una idea bastante descabellada pero que podía ejecutarse porque lo que sobraba era coraje y ganas por realizar esa osada aventura.

La ruta no era de lo mejor para realizar la travesía, ya que se debía cruzar por angostas y empinadas sendas.

Una pasajera muy particular

Al conocerse la noticia del tour, comenzaron a conocerse los nombres de los viajeros que participarían en aquella empresa.

El que más llamó la atención fue el de la poetisa Alfonsina Storni, quien estaba pasando unas vacaciones en nuestra provincia.

Cuando la joven se enteró del viaje, aceptó la idea con gran entusiasmo. Su decisión generó polémica y dudas sobre el final del viaje en micro. En la sociedad machista de ese tiempo, sus detractores argumentaron una infinidad de excusas para que Alfonsina no fuera pasajera. Se decía que “se exponía a un grave riesgo” porque transitaría por senderos que corrían por cornisas a miles de metros del nivel del mar, al borde de impresionantes precipicios; que aquel no era “un viaje para una mujer…” y hasta que era un año bisiesto. Pero todos los intentos por amedrentarla fracasaron. Alfonsina insistió y el 28 de febrero de 1928, con un vestido hasta los tobillos, un fino tapado largo de color negro y un sombrero de ala ancha –al estilo gardeliano– estuvo lista para iniciar el viaje.

A cada uno de los miembros de la expedición el pasaje le significó una inversión de cincuenta pesos, bastante dinero para aquella época.

Los espero en el check point

El día señalado, a las seis de la mañana, de la intersección de la avenida San Martín y Coronel Díaz, de Ciudad, salió la expedición.

El primer punto importante del itinerario fue la plaza departamental de Las Heras, para luego subir en dirección al cerro de la Cal y seguir hasta la bifurcación del camino de Villavicencio y el ingreso a la magnífica Quebrada del Toro, con un espectáculo de ríos secos y la incomparable Garganta del Diablo. Fue en ese lugar donde el amanecer tiñó de rojo al precario vehículo. La osada mujer casi no hablaba y admiraba todo. Los demás miembros del grupo comentaban los detalles de los vericuetos del camino.

El chofer, Umberto Ricco, aún no comprendía que estaba trazando un hito en la historia de Mendoza y de la cordillera de los Andes.

Al llegar a los 3.000 metros, en Los Paramillos se realizó la primera pausa para luego iniciar el descenso. Los pasajeros comentaban sobre las minas de plata y las araucarias petrificadas de Darwin mientras llegaban a la vieja estancia de Uspallata. A partir de allí comenzaba la etapa más dura de la travesía. Costeando el río Mendoza, el micro alcanzó Ranchillos y Picheuta.

El conductor enfrentó las pronunciadas subidas y los bruscos descensos que le marcaba la senda, que solo era una huella pedregosa. El próximo punto era la pequeña población de Polvaredas. Cabe destacar que por aquel tiempo no pasaba el Ferrocarril Trasandino por las viejas y pequeñas instalaciones de esa localidad, ya que ese tramo se construyó en 1943 luego de nueve años de inactividad por el aluvión de 1934. Mientras tanto, la joven Alfonsina admiraba la inmensa naturaleza.

Para el intrépido conductor no fue fácil ascender al cerro Amarillo, ya que tuvo que realizar infinitos zigzags y maniobras para seguir el rumbo. Después de varios kilómetros de recorrido la expedición llegó a la confluencia de los ríos Vacas, Cuevas y Tupungato. No quedaba mucho para llegar al Puente del Inca, sitio en donde finalizaba el primer día de viaje.

Los viajeros se alojaron en el hotel de esa localidad y después de almorzar, realizaron un recorrido por el puente natural. Luego llegó la hora de la cena, en la que los personajes realizaron comentarios sobre la primera jornada.

Un viaje a 4.000 metros

A las 5 de la mañana del miércoles 29 de febrero se inició el ascenso a Las Cuevas. Al cruzar el río Horcones, Ricco paró el micro para que Alfonsina y los viajeros divisaran el cerro Aconcagua. Ella no hizo ningún comentario, pero quedó impresionada por la imponente belleza del Coloso de América.

Ya en Las Cuevas, pasaron por las oficinas del Correo, la Aduana y el destacamento de Policía para realizar los trámites migratorios. Al finalizar, el pequeño transporte colectivo emprendió el dramático ascenso hasta el Cristo Redentor.

El camino era sinuoso, con más de cuarenta curvas. Había que efectuar varias maniobras para girar en la serpenteante huella que estaba sólo habilitada para carruajes tirados por caballos. En la cumbre, a 4.200 metros sobre el nivel del mar, los viajeros se detuvieron un largo rato y en el Cristo aprovecharon para sacar algunas fotografías. Alfonsina se negó a posar, pero por casualidad y sin que se diera cuenta quedó retratada en una panorámica. Luego de visitar la cumbre se realizó el descenso hasta la localidad chilena de Los Andes, en donde tuvieron que enfrentar los vericuetos del camino sobre la cordillera chilena que finalizó a las 13.30 de aquel día. En ese momento se inició la historia de lo que hoy conocemos como el turismo cordillerano de alta montaña en Mendoza.

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Benito Marianetti,un humilde habitante de Chacras -->

Benito Marianetti,un humilde habitante de Chacras

Fue uno de los escritores más prolíficos que tuvo Mendoza; con más de 60 obras publicadas. El notable abogado fue un destacadísimo habitante nacido en Luján de Cuyo y vecino de Chacras de Coria.

Por Carlos Campana

Benito Marianetti no sólo se destacó como uno de los más grandes en las letras, sino que tuvo una gran participación en la vida política mendocina. Primero como creador del Partido Socialista Obrero y posteriormente como militante del Partido Comunista que lo llevó, desde 1933 y en otras oportunidades, a ocupar la banca de legislador provincial. También fue elegido como Diputado Constituyente en dos oportunidades durante la reforma de la constitución de 1943 y 1949.
Abogado brillante, supo defender los derechos de cientos de humildes ciudadanos por muchos años, inclusive sin percibir sus honorarios. Además llegó a ser presidente del Colegio de Abogados de Mendoza. Por pensar diferente en lo político, conoció la persecución y la cárcel.
Fecundo luchador

El doctor Benito Marianetti nació el 15 de enero de 1903. Hijo de padres italianos quienes como inmigrantes llegaron a Mendoza con el sueño de progresar, se dedicaron al cultivo de la vid. Desde muy niño, Benito trabajó en la finca de la localidad de Lunlunta.

Durante su adolescencia fue alumno del Colegio Nacional y el rector educacionista José P. Dávila influyó en su pensamiento político. Egresado de ese instituto partió a la Capital Federal para seguir abogacía en la Universidad de Buenos Aires, carrera en que sobresalió con sus notas. Allí también, abrazó la política involucrándose en el Partido Socialista de la que también fue uno de los impulsores de la prensa partidaria.

En su retorno a Mendoza, en 1927, siguió militando en ese partido y creó el Partido Socialista Obrero para luego abrazar la causa del comunismo y estrechar filas allí en 1943, como una figura sobresaliente en el ámbito local y nacional.

Benito se radicó a mediados del siglo pasado en una finca de Chacras de Coria, a donde lo visitaron grandes personajes internacionales de la política y la cultura, como el presidente de Chile Salvador Allende, o los escritores Pablo Neruda
y Nicolás Guillén. Por su finca pasaron, también, los cantantes Jorge Cafrune y Mercedes Sosa; el gran artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, los locales Ricardo Tudela, Américo Calí, Jorge Enrique Ramponi, Ángel Bustelo, Jacinto de la Vega, Florencia Fossati y Armando Tejada Gómez, entre otros.

Visionario de la vitivinicultura

Tal vez, una faceta poco conocida de Benito Marianetti fue la gran pasión por la vitivinicultura y las progresistas ideas sobre la industria, que puso en práctica con coherencia, como productor y defensor de los derechos de los trabajadores. Cuando fue legislador, presentó varios proyectos para la defensa de la industria y la producción en la provincia.

Entre sus ideas socialistas, promovió y propuso la formación de cooperativas vitivinícolas con la participación directa de los trabajadores del sector, con la idea de una nueva organización de la economía de la uva y del vino. Esto -según Marianetti- generaría una mayor actividad para la producción y comercialización del vino. También fue un ferviente defensor de la participación del Estado mendocino en el apoyo a estas pequeñas empresas cooperativas con la adjudicación de créditos blandos -lo que hoy podríamos considerarlos como PyME’s- actualmente motores de la economía regional.

Entre otras ideas, este visionario propuso la tecnificación y la investigación científica para obtener una mejor calidad del producto y de establecer la denominación en origen. Además, participó activamente en la Federación de la Industria Vitivinícola  la Asociación de Viñateros de Mendoza.
Benito Marianetti falleció en su casa de la calle Perú 1176 de la Ciudad de Mendoza, el 1 de octubre de 1976. Sus restos descansan en el Cementerio de Luján, departamento que amó hasta su muerte. Su hijo fue el recordado, notable y querido vecino, médico y artista, José Enrique Marianetti.

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El aluvión que casi destruye a chacras hace cincuenta años -->

El aluvión que casi destruye a chacras hace cincuenta años

Por Carlos Campana

Hace cincuenta años, gran parte de Chacras de Coria sufrió una devastadora tormenta de lluvia y granizo, fue exactamente el 22 de diciembre de 1972, en las primeras horas de la tarde, tras un día de intenso calor.

El cielo se puso de un oscuro gris plomizo y a eso de las 14 horas una gran tormenta se abatió sobre los cerrillos de La Puntilla, lo que originó un verdadero aluvión cuya devastadora corriente terminó por seccionar la antigua ruta del acceso sudoeste a Mendoza. La abrupta abertura, de unos 12 metros de longitud se produjo en el viejo túnel ferroviario, por donde pasaban las vías del tren trasandino.
La creciente levantó rieles y arrancó terraplenes en un tramo de alrededor de 200 metros que rompió también el acueducto del río Blanco, derribando los postes telegráficos.
Pero eso no fue todo, ya que un importante aluvión se formó en la zona de Cacheuta luego de la intensa lluvia con granizo. Fue allí que una gran correntada descendió hacia Chacras de Coria.
Al parecer, el caudal de agua rebalsó rápidamente la capacidad de evacuación del puente sobre la ruta internacional, las piedras obturaron la boca de esta obra, por lo cual la corriente tuvo que buscar escape por el túnel ferroviario, ubicado unos 10 metros al sur. Inmediatamente, comenzó a socavarse la base del camino hasta terminar por derrumbar el murallón artificial que la ruta internacional forma en este sector.
Posiblemente la zona más afectada por la correntada, que adquirió características extraordinarias, fue la de calle Viamonte y Pueyrredón, conocida como la esquina de la Virgen, donde el agua alcanzó más de un metro de altura. El arroyo Sosa, es decir el que corre costeando la calle Viamonte, desbordó antes de cruzar esa arteria como consecuencia de un añoso eucaliptus que fue arrastrado por las aguas a lo largo de más de un kilómetro. Unos ochenta metros antes del cruce de ese cauce sobre la calle, el gran árbol produjo el atascamiento en un paso peatonal.
En ese lugar las aguas desbordaron y se desplazaron torrencialmente hacia las fincas vecinas, las que quedaron totalmente anegadas y con gran cantidad de piedras. También se rompieron las cañerías del agua potable, se produjo la caída de postes de energía eléctrica y  teléfono y se destruyó el pavimento.
Unos cincuenta metros antes de llegar a la intersección de Viamonte y Pueyrredón, especialmente la primera de esas arterias se convirtió en un verdadero río.
El agua inundó todas las casas vecinas y produjo la caída de dos precarias viviendas cuyos ocupantes afortunadamente lograron escapar unos minutos antes sin producirse víctimas.
Un automóvil que se encontraba a la altura de calle Viamonte al 4.000 fue arrastrado por las aguas. Su conductor pudo desviarlo por el puente de una casa, pero no pudo impedir que el vehículo cayera hacia un costado con grave riesgo de volcar, mientras sus ocupantes tuvieron que permanecer allí con el agua hasta la cintura corriendo grave peligro.
Varios viñateros de la zona también sufrieron cuantiosas pérdidas con este evento climático ya que sus fincas terminaron totalmente inundadas y las vides fueron  destrozadas por el granizo.
Aún hoy, numerosos pobladores de Chacras recuerdan  aquella  fatídica tarde, ocurrida a solo dos días de la Navidad de 1972, cuando las aguas bajaron con furor por un sector de nuestra localidad.

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Encarnación Rosell: La catalana que conquistó el corazón de Chacras -->

Encarnación Rosell: La catalana que conquistó el corazón de Chacras

Fue una de las más respetadas y admiradas damas del distrito a principios del siglo XX.

Junto a su esposo fundaron la bodega que continúa con el nombre de “Cavas Rosell-Boher”, que ofrece excelentes vinos y espumantes gracias al tesón de sus descendientes.

Por Carlos Campana

Su nombre era Encarnación Rosell-Boher. Nació el 2 de febrero de 1885 en un pueblo de Cataluña, llamado Sant Salvador de Toló, en Lérida, España. Fueron sus padres, don Pedro Rosell y Rita Boher.

Como muchos inmigrantes europeos, escogieron nuestro país como el lugar para cristalizar sus sueños de una vida próspera, algo que Argentina ofrecía a fines del siglo XIX. Y así fue que esta familia llegó a Buenos Aires y luego se afincó en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, en donde el matrimonio tuvo más hijos.

Una nueva vida en Chacras

En 1905, con sólo 20 años, Encarnación se casó el 4 de noviembre,  en la localidad santafecina de Villa Constitución, a orillas del río Paraná, con su coterráneo Bernardo Martínez. Unos meses después, decidieron partir a Mendoza para luego establecerse en nuestra localidad.

Aquí, Bernardo y Encarnación compraron una propiedad en la calle Pueyrredón 1210. Fue en ese lugar que formaron su hogar y luego construyeron una pequeña bodega que con el tiempo fue prosperando hasta convertirse en un importante establecimiento vitivinícola de la zona.

Doña Encarnación, no sólo supo ser una ejemplar madre y esposa sino que también se dedicó a realizar obras de caridad en Chacras para los más necesitados. Además, participó activamente junto a otras damas de la alta sociedad, en la construcción de la capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que fue consagrada en 1910 y finalizada a mediados de la década del ‘30. No sólo la parte religiosa fue su meta; también colaboró junto a su esposo en la Biblioteca “Mariano Moreno” y en la Sala de Primeros Auxilios.

Doña Encarnación Rosell falleció a los 46 años, el 25 de julio de 1931, en su casa de Chacras de Coria. Sus restos fueron sepultados en el Cementerio de la Ciudad de Mendoza. En la actualidad, uno de los vinos espumantes más reconocidos de “Cavas Rosell-Boher” lleva su nombre: “Encarnación”.

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Historias del Pago: Cuando el presidente José Figueroa Alcorta pasó por Chacras -->

Historias del Pago: Cuando el presidente José Figueroa Alcorta pasó por Chacras

Durante la primavera de 1910, el presidente de la Nación José Figueroa Alcorta, llegó a nuestra provincia junto a los ministros de relaciones exteriores, guerra y marina, Carlos Rodríguez Larreta -bisabuelo del actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires-, Eduardo Racero y Juan José Sáenz Valiente. Además se encontraba el distinguido médico y diputado nacional Luis Agote. Juntos estuvieron en la plaza de Luján, Chacras de Coria y el Dique Cipolletti.

Por Carlos Campana

El 22 de setiembre el primer mandatario nacional José Figueroa Alcorta acompañado por una importante comitiva, llegó desde Chile y fue recibido por el entonces gobernador de la Provincia, Rufino Ortega (hijo). Era la segunda vez en la historia local que un presidente en ejercicio se hospedaba en la capital mendocina. El primero fue Julio Argentino Roca, quien en abril de 1885 pisó suelo mendocino y lo recibió el gobernador Rufino Ortega. Esta extraña coincidencia se repitió después de 35 años, cuando su hijo recibió a Figueroa Alcorta.

La comisión fue recibida calurosamente por el gobernador y gran cantidad de público en la estación del Ferrocarril Trasandino. Posteriormente los visitantes partieron en diferentes carruajes hacia las calles principales de la Ciudad, donde fueron recibidos con flores y vítores del pueblo mendocino. Tras una intensa actividad, el presidente Figueroa Alcorta -acompañado por la primera dama-, se dispusieron a descansar en la casa del gobernador para proseguir, al día siguiente con visitas programadas a diferentes lugares de la zona.

A las 10 de la mañana del 23, el presidente de la República llegó con el gobernador a la antigua Casa de Gobierno de calle Rivadavia. Allí se encontraban otros funcionarios nacionales que se preparaban para emprender un viaje recreativo. A esta excursión se agregaron miembros del gobierno provincial que partieron en automóviles.

Para este itinerario, el Poder Ejecutivo alquiló gran parte del parque automotor que tenían los mendocinos para que la comisión viajara rápida y cómodamente, pero no fue suficiente y muchos invitados tuvieron que hacerlo en carruaje o tren. Los autos formaban una larga fila con ministros y representantes a los que se sumaron los gobernadores de San Juan y San Luis.

Al iniciar la marcha, estos móviles partieron rumbo al sur, al centro de Luján de Cuyo por el entonces polvoriento camino del carril Cervantes. El presidente quedó impresionado por los florecientes viñedos que encontró al transitar por el camino.

Luego la comitiva llegó a la plaza departamental y fue recibida con algarabía por conocer al primer magistrado. Aguardaban también a los excursionistas, los alumnos de las escuelas. En aquel sitio se realizó un breve acto y posteriormente la comisión prosiguió su marcha hacia Chacras de Coria y posteriormente al dique del río Mendoza.

Los honorables visitantes observaron aquella gran obra de ingeniería hídrica de sólidos muros. Se les explicó su funcionamiento, la forma por la cual se distribuía el agua y su sistema de riego. Este hecho marcó para siempre a los vecinos de Chacras de Coria, que recibieron por primera vez la visita de un presidente de la Nación.

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Los Girala: Una familia libanesa con 112 años de raíces -->

Los Girala: Una familia libanesa con 112 años de raíces

“Esta es una clásica historia de inmigrantes no europeos. De abuelos libaneses”, comparte sobre su familia Daniel Girala, tercera generación en Chacras de Coria y quien lleva adelante el aserradero ubicado en la calle Roberto De LaMotta (antigua 6 de setiembre).

“Mi abuelo José Girala vino en 1908 a Chacras de Coria. Tenía un tambo, me contaba mi padre (Moisés), en la calle Álzaga del Barrio 25 de Mayo, donde después, muchos más tuvieron reparto de leche”, dice Daniel Girala. Este era entonces un pueblo de pocos habitantes.

Su abuela Yesuhie Yazbek, en cambio, llegó en 1924 de la misma región montañosa del Líbano. Y aunque ya se conocían, fue durante su visita a Chacras para reencontrarse con sus parientes de apellido Azar, como se unieron en matrimonio en 1926. Yesuhie venía por tres meses y se quedó hasta 1966, año en que nació Daniel, el responsable del histórico aserradero de la calle Roberto De La Motta y quien comparte el devenir de su numerosa familia.

Moisés fue el primero de ocho hermanos. Le siguieron Miguel, Alberto, María, Alfredo, Gerardo (quien recientemente compuso una canción inspirada en Chacras de Coria), Esther (dueña del Restaurante Árabe de calle Loria) y Antonio. “La historia de mis abuelos es de gente muy humilde. José pudo comprar un terreno donde construyó su casa, que es donde vivo ahora, en una época bastante convulsionada del país. Tanto es así, que las calles recibieron el nombre 6 de septiembre -perpendicular a Uriburu-, nombres muy relacionados al golpe de Yrigoyen”, explica.

José se las rebuscaba vendiendo género y mercadería, como muchos libaneses de la época. En su carretela salía temprano por las mañanas a recorrer distintas fincas de la zona. A la noche regresaba para reencontrarse con su descendencia y su compañera, una experta de la huerta y una madre dedicada a la crianza. De a poco fueron progresando y afianzaron amistades entre encuentros religiosos, juego de cartas, partidos de fútbol, retretas en las temporadas de verano y salidas a boliches como los de Jelacich.

Con la actividad industrial creciente en el distrito, los hermanos Girala aprendieron el oficio de la madera y con sus ahorros, Moisés compró su primera máquina para darle forma a su aserradero. El taller continúa abierto y guarda la mística de aquellos primeros años de trabajo incansable. “Aquí se pueden procesar desde troncos grandes hasta durmientes, que es lo que más hago, así como cortes de madera dura. Me gusta la música, siempre quise dedicarme a eso y un poco músico me siento, pero mi oficio es la madera”, expresa Daniel, hermano de José Luis, Maricel, Miguel Ángel y Ana María. Son veintitantos los nietos de José y Yesuhie, y unos 80 los bisnietos dispersos por distintas geografías: Brasil, Mar del Plata, Uruguay.

Canción a Chacras de Coria: “Privilegio Mendocino”

Gerardo Girala, ingeniero electromecánico, vive en la costa del mar argentino hace 40 años junto a su compañera sanjuanina. Con los recuerdos a flor de piel compuso una canción inspirada en esta tierra, que más tarde grabó a distancia y en cuarentena, con sus hermanos Esther y Antonio. En el estudio de Diego Girala, primo de Daniel, los versos y la música cobraron vida y ritmo en “Privilegio Mendocino”, disponible en YouTube.

Daniel es quien comparte los fragmentos de esta historia. Lleva toda su vida en Chacras: 54 años. Conoce cada recoveco de su tierra, los vecinos de antaño, las costumbres antiguas. Guarda recuerdos con lujo de detalle y una manera de compartirlos que parece parte de un libro. Escucharlo hablar es una manera de conocer la identidad de este mapa. Un dato de color regresa ahora a él: “Mi tío me decía que yo era el único comunista de la familia y también que el Che Guevara había estado en Chacras de Coria, de visita en la casa de unos parientes”. Aunque le costó creerlo, con el tiempo supo que el dato era certero y hasta había sido publicado.

Sobre este y otros detalles pintorescos hablaremos más adelante… Para escuchar la canción: https://www.youtube.com/watch?v=3xoD9IHYFgs&feature=youtu.be&ab_channel=DiegoJirala

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La secreta vida del general San Martín en Europa -->

La secreta vida del general San Martín en Europa

Poco se sabe sobre este prócer después de la gloriosa campaña libertadora que realizó en Sudamérica desde su llegada a Buenos Aires en 1812 hasta su partida en 1824.

Por Carlos Campana

La actividad de San Martín en Europa fue tan interesante como la que realizó en tierras americanas, pero con gran influencia como civil. Además, se rodeó de reconocidos hombres de la alta sociedad, británica, belga y francesa. A pesar de sus enfermedades que lo tuvieron a mal traer, supo también disfrutar de placenteros lugares para descansar definitivamente del fragor de las batallas que lo honraron como militar.

El 21 de febrero de 1824 José de San Martín y su hija partieron desde el puerto de Buenos Aires, en la fragata francesa “Le Bayonnais” rumbo a Francia. La nave -luego de dos meses de viaje-, llegó al puerto del El Havre. El Libertador y su niña fueron entonces retenidos por las autoridades por llevar en su equipaje periódicos que atentaban contra la monarquía de ese país. Esto retrasó su viaje a Londres, donde pensaban residir.

El 4 de mayo finalmente llegaron a Southampton en el Reino Unido y partieron en diligencia hacia la capital británica, donde fueron recibidos por amigos como el británico James (Diego) Paroissien, gran colaborador de la campaña y quien le consiguió  alojamiento. Sin embargo, el Padre de la Patria alquiló una casa en Park Road, en la elegante zona residencial de Marylebone y puso a su hija Mercedes en un excelente colegio llamado Hampstead College.

Establecido allí, el prócer realizó una importante vida social. A principios de agosto de aquel año viajó a Escocia invitado por su amigo James Duff, conde de Fife, para ser nombrado ciudadano ilustre de la ciudad de Banff, en el condado de Banffshire. El evento se desarrolló con una gran. Posteriormente regresó a Londres para ir meses después hacia Bruselas.

Bélgica, el país elegido

En 1825, Bélgica  fue su nueva residencia y junto a su hija y su Justo Rufino se alojaron en un edificio de la calle Rue de la Fiancée 14, en Bruselas. En esta ciudad, San Martín se rodeó de destacados políticos, comerciantes y científicos. Entre otras actividades participó como miembro de la logia masónica “La Parfaite Amitié”. Prueba de esto fue la entrega de una medalla que sus miembros le hicieron al Libertador  con su imagen de perfil acuñada por el masón Jean Henrie Simon. En 1829, el Padre de la Patria intentó regresar a la Argentina, pero ante la anarquía que existía en nuestro territorio retornó a Bélgica.

En la capital belga siguió con su rutina, pero aquejado por una artritis reumatoidea, su médico le recomendó viajar periódicamente a las aguas termales de Aix-la-Chapelle, en la ciudad alemana de Aquisgrán, para aliviar sus dolores.

El 24 de agosto de 1830, estalló una revolución en los Países Bajos que concluyó con la independencia de Bélgica. Ante estos acontecimientos, el alcalde de Bruselas -Barón Louis de Wellens- y varios revolucionarios le ofrecieron al general José de San Martín el mando de sus tropas, lo que éste rechazó. Propuso, en cambio, a su camarada y amigo, el general español Juan Van Halen y Sartí. Los incidentes hicieron que padre e hija marcharan hacia París para radicarse definitivamente en Francia, mientras que su hermano Justo Rufino lo hizo en España. El joven falleció en Madrid, dos años más tarde.

Francia, reposo final

Los San Martín se instalaron en una casa en calle Rue Providence 18, en pleno centro de París. En aquel momento, se produjo en Europa la epidemia de cólera-morbo, que atacó a los centros urbanos más importantes de ese continente. El cólera llegó a Gran Bretaña y a fines de marzo de 1832, se extendió a Francia causando la muerte de miles de ciudadanos. Debido a esta situación, el héroe de Maipú y su hija se establecieron en una casa de campo en Montmorency (a unos 15 kilómetros al norte de París), pero ambos contrajeron la enfermedad en la que José estuvo a punto de morir.

En diciembre de ese año, Mercedes Tomasa se casó con Mariano Balcarce, y tiempo después serían padres de dos hijas. En 1834, el vencedor de los Andes, adquirió por 13 mil francos -una fortuna por aquel entonces- la pequeña mansión de Grand Bourg que fue su residencia por más de una década. En ese lugar recibió la visita de notables personajes americanos  como Sarmiento, Bustamante, el poeta Ascasubi y Juan Baustista Alberdi entre tantos otros.

Un correntino en ItaliaA fines de 1845 y principios de 1846, viajó acompañado de su mayordomo a Italia y recorrió, primero la ciudad de Florencia para ir a Nápoli, donde se alojó unos días en hotel de Le Crocelle cercano al puerto. Cabe destacar que el prócer manejaba con fluidez el idioma italiano. Allí visitó una serie de lugares y se cree que llegó hasta las ruinas romanas de Pompei. Posteriormente se estableció en la ciudad de Roma, en el Hotel Minerve, en el Palazzo di Conte. Actualmente perdura con el mismo nombre y allí se encuentra una placa de mármol que hace referencia a su estadía-. En ese lugar sufrió una convulsión que casi le cuesta la vida y gracias a la intervención del argentino Posadas logró salvar su vida. Después de varios días, regresó a Francia.

Los últimos tiempos del Libertador

En 1848, estalló en París una revolución que derrocó al rey Luis Felipe. Ante estos sangrientos acontecimientos, el general San Martín se trasladó a Boulogne Sur Mer para intentar viajar en barco al Reino Unido y radicarse en ese país. Pero al restablecerse el gobierno francés, sumado a un delicado estado de salud, decidió alquilar una propiedad en la Grand Rue 105 de esa localidad. Allí pasó sus últimos meses junto a su hija y su familia. Fue en esa casa donde falleció el 17 de agosto de 1850, a los 72 años de edad.

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Historias del Pago: El Día de la Independencia y su repercusión en Mendoza -->

Historias del Pago: El Día de la Independencia y su repercusión en Mendoza

En nuestra provincia la noticia de la independencia de las Provincias Unidas del Sud se conoció a fines de julio. A principios de agosto, José de San Martín, el entonces gobernador intendente de Cuyo, dispuso que la fecha de fidelidad al acta de emancipación fuese el 8 de agosto.

Por Carlos Campana

Luego del levantamiento y derrocamiento contra el gobierno del Director Supremo Carlos de Alvear, a fines de abril de 1815, se formó un gobierno provisorio que disolvió la Asamblea de 1813 e impulsó mediante un Estatuto Provisional, la convocatoria a una Asamblea General Constituyente” en la que se eligieron representantes de cada provincia.

Posteriormente se determinó que los diputados se reunirían en la ciudad de San Miguel de Tucumán para elegir a los representantes en una elección indirecta. Los objetivos principales de este congreso eran la “declaración de la Independencia” y la adopción de una Constitución que organizara el Estado (ésta tardó más de 40 años en ejecutarse).

A mediados de junio de 1815, los miembros del Cabildo de Mendoza se reunieron y eligieron a los doctores Juan Agustín Maza y Tomás Godoy Cruz, como representantes de Cuyo. Estos viajaron a Tucumán y participaron en la primera sesión, el 20 de marzo de 1816. Cabe destacar que en este congreso, sus miembros eran renovados mensualmente.

El 3 de mayo se abrió la sesión y, con 23 votos sobre 25, Juan Martín de Pueyrredón fue elegido como Director Supremo de las Provincias Unidas de Sud América. El flamante representante apeló siempre a la participación activa de las provincias en las decisiones del gobierno.

El martes 9 de julio de 1816, a las 14 horas, se iniciaron las sesiones y se discutió el proyecto de Declaración de la Independencia. Los representantes proclamaron la existencia de una nueva nación libre e independiente de España. El diputado sanjuanino Francisco Narciso Laprida preguntó: “¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?”.

Todos los diputados contestaron afirmativamente. De inmediato, se labró el “Acta de la Emancipación”. Un aspecto que suele quedar en el tintero a la hora de recordar este suceso trascendental fue que días después del acto de desvinculación con el reino español, se volvió a declarar la Independencia, con un artículo adicional.

La causa se debió a un persistente rumor que, a espaldas de los diputados, se estaba gestionando un protectorado portugués. Los diputados aceptaron que a la Declaración de la Independencia se le introdujera una modificación. El nuevo párrafo decía: “…una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli y de toda otra dominación extranjera”.

¿Un nuevo monarca?

En los comienzos de julio de 1816, algunos políticos decidieron plantear la designación de una forma de gobierno monárquica, representada por un descendiente inca. La posible designación de esta nueva manifestación de gobierno sorprendió a muchos. Esto fue rechazado rotundamente por los diputados de Mendoza, pero a pesar de la oposición, la idea de un monarca inca cobró forma y hasta se planteó la regencia por parte de la corona portuguesa. Pero la posición de Maza y Godoy Cruz era muy firme; su objetivo era crear una república.

El Festejo en Mendoza

Se blanquearon los frentes de las casas y las calles se adornaron con flores y gallardetes, como se acostumbraba en aquella época. En la mañana del 8 de agosto de 1816, en la plaza mayor de nuestra ciudad -hoy Pedro del Castillo- se reunieron las tropas y gran parte del pueblo para celebrar la jura de la independencia de la península ibérica y del rey Fernando VII.

En la ceremonia, el coronel mayor José de San Martín juró en la sala capitular junto a sus jefes y oficiales la declaración. Después el pueblo hizo lo propio y le tocó el turno a las tropas del batallón de infantería Nº 11, algunos de los escuadrones de granaderos a caballo, el piquete del batallón del N° 8 y las milicias cívicas de Mendoza.

En la tarde del 9 de agosto, se organizó en la plaza una corrida de toros a la que acudieron autoridades y público en general. Por la noche se lanzaron fuegos de artificio, que fueron contemplados por muchos mendocinos que se reunieron en la calle de la Cañada -hoy Ituzaingó- y la plaza principal. En los tres días sucesivos se realizaron bailes en distintas casas, que duraron hasta la medianoche.

Días después de esos actos, el Gobierno de las Provincias Unidas, decretaba la creación del Ejército de los Andes y designaba como General en Jefe al entonces gobernador de Cuyo, José de San Martín.

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Historias que emocionan: Triunfo de vida en época de pandemia -->

Historias que emocionan: Triunfo de vida en época de pandemia

Raúl Hernández acaba de celebrar su graduación en una escuela secundaria en Miami, donde vive. Este hecho de alegría y triunfo toma una forma muy especial al recordar quién es Raúl Junior para Chacras de Coria.

Por Onelia Cobos

Hijo de nuestra ex vecina de calle Pueyrredón, nuestra querida Marta Giuliani, profesora en varias escuelas del departamento antes de mudarse a Miami a vivir, la historia de Raúl “enamora”, como dice una de sus amigas, periodista colombiana.

Recordamos que nació con una parálisis cerebral que le ha permitido vivir con una capacidad diferente. Desde la silla de ruedas que lo transporta por el mundo, ha permitido a su cerebro evolucionar y usar un coeficiente mental de inteligencia muy alto. Su personalidad ha potenciado el área del optimismo y la felicidad y la singular integración de valores como el amor filial y de los amigos, profesores, instituciones médicas y terapéuticas.

Rehabilitar la Vida, parece ser el mensaje permanente de su existir.

Una larga fila de autos pasa por el frente de su casa con globos y bocinas que tocan a celebración de triunfos. Raúl, sentado, saluda envuelto en satisfacción y agradecimiento a la Vida y a los suyos.

En Chacras de Coria, una abuela emocionada, Francisca, se deleita con los videos de un celular que no maneja pero que sus hijos prenden para ella. En ellos, la enorme cantidad de amigos que rodean a su nieto le hacen sentir muy de cerca el triunfo de la cosecha de Amor de Raúl Junior.

La calle Pueyrredón está casi vacía. Estamos en cuarentena. Pasan pocos autos. La poca gente que con permiso transita lo hace con barbijos. El escenario que se ha creado por un virus desconocido es el de una guerra.

Contrasta inevitablemente el mundo de los amigos, la alegría y la esperanza de Raúl con el mundo invadido por un enemigo universal contaminante, sembrador de muerte y desesperanza. Y sin embargo, parece que Raúl y su mundo están para regalarnos la fuerza del poder hacer y el misterio de la recuperación.

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Historias del Pago: Cólera en Luján de Cuyo

La alarma se encendió en diciembre de 1886, tras la muerte de una humilde mujer en el distrito del Plumerillo, departamento de Las Heras: la temida epidemia de cólera había llegado a Mendoza. Días posteriores se propagó por toda la Ciudad y también en el departamento de Luján de Cuyo.

Por Carlos Campana

La enfermedad comenzó a propagarse en nuestro país tras el arribo de un barco proveniente de Nápoles -Italia- al puerto de Buenos Aires, cuyo ingreso había sido prohibido en Brasil y Montevideo, ya que algunos tripulantes estaban enfermos. Entonces, el cólera comenzó a propagarse rápidamente en la Ciudad y en poco tiempo se extendió en gran parte del territorio argentino. Tal vez, la imprudencia de los funcionarios de ese momento al no tomar medidas preventivas hizo que el flagelo llegara rápidamente hasta nuestra provincia.

Cuando las malas noticias llegaron a Mendoza, el gobernador Rufino Ortega ordenó la creación de un comité de higiene integrado por reconocidos médicos locales. Además, decretó una cuarentena por siete días, a realizarse en la misma frontera, para cada persona que quisiera ingresar a la provincia. Sin embargo esto fue mal visto desde Buenos Aires y el ministro del Interior, Eduardo Wilde, ordenó revocar la decisión, ya que atentaba contra el buen desarrollo de las actividades comerciales.

Ante tal presión, Ortega levantó la medida. Al mismo tiempo, Luis Lagomaggiore ordenó para la Capital, urgentes medidas sanitarias: quemar la basura, desinfectar letrinas con cal, regar y mantener impecables las veredas y casas, entre otras. Para asistir a los enfermos, el Hospital San Antonio, ubicado en la Cuarta Sección, fue transformado en “Lazareto de coléricos”, pero como fue insuficiente para atender la gran afluencia de pacientes, se organizaron lazaretos auxiliares en domicilios particulares. En esta acción no sólo participaron médicos locales y de otras provincias.

En ese momento se constituyó una comisión de la Cruz Roja integrada por inmigrantes españoles e italianos, como el ibérico Antonio San Romerio -quien fue presidente de la Cruz Roja- y otros del denominado “Comité Popular”. Entre ellos figuraban Sebastián Samper, Antonio Gigli, Ventura Gallegos, Jacinto Álvarez, Carlos Alurralde o Adolfo Puebla, con la misión de ayudar a las víctimas.

El vibrión que arrasó con todo

Pese a los cuidados, la enfermedad se propagó y en nuestra provincia fallecieron entre 2 mil y 4 mil personas, de las cuales un millar pertenecieron al departamento de Luján de Cuyo. Los casos fatales se registraron en plena villa de esta localidad. Como las camas para los pacientes no eran suficientes, se recurrió a la atención domiciliaria de médicos particulares y extranjeros. La Ciudad quedó desolada y como los empleados municipales se negaron a enterrar los cuerpos, la tarea debió ser realizada por los internos de la Penitenciaria.

Recurso de vital importancia en épocas de catástrofes, la prensa de Mendoza comunicó a los pobladores medidas para evitar la enfermedad. Las indicaciones iban desde evitar las frutas y los desarreglos con bebidas alcohólicas, la extenuación física y los cambios bruscos de temperatura, hasta la conveniencia de comer carnes y pescados fritos o asados, y la prohibición de beber y usar agua de acequias. En los primeros meses del año siguiente, la epidemia comenzó a mermar produciéndose menos víctimas fatales hasta que finalmente, en marzo de 1887 desapareció.

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