El sábado 17 de octubre, personal de Edemsa, la empresa de energía mendocina, realizó trabajos de mantenimiento y mejoras en el centro de distribución ubicado en la Plaza de Chacras. Por este motivo el servicio se vio afectado. “Estas tareas se dan durante todo el año con el objetivo preventivo de evitar inconvenientes a futuro”, informaron desde Edemsa. Por esta razón y por los calores que se avecinan, se recomienda a los vecinos tener un uso racional de la energía.

Trabajadores de Chacras en estas preciosas imágenes, que los muestran en acción, con la alegría de encontrarse en su labor.

Yusa en Chacras. La compositora, cantante y tresera -por su especialidad en el tres, guitarra típica cubana de tres pares de cuerdas- cantó en el cine teatro Plaza de Godoy Cruz con nuestro vecino Gonzalo de Borbón como invitado especial. La previa del concierto la hicieron en un encuentro de amigos, asado por medio, en lo de la Vivi Ordoñez, ese cálido reducto del arte llamado Donde duerme la luna. De paso aprovecharon para afinar detalles de las canciones a interpretar.

Nora Sollia, Norma Inga, Luciana Goyochea y Jorge Inga, en la puerta de la verdulería que tiene las mejores tortitas al rescoldo de todo el mundo y sus alrededores, en Viamonte y Almirante Brown.

Gustavo Bertoni, atiende a sus clientes Manuel Aporta y Laura Artero en su reducto gastronómico Don Cándido, un clásico de los domingos al mediodía para llevarse cosas ricas a la casa.

Los tomeros Fabián Córdoba y Ariel Pacheco limpian rapidito las acequias antes de que llegue el turno de agua.

Víctor Hugo Sirera hace maravillas con sus manos en la cabeza de Santino Di Gerónimo, mientras su madre Evelina García y su hermano Renzo esperan divertidos.

Federico Esquivel y Mario Morandi, matean entretenidos mientras llegan sus clientes del petshop Mi Mascota.

Vecinos escritores: Jorge Marziali presentó su libro "El amor en otro sitio" en el espacio de arte Donde duerme la luna. Fue el domingo 27 de setiembre y nuestro columnista Nicolás Sosa Bacarelli -autor de La Vitrola- ofició de presentador. Luego los presentes disfrutaron de unas excelentes empanadas surgidas de la mano de la anfitriona, acompañadas con malbec mendocino, por supuesto.

Aquí la vemos a Viviana amasando las riquísimas empanadas.

El viernes 23 de octubre, a las 19.30 hs., tendrá lugar en la Biblioteca Popular Chacras de Coria, un encuentro destinado a difundir nuevos enfoques acerca de los alimentos que sanan. La charla estará a cargo de la ingeniera Amanda Di Favio, con entrada libre y gratuita. ¿Dónde? En Viamonte 5191. Informes: 4962985.

Días atrás falleció la querida y recordada vecina de nuestro pueblo, Ángela de Collovati, mujer de Pedro. En mayo pasado cumplió junto a su familia, 50 años de historia la panadería que tan bien llevaron adelante. ¡Hasta siempre!

Las amigas y parientas de Alcira Collovati, en su cumpleaños. Susana Collovati, Amparo Sconfienza, Ángela Collovati, Elcira la cumpleañera, Cristina y Ana María Collovati.

Estos hermosos perritos fueron rescatados de un zanjón junto a su madre. Por estos días, sólo quedan dos a la espera de una buena familia que les de un hogar y cambie sus destinos. Por favor los interesados consultar en la Delegación Municipal, frente a la Plaza de Chacras de Coria.

En La Vitrola de este mes, contamos la increíble historia que unió a este músico revolucionario, que por entonces tenía trece años, con el cantor emblemático de los argentinos: Carlos Gardel.

Un Piazzolla niño canillita, en la filmación de “El día que me quieras”, junto a Gardel en Nueva York.

Por Nicolás Sosa Baccarelli

Los Piazzolla en Nueva York

Desde principios de los años 20 la familia Piazzolla, oriunda de Mar del Plata, se había radicado en  Nueva York. Vicente “Nonino” Piazzolla, su esposa Asunta y su pequeño Astor se establecieron en un modesto departamento de la calle St. Marks Place, en la zona de Greenwich Village, un barrio poblado de inmigrantes y artistas, a pocas cuadras de Broadway.

Ése fue el escenario donde Astor aprendió a cruzar solo las calles e hizo sus primeros amigos. Al cumplir nueve años de edad, y advirtiendo su gusto por la música, “Nonino” le obsequió un bandoneón que había comprado por unos pocos dólares, y que le permitió al joven Astor emprender sus primeros estudios musicales.

Corría el año 1934. Manhattan era en un vaivén de magnates, mendigos y automóviles. Nueva York recibía a Carlos Gardel, ese elegante morocho que con su voz y su sonrisa estaba conquistando el mundo. Había sido contratado para filmar la película “El día que me quieras” y permanecería en la ciudad hasta terminar su trabajo.

“Nonino”, sabiendo que Gardel estaba en Manhattan, mandó a su hijo Astor a llevarle una artesanía en madera hecha por sus propias manos, a modo de obsequio.

Gardel recibió el presente y congenió inmediatamente con el niño argentino quien le contó que tocaba el bandoneón. “¿Cómo se dice Carlitos en inglés?”, preguntó risueño, el Zorzal. A lo que Astor respondió con seguridad: “¡Charlie!”, arrancándole seguramente una sonrisa al ídolo de la canción rioplatense. Carlitos le retribuyó su generosidad regalándole dos fotos, una para “Nonino”, su padre, y otra para él, con una dedicatoria cuya lectura causa un inevitable estupor por sus connotaciones premonitorias: “Al simpático pibe y futuro gran bandoneonista”. El morocho del canto angelical y la sonrisa inigualable, había firmado con tales palabras, una inapelable sentencia. Desde ese momento, se hicieron grandes amigos, y Astor se transformó en el traductor y guía turístico de Gardel.

Astor conducía por la ciudad al cantor criollo y a sus guitarristas. El barrio italiano, las grandes tiendas de Manhattan donde Gardel hacía importantes compras de zapatos y camisas, y los trayectos a Long Island hasta los estudios de filmación Paramount, eran algunos de los lugares donde el niño Astor los llevaba. Era febrero de 1934, “la peor nevada del año, dos metros de alto y 10 bajo cero” recordaba el bandoneonista, cuando oficiaba de traductor de piropos a las mujeres que querían conocer a Gardel.

Decía Piazzolla en una carta que le escribió a Gardel, por supuesto ya fallecido, en 1978. “Te mostré toda mi ciudad (estaba orgulloso de saber tanto; también… hacía once años que vivía allí), sobre todo mi barrio, Greenwich Village, adonde te llevaba a conocer las mejores cantinas italianas, y vos, con problemas de busarda, te cuidabas; sin contar las veces que viniste a casa donde probaste los ravioles de la nonina Asunta, además de un final de buñuelos de membrillo.”

Cuando Gardel lo escuchó por primera vez tocar el instrumento, le dijo: “¡Pibe, vos tocás el bandoneón como un gallego!”. Claramente poco sabía de tango ese muchacho de trece años en pleno Nueva York. Poco sabía de arrabales porteños, cafés, cabarets y de los gigantes de la música que caminaban por entonces la noche de Buenos Aires. No tenía en su mente los acordes  de “El Choclo” o “La morocha”. Él tenía a Bach, tenía “Un americano en París”, y la “Rhapsody in blue”  de un Gershwin majestuoso. Esos nombres y esa música merodeaban en la cabeza del joven Astor Piazzolla.

“Para entender y amar a Gardel, uno tiene que haber pasado por Buenos Aires, conocer el mercado de Abasto, y yo sólo era un chico de trece años que vivía en New York. Ni siquiera tocaba bien un tango en el bandoneón” contaría luego el exquisito músico marplatense.

Piazzolla, el canillita

En agradecimiento a su joven guía y eficiente traductor, y por la amistad que habían hecho, Gardel le ofreció al “pibe” un modesto papel en la película “El día que me quieras” que estaba filmando en esos momentos. Se trata de una breve escena donde interviene Piazzolla haciendo de “canillita”. Segundos nada más, donde se dejan ver juntos, el máximo símbolo popular de nuestro país, arquetipo de “argentino” y de cantor clásico de tangos, y el músico que revolucionó el mismo género y se hizo mundialmente conocido.

Una noche, al terminar la filmación de “El día que me quieras”, Gardel organizó un asado en honor a los argentinos y uruguayos que vivían en Nueva York. El pianista, Alberto Castellanos debía tocar el piano y el “pibe” Astor, el bandoneón, para acompañar al cantor y anfitrión. Algo inesperado sucedió: el piano era muy malo, probablemente haya estado en malas condiciones. Así fue como el acompañamiento de piano y bandoneón no fue posible y quedó Astor solo, con su instrumento. Era la primera vez que Piazzolla tocaba un tango, y lo hacía, acompañando a Carlos Gardel. Así debutaba Piazzolla en el tango, con ese cantor. Carlitos miró al niño bandoneonista y le dijo: “Ahora poné la música de Arrabal amargo y dale con todo”. Había nacido el dúo Gardel-Piazzolla.

Gardel, Le Pera y sus guitarristas partieron rumbo a Hollywood. Desde allá Carlitos envió, según recordaba Piazzolla, dos telegramas para que el bandoneonista de escasos catorce años, se uniera a ellos.  Sus padres no le dieron permiso y el sindicato de músicos tampoco. Al poco tiempo, el cantor  y su equipo continuarían su gira en Colombia y vendría el fatídico vuelo Medellín-Cali, donde  Carlos Gardel perdería la vida. Piazzolla no estuvo allí por un milimétrico cálculo del destino. “Charlie, ¡me salvé! En vez de tocar el bandoneón estaría tocando el arpa” le escribiría Astor más tarde, en broma y con un dejo de nostalgia.

Una orquesta de arpas y bandoneones

En la carta mencionada, Astor le escribe: “Estoy seguro de que siempre estarás mirándonos de allá arriba y pensarás que te hubiera gustado cantar los grandes tangos del 40: además yo hubiera escrito para vos y te hubiera hecho los arreglos y tocaría el bandoneón. Matamos, Charlie. Lo único que no quisiera usar en la orquesta es el arpa. Allá tendrás una colección de todos los colores. Vos que conocés a los ángeles, ¿por qué no les pedís que cambien el sistema y metan algún bandoneón en la orquesta?” Y cerraba Piazzolla evocando otros entrañables nombres: “Mirá que están el gordo Pichuco, Maffia, Laurenz. Me estoy entusiasmando demasiado y prefiero esperar un poco para ser yo quien organice esa orquesta. Algún día nos encontraremos en el último piso. Esperame, pero… no te mueras nunca”.

El 4 de julio de 1992, luego de una larga agonía, el bandoneonista que revolucionó la música nacional, y llegó a todos los rincones del mundo con su arte, emprendió esa larga gira que lo reuniría “en el último piso” con Pichuco, y con su amigo, mentor y compañero de aventuras neoyorquinas… Carlos Gardel.

La exposición “La Materia Gris. Materiales, reutilización, arquitectura”, es organizada por la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad de Mendoza en conjunto con la Alianza Francesa Mendoza.

Consumir “más materia gris” y “menos materia prima” es uno de los retos de este evento que convoca a la inteligencia colectiva para reconsiderar la materialidad de nuestros edificios. 75 proyectos muestran el potencial de la reutilización y la posibilidad de una nueva vida para los materiales utilizados en todos los rubros de la construcción.

En Bruselas hoy se construyen edificios con ladrillos de segunda mano; en Massachusetts, los pórticos de un viaducto son la estructura de una villa; en Saint Denis, el revestimiento que fue rechazado por un centro comercial ahora alberga a la prestigiosa Academia Nacional de las Artes Circenses Contemporáneas; en Madrid, los tejados han transformado un lugar de vanguardia cultural; en Bali, cientos de ventanas claraboyas adornan un hotel; asimismo, la futura sede del Consejo Europeo en Bruselas se ve adornada con 3.000 ventanas rescatadas.

La reutilización abre un enorme catálogo de posibilidades: prefabricados de hormigón, postes del mar, durmientes de ferrocarril, rollos de cables, y otros desechos cotidianos se convierten en fundaciones, paramentos, revestimientos, aislantes acústicos, estructuras o fachadas.

La muestra estará disponible desde el 19 al 28 de octubre en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad de Mendoza (Paseo Descotte 750, Ciudad).

La arquitectura sustentable: Un desafío presente y futuro.

Miguel Carlos Turco

28 de mayo de 1935 – 17 de octubre de 2014

“Gordito, ¡Ya hace un año que te nos fuiste! Pero lo más importante es recordarte con todo el amor y los valores que nos dejaste. Tu don de gente para el otro, el disfrutar del trabajo a cada minuto, el de mantener a la familia unida a pesar de los avatares de la vida. Te recordamos con mucha alegría y sabemos que a pesar de extrañarte, hiciste todo por quienes te rodeamos. Con todo el amor. Aracelis, Sonia, Miguel, Carlos, Ana, sus respectivas parejas y tus nietos que te adoraban y te recuerdan constantemente”.

Natalia Beatriz Villalobos

Se fue el 17 de setiembre.

“Lala: Hoy no tenemos tu presencia, pero los recuerdos, los momentos vividos, las anécdotas nos iluminan y alegran la vida. Fuiste pilar de nuestra familia, buena y antigua vecina de Chacras, supiste sembrar y cosechar vínculos afectivos con mucha gente que nos vio nacer, crecer y desarrollarnos como integrantes de esta comunidad tan querida. Deseamos agradecer a médicos, enfermeros, personal, vecinos, amigos y a todas personas que se interesaron por ella. Renovadas gracias.

Familia Paz, familia Lemus y familia Raffin”.

Se trata de dos ejemplares históricos, típicos de la entrada a Chacras, a la que daban carácter e identidad. Corte de energía eléctrica y caos vehicular. Otro lamentable ejemplo de la falta de gestión municipal, en este caso en el inexistente manejo del arbolado público.

Esto es debido a que estos bellísimos álamos criollos se encontraban sobreviviendo a la falta de mantenimiento y cuidados, ya que desde hace tiempo carecen de desinfecciones y de agua debido a la impermeabilización de las acequias. En este punto vale aclarar que dichas obras son ilegales desde la sanción de las leyes de arbolado público en el año 2008, que ordenan la construcción de acequias permeabilizadas con los nichos correspondientes para que el árbol pueda acceder al agua de riego.

Afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas, pero sí un daño material importante. Uno de los ejemplares cayó sobre la caseta de la parada de ómnibus, además de provocar la caída del transformador y de los cables eléctricos, ocasionando un buen rato de corte de energía en las inmediaciones.

Por su parte, Defensa Civil de Luján -foto- fue el organismo que actuó desde un primer momento para despejar la zona, ya que las otras instituciones con competencia no se acercaron inmediatamente: la Dirección de Recursos  Naturales Renovables  se encuentra con su personal en huelga, ante la falta de cumplimiento por parte del gobierno provincial del acuerdo de las paritarias; y en representación de la municipalidad, fue el delegado municipal de Chacras, quien llegó luego de un buen rato.

Esto es debido a que el delegado Daniel Marcelloni, quien se encuentra en este momento -21:30 hs- a cargo del tema, se encontraba ocupado con otros accidentes forestales similares ocurridos en calles Pueyrredón, Liniers y Almirante Brown. Con lo único que cuenta Marcelloni para paliar  estas circunstancias es con dos camiones, algunas motosierras y una cargadora.

En calle Pueyrredón los vecinos de la zona se encuentran esperando al personal de EDEMSA ya que no tienen  energía eléctrica a causa d e estos accidentes. Además, un cable ha quedado cruzado atravezando la calle, que impide el paso de los vehículos, incluído el ómnibus.

El camión de Defensa Civil en pleno trabajo.

En la parada de ómnibus.

Un transformador caído.

Asimismo, otro árbol terminó en la calle, esta vez en Almirante Brown. ¿Qué está pasando con el arbolado público?