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Abundancia y prosperidad: Construir una vida sustentable y amorosa

La abundancia es tomar acción, mantener y hacer crecer procesos. Si estas creciendo y sentís que sos mejor ser humano, entonces estás siendo prósper@. Probá cultivar un jardín y veras quién sos.

Paola Studer*

En verdad siento que la abundancia y la prosperidad son un estado de consciencia. Podés vivir en una casa con Smart-TV en todos los dormitorios, tener 2 o 3 compus, aire acondicionado en todos los espacios, perfumarte con Chanel, disponer de dos autos en la cochera, tener la familia perfecta y sentirte la persona más pobre del mundo ó vivir una vida material modesta, pero ser feliz y sentirte prósper@.

Pero, ¿qué es lo que te hace percibirte o no prósper@ y abundante?

A continuación te quiero compartir algunas comprensiones que me han sido y son muy valiosas para cultivar y hacer crecer este estado de consciencia:

  • Algo que aclaró mi camino fue preguntarme: ¿Qué es lo que me hace sentir próspera y abundante? ¿Qué hace que me perciba de una u otra manera, más allá de la situación material? En mi humilde camino he podido comprender que el sistema de creencias que nos habita es el que muchas veces habilita o limita la vida que transitamos. Por eso, comprender qué es para vos ser una persona próspera y abundante, es un paso fundamental, porque hay tantos significados como personas que habitan el planeta.

En este sentido podés descubrir qué es para vos. Conócete. Tomate una tarde con música que te guste y con el mate de compañero, podrías escribir y luego leerlo en voz alta, qué significa para vos la prosperidad.

  • Otra cosa que he comprendido es que la abundancia es más que tener cosas materiales. Como seres integrales, ésta debería manifestarse en todos los aspectos de tu vida, en lo económico, en la salud, en el amor, en el crecimiento espiritual y en las relaciones de trabajo, familia y amigos.

Por eso cuando te sientas -o no- en sincronía con la prosperidad, debés mirar esas áreas. No veas sólo una parte del rompecabezas, observá cómo son tus relaciones personales: ¿Hay reciprocidad? ¿Amor? ¿Alegría? ¿Son vínculos sanos? Tus vínculos de trabajo o profesionales: ¿Te hacen feliz? ¿Trabajás con alegría? ¿Aprendés y crecés? Mirá tu vida: ¿Estás viviendo la que merecés o sólo te acostumbraste a ella? ¿Tenés sueños por delante? Tomate otra tarde, poné música que te guste, hablá con vos y respóndete estas preguntas. Sé sincer@.

  • Siguiendo este compartir de descubrimientos, hay algo que me ha hecho vislumbrar más y más esto de la abundancia y la prosperidad: es comprender que la vida es como un huerta o un jardín. Hay que tomar acción para cultivarlo, elegís un lugar soleado, te preguntás qué flores te gustan, qué te gusta comer para elegir qué sembrar, armás el espacio, preparás el suelo y luego sembrás, regás, cuidás hasta que aparecen los frutos; ahí es cuando te das cuenta si lo que has hecho fue suficiente y descubrís tu cosecha.
  • Cuando hay abundancia hay sustento. Un sinónimo de sustentar es mantener, alimentar. Esto me invita a vivir una vida que se sustente en la reciprocidad y hacer el bien a otros. La naturaleza es recíproca, hay un equilibrio entre lo que da y recibe. Hoy más que nunca debemos recordar esto para vivir una vida sustentable, donde cuidemos el planeta y a nosotros mismos. Realizá una acción consciente y ayudá a otra persona.
  • Hay un ingrediente definitivo que te conecta con la abundancia y es la gratitud. Cuando podés agradecer cada hecho y situación, la familia donde naciste, los padres que tenés, el alimento y la casa donde vivís, empezás a ver la abundancia de la vida; tu vida despierta y podés cultivarte, crecer y creer en vos. Tu corazón empieza a guiarte y elegís rodear de amor tus acciones; cada paso se vuelve dulce, aún cuando transitás momentos difíciles o dolorosos. Eso te hace próspero: atravesar cada momento de tu vida con gratitud. Podés recordar algún momento del pasado que no te gusta mucho y ver cuánto te hizo crecer.

Sin dudas, cuando tu consciencia despierta y crece la vida a tu alrededor es como una tarde de primavera, en casa, tomando mates con la Naty o la Lala. O cuando soñamos un mundo consciente con el Emi o cuando veo a mis sobrinos y se me pianta un lagrimón porque la siembra es hermosa; es sentir que caminás bendecido por tus padres y todo tu linaje. Eso es la prosperidad; relaciones amorosas, una vida que te inspira a respirar y compartir toda la belleza, es saber que hay sustento, que no estás sol@, porque sos tus vínculos, tu reciprocidad, sos amor, y cuando vibrás en esa sintonía la abundancia y la prosperidad te rodean y te abrazan.

*Ing. Agónoma, Investigadora y Docente de Agroecología en la Facultad de Ciencias Agrarias UNCuyo, Coach en Educación, Trainer espiritual, Consultora independiente en Agricultura Sustentable, Orgánica y Biodinámica. Creadora del Proyecto Huerta en Casa y Directora de Fundación ConSus.

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