Algunas voces del ámbito político se han pronunciado en favor de la separación de la Provincia de Mendoza del resto de la República. Se trata de un mero e inconducente voluntarismo.
Por Dr. Juan Fernando Armagnague*
Si bien es cierto que nuestra provincia tiene muchos intereses contrapuestos con la Nación (por energía y combustibles, por ejemplo) ello no autoriza a impulsar tan desopilante acción separatista. Lo que pretendemos es que no se llegue a extremos ridículos.
Además, la presunta separación a que algunos pretenden tiene un freno institucional: El art. 13 de la Constitución Nacional, en su parte pertinente dice: “…No podrá erigirse una provincia en el territorio de otra u otras, ni de varias formarse una sola, sin el consentimiento de la Legislatura de las provincias interesadas y del Congreso”.
Es decir que no sólo debe contarse con la anuncia de la Legislatura provincial, sino además, del Congreso Nacional. Asimismo el art. 1° de la Constitución provincial establece que Mendoza es parte integrante e inseparable de la Nación Argentina. Ambas normas constitucionales impiden tan extravagante posición separatista.
Se trata de un camino preñado de inconvenientes constitucionales. En mi modesto entender, no podemos dejar nuestra condición de argentinos para constituirnos en una republiqueta carente de todo futuro. Los intentos de Barcelona de separarse de España; Escocia de Gran Bretaña; Córcega de Francia; Chiapas en México nos eximen de mayores comentarios.
Sin embargo, entendemos que se puede buscar otra alternativa mediante la cual Mendoza debe recuperar sus facultades tributarias. Las provincias son dueñas de sus impuestos directos, es decir, de aquellos tributos que gravan directamente al patrimonio de las personas como el impuesto a las ganancias, al patrimonio, por ejemplo.
Estos impuestos directos consagrados en el art. 75 inc. 2) de la Constitución Nacional son del dominio provincial y excepcionalmente corresponden a la Nación cuando la defensa, seguridad y bienestar del Estado así lo exijan.
En la actualidad, dichos impuestos son percibidos por la Nación. Pero la Provincia puede y debe recuperar su potestad derogando la Legislatura de Mendoza, la ley 5319 que adhiere al régimen de coparticipación impuesto por la ley nacional 23.548.
De este modo, Mendoza recuperará todos sus impuestos directos que ahora los percibe la Nación. Es la Nación quién debe producir su ajuste con sus cargos inventados para satisfacer a los regalones de turno con ministerios que no tienen razón de ser como el de Turismo, cuando éste está en las provincias; el de Vivienda cuando la vivienda está también en poder de las provincias, por citar, algunos ejemplos.
Es decir cuenta con inútiles ministerios y su nula aplicación a las necesidades reales del país. Es la Nación quién está sobredimensionada y burocratizada con extravagancias presupuestarias y con gastos excesivos y dispendiosos.
Por cierto que hay provincias como Formosa que no constituyen ejemplos de nada. Pero no autoriza a señalar que hay provincias inviables hay un largo trecho.
Tampoco el régimen de coparticipación que establece la Constitución Nacional constituye un obstáculo para que Mendoza recupere su potestad impositiva en materia de contribuciones directas. En efecto, dicha ley que ordena la Constitución federal es de muy difícil sanción ya que desde 1994 el Congreso a través de su Cámara de origen no ha podido sancionarla.
Por otra parte, requiere dicha ley ser aprobada por cada una de las Provincias. De allí la grave dificultad que representa conseguir la unanimidad de todas las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En síntesis, Mendoza debe recuperar sus impuestos directos entregados desde 1934 a la Nación, sin necesidad de intervención de ninguna otra provincia, con sólo derogar la ley provincial de adhesión (ley 5319) a la ley 23548 que se encuentra vigente en todo el territorio de la Nación.
Para ello sólo se requiere la voluntad y vocación de recuperar la autonomía fiscal de Mendoza que es un camino más seguro y directo, sin necesidad de levantar una carpa montonera impropia de los tiempos que vivimos, soñando con separaciones delirantes.
Los legisladores provinciales tienen la palabra.
*Ex profesor titular por concurso de Derecho Constitucional. Facultad de Derecho – Univ. Nac. De Cuyo.