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Arquitectura: Viviendas por Ayuda Mutua

Esta construcción de casas en Mendoza entre 1960 y 1975 es patrimonio de la cultura habitacional provincial.

Por Alfredo Méndez, arquitecto

En 1960 el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV)  de Mendoza decidió iniciar acciones innovadoras para ofrecer soluciones asequibles a las familias residentes en villas de emergencia, en continuo crecimiento en el conglomerado Gran Mendoza y en otras localidades  de la provincia.

A fin de lograr una  producción  habitacional de bajo costo, el IPV dispuso experimentar  mediante  el sistema de obras por administración,  la construcción de viviendas por ayuda mutua, en el que las familias participantes aportan sin cargo la mano de obra, quedando a cargo del organismo oficial la provisión de terrenos, materiales, herramientas y asistencia técnica y social.

La exitosa aplicación de tal esquema en un primer proyecto piloto, demostró que era posible alcanzar costos de construcción compatibles con la capacidad económica de las familias participantes, haciéndoles viable el pago de las cuotas de los préstamos concedidos por el IPV.

El programa logró la posesión de viviendas propias a familias residentes, en aquel entonces,  en numerosas villas de emergencia de la Provincia, algunas de  antiguo asentamiento, como  las de “Campo Flores” y “Olivares” ubicadas en el borde oeste de la Ciudad de Mendoza y el Departamento de Godoy Cruz.

¿En qué consiste el sistema de construcción de viviendas por ayuda mutua?

El sistema se basa en  la participación de los propios interesados en la construcción de sus viviendas, mediante el aporte de su mano de obra en horas libres. Los participantes se organizan en grupos de trabajo, contando  para ello con la asistencia de una entidad promotora (estatal, municipal o civil) que les brinda asesoramiento técnico-social,  les facilita el acceso a la tierra y les suministra  materiales de construcción y equipos de trabajo.

Los proyectos que se realizan mediante este sistema son de especial interés para los grupos sociales de menores ingresos sin capacidad de hacer aportes considerables para el pago de viviendas construidas por planes oficiales de obra pública y las ofrecidas en el mercado inmobiliario.

La experiencia indica que el sistema se aplica exitosamente aunque los participantes no conozcan de antemano los distintos oficios de la construcción; basta con que algunos de ellos tengan ciertos conocimientos básicos, quedando a cargo del personal del PV la capacitación del conjunto.

Como requisito para la ejecución de proyectos de vivienda por ayuda mutua se estima indispensable una labor de educación e información destinada a la preparación de los jefes y jefas de hogar participantes, incluyendo los aspectos sociales, económicos y técnicos de mayor relevancia, como así también el posterior uso y mantenimiento de la nueva vivienda.

Ventajas y conveniencias del sistema de ayuda mutua

Desde el punto de vista económico se obtiene una sustancial disminución del costo de las viviendas y como consecuencia de ello del monto de la amortización, con lo que resulta en la práctica una mayor facilidad para el pago de cuotas y una menor incidencia de la vivienda en el presupuesto familiar. En los barrios construidos por ayuda mutua en Mendoza se registraron reducciones de las cuotas en más del 50% en relación a las abonadas en las operatorias tradicionales, incluyendo el pago del lote.

Otras ventajas económicas del sistema se derivan de la ocupación productiva de los participantes en sus horas libres, acrecentando con ello el producto bruto nacional con la producción de nuevas viviendas, que de otro modo no sería posible construir. Asimismo, la disminución del costo de las viviendas incrementa el alcance de los  fondos públicos destinados a programas habitacionales.

Desde el punto de vista social el sistema de ayuda mutua contribuye a resolver en escala mucho mayor el problema de las villas de emergencia, conventillos urbanos y ranchos rurales, focos de marginación social y origen de graves problemas para el Estado y la sociedad en su conjunto.

Se reconoce ampliamente que la ayuda mutua es uno de los medios de mayor fuerza educativa para despertar y desarrollar el espíritu de solidaridad y de superación, ambos absolutamente indispensables para el progreso de las comunidades.

Para muchas de las familias modestas la ayuda mutua constituye el único camino genuino para obtener una vivienda propia decente, facilitándoles una movilización social ascendente respecto a su situación anterior. Esta acción de acercamiento y  ocupación de los espacios entre las zonas de mayores distancias sociales provoca un aumento del nivel de aspiraciones y del sentido de viabilidad de su logro, elementos indispensables en un proceso de desarrollo intenso y sostenido.

Desde un punto de vista general, uno de los principales méritos del sistema estriba en no constituir una técnica aislada para construir viviendas, sino un método que contribuye al desarrollo comunitario integral.

Desde el punto de vista educativo, favorece la formación de personas y comunidades responsables de su propio bienestar, que no esperan todo de la acción del Estado.  Crea además una relación profunda entre la familia y su vivienda, fruto de su esfuerzo y trabajo, valores que no se alcanzan cuando desde el Estado se entregan unidades habitacionales sin mediar ninguna contribución personal de los destinatarios.

Síntesis de los logros  del Programa de Ayuda Mutua del IPV Mendoza 1960-1975

  • Producción alcanzada: 2.640 viviendas, en proyectos ubicados en la mayoría de los departamentos de la Provincia.
  • Proyectos con mayor número de viviendas: Barrio San Martín (Aeroparque), Departamentos de Las Heras y Capital, 705 vivienda; Barrio Infanta, Departamento de Las Heras, 625 viviendas.
  • Destinatarios: familias residentes en villas de emergencia y viviendas precarias en otras localizaciones urbanas y rurales.
  • Función de las  familias participantes: aporte sin costo la mano de obra para la producción de bloques de hormigón  y construcción integral de  las viviendas.
  • Funciones del IPV: provisión de financiamiento,  asistencia técnica y social, terrenos, materiales de construcción, maquinaria  y  herramientas.
  • Primera incorporación de trabajadores sociales a los equipos profesionales del IPV, quienes participaron en la programación y ejecución de los proyectos de ayuda mutua.
  • Funciones de los Municipios: distintos apoyos logísticos, administrativos y técnicos para la programación y ejecución de los proyectos.
  • Beneficios logrados por las familias participantes: posesión de la casa propia, cuotas de rembolso asequibles, aprecio por las viviendas autoconstruidas, capacitación laboral en oficios de la construcción, afianzamiento de los lazos comunitarios a nivel barrial.
  • El Programa del IPV de los años 1960-75, por los resultados y época en que fue ejecutado, se considera pionero en ámbitos académicos, gubernamentales y civiles latinoamericanos, manteniendo sus valores  sociales y pautas metodológicas como modelo aplicable en la actualización de políticas de vivienda vigentes  sin alcance para la resolución de la problemática habitacional de sectores menos favorecidos.

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