Archivo | mayo 21st, 2015

Velada Patriótica junto a la Filarmónica de Mendoza y Markama -->

Velada Patriótica junto a la Filarmónica de Mendoza y Markama

La “Velada Patriótica” será el próximo domingo 24, a las 21.30, y se concretará con un concierto del que participará la Orquesta Filarmónica de Mendoza, bajo la batuta de su director titular Gustavo Fontana, junto al destacado grupo mendocino de reconocimiento internacional Markama, que festejará sus 40 años en la música.

La Orquesta ejecutará piezas de Luis Gianneo, Alberto Ginastera y Pascual De Rogatis. En la segunda parte con la actuación de Markama, se interpretarán obras de autores como  Atahualpa  Yupanqui, Jaime Davalos, Archi Zambrano, Eduardo Ocaranza, Daniel A. Robles, Uña Ramos,  Lucho Cavour y Gustavo Leguizamón.

Las entradas estarán disponibles en boletería del Teatro Independencia, Chile y Espejo de Ciudad, con un valor general de $80 y para estudiantes y jubilados de $50. Las mismas pueden obtenerse en los horarios habituales de atención, de martes a sábado de 11 a 15 y de 18 a 21 hs.

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La Veterinaria Móvil continúa en Perdriel -->

La Veterinaria Móvil continúa en Perdriel

Hasta el jueves 28 de mayo el servicio gratuito de esterilización de perros y gatos continuará en la Delegación de Perdriel ubicado en el barrio Coni -frente a la escuela René Favaloro-. El horario de atención es desde las 8 hasta las 13 hs. y la atención es por orden de llegada.

Un requisito indispensable para acceder a la atención de la Veterinaria Móvil es la residencia en el departamento, por lo que se solicita llevar el DNI para verificar el domicilio. También es importante destacar que la mascota debe ir en ayunas de 12 horas y, en lo posible, llevar una manta para utilizar al momento de retirarla.

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Homenaje a la Revolución de Mayo -->

Homenaje a la Revolución de Mayo

Hace cinco años, José Félix Suárez escribía esta columna con motivo del Bicentenario.

Recién por la tarde del 13 de junio de 1810 -diecinueve días después del movimiento patrio- se conoció en Mendoza la noticia de la Revolución del 25 de Mayo, lo que conmovió a la población que se dividía en criollos -nativos-, españoles, extranjeros, indios, negros, mulatos y zambos -constituían una mano de obra buena y barata- quienes se repartían entre el radio urbano de la ciudad y la campaña. Fue su portador el comandante de frontera Manuel Corvalán, que al instante de la conformación de la nueva Junta de Gobierno se encontraba en Buenos Aires, quien trajo el recado de que se debía elegir un representante para que integrara dicha junta en carácter de vocal.

Cuentan los historiadores, entre ellos Jorge Comadrán Ruíz, en su trabajo “Mendoza en 1810”, editado en 1961, que en la provincia se vivía un clima de paz y tranquilidad, tanto en la vida social, política como económica, de modo especial en las fincas y chacras, dedicados sus pobladores a sus tareas habituales. El conglomerado era muy pequeño y según un censo de la época había 5.487 moradores, en función a un padrón que en la ciudad tenía por límites la actual calle Santiago del Estero al Norte, la actual calle San Luis al Sur, el Tajamar al Oeste y el Canal Cacique Guaymallén al Este. El resto de 7.831 almas se distribuía en la campiña.

Solo existía cierto descontento, rechazo y desconfianza con las medidas que había adoptado el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, quién había sucedido en ese cargo al virrey, marqués de Sobremonte, que favorecían el libre comercio en beneficio de los comerciantes porteños y en perjuicio obviamente de los productores del interior. Y es que los vinos y frutas secas mendocinos figuraban entre los más conocidos y requeridos, como así también la comercialización de la madera del álamo, especie introducida unos años antes y aprovechada además en parques, plazas y alamedas que estaban cambiando la fisonomía lugareña. Igualmente, tras un cabildo abierto del 19 de junio y otro extraordinario del 23 de junio, luego de arduas discusiones, por mayoría se resolvió la adhesión a la Junta de Buenos Aires. El día 25 tuvo lugar la elección del anciano regidor Bernardo Ortíz, ausente de esas deliberaciones por encontrarse enfermo, quien falleció antes de incorporarse a la Junta Grande siendo reemplazado por Manuel Ignacio Molina.

La respuesta del interior al gobierno central no resultó unánime porque desde Córdoba, el Gobernador Intendente de esa provincia transmitió el pedido de no aceptar los cambios producidos en Buenos Aires y solicitó el envio de tropas desde Mendoza y otros puntos del interior para oponerse a la Revolución de Mayo, lo que Cuyo y la mayoría de las provincias resolvieron rechazar. Esta rebelión fue dura y rápidamente sofocada por el poder central.

Luego la Junta de Gobierno adoptó urgentes medidas destinadas a consolidar su autoridad sobre Cuyo. Envió funcionarios de su confianza a Cuyo y paulatinamente concedió a las ciudades y sus cabildos un mayor margen de autonomía política. Además, y a partir de 1813, atendiendo un viejo reclamo, elevó a Cuyo a la categoría de Gobernación-Intendencia, lo que afianzó la tendencia centralista en Mendoza elegida capital de esa nueva jurisdicción.

Un año más tarde, en 1814, arribaría el coronel José de San Martín, nombrado Gobernador-Intendente de Cuyo. Al poco tiempo renunciaría para dedicarse a la preparación del ejército libertador. Mientras, la pequeña aldea crecía y se extendía con nuevas construcciones hacia el Sur, pasando los límites de la actual calle Córdoba y tendiendo a alcanzar, con el trazado de la que se llamaría la Plaza Nueva –hoy Sarmiento– hasta la calle Lavalle; con el límite Este del Canal Cacique Guaymallén y hacia el Oeste la acequia de la ciudad.

La bella aldea, pequeña y aseada

Hacia 1827, dos años después de su paso por Mendoza en 1825, donde había llegado como director de la Compañía Minera del Río de La Plata, el inglés Francis Bond Head, publicó en su país un libro con distintas crónicas de la experiencia que había vivido en Sudamérica, trabajo que tituló: “Apuntes tomados durante algunos viajes rápidos por Las Pampas y entre Los Andes”, donde describe parte de la Mendoza que conoció.

Cuenta por ejemplo que “Mendoza es una bella aldea, pequeña y aseada, donde todas las calles son trazadas en ángulo recto. Hay una plaza cuadrada en uno de cuyos lados se levanta un gran templo y varias otras iglesias y conventos están esparcidos por la ciudad. Las casas son de un piso, todas las principales con zaguán y puerta cochera que da al patio cuadrado por las habitaciones. Las casas son de barro con techos del mismo material. Naturalmente, las paredes son muy endebles; a veces se viene abajo un gran pedazo, y son de tal resistencia, que en pocos minutos, una persona con pala y pico abriría brecha en cualquier pared. Varias de las principales casas tienen vidrios en las ventanas, pero la mayor parte carece de vidrios”.

Agrega en otro fragmento que “los habitantes son de aspecto tranquilo y respetable. Los hombres se visten con chaquetas azules o blancas sin camisa. Las mujeres solamente se ven de día sentadas en las ventanas en completa deshabillé, pero a la tarde van a La Alameda vestidas con muy buen gusto en traje de gala con cola, completamente a la moda de Londres o París. La manera en que toda la gente se reúne, demuestra mucho sentimiento de bondad y compañerismo, y seguramente nunca vi menos rivalidad aparente en ningún otro lugar. La gente, sin embargo, es indolente en extremo. Poco después de las once los tenderos se preparan para dormir la siesta; empiezan a bostezar un poco y, lentamente, vuelven a su sitio los artículos que, por la mañana, han desplegado en los mostradores. A las doce menos cuarto cierran las tiendas, las ventanas de toda la ciudad están cerradas o entornadas, y no se ve a nadie hasta las cinco, y a veces, hasta las seis de la tarde”.

Describe finalmente que “tan pronto como el sol se pone, la Alameda se llena de gente, y el aspecto es muy singular e interesante. Los hombres se sientan en mesas fumando o tomando nieve; las damas se sientan en bancos de adobe a ambos lados del paseo. Difícilmente se dará a crédito a que, mientras la Alameda está llena de gente, mujeres de todas las edades, sin ropa de ninguna clase o especie, se bañaban en gran numero en el arroyo que literalmente limita el paseo”.

El Cabildo

El Cabildo como institución, impuesto por la monarquía española, nació en la misma fecha de Mendoza: el 2 de marzo de 156l y se mantuvo como órgano de gobierno hasta 1825. Los documentos y testimonios de la época indican que a mediados del siglo XVIII se ubicaba frente a la plaza principal de la ciudad –hoy Plaza Pedro del Castillo, entre las calles Beltrán, Ituzaingó, Alberdi y Videla Castillo– y era un edificio de dos plantas que tenía una recova de ocho arcos en su fachada, donde existía una galería con pilares de madera de algarrobo. Tenía una torre, el techo era de caña, teja y cortadera y en su interior había dos habitaciones con pisos de madera de cedro y con ventanas que daban a la plaza y a los patios interiores. El gobernador Juan de Dios Correas suprimió sus funciones a partir de 1825 y su edificio se destinó a la policía, la justicia y la cárcel, hasta que fue destruido por el terremoto de 1861.

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