Archivo | enero 22nd, 2015

Camino a la paz interior -->

Camino a la paz interior

Hace más de un año la vida los unió y en ese encuentro surgió lo mejor que cada uno podía dar. Daniel Poblet y Silvia Goñi confluyeron en el amor pero también en los proyectos profesionales que juntos podían generar. Así es como trabajan en la construcción de una nueva conciencia desde un enfoque centrado en el reconocimiento del “extraordinario potencial” de las personas a nivel individual y de las organizaciones.

Mediante técnicas de meditación, sanación y autoconocimiento como la Llave Mariana, Constelaciones Familiares, Sanación de Luz o Reiki, Daniel y Silvia apuntan a renovar sutiles experiencias personales que contribuyan a un auténtico desarrollo, crecimiento y evolución cualitativa del ser humano.

En el caso de las empresas, lo que proponen es que sea una organización de seres humanos construyendo una visión positiva y optimista de la vida que mejore la autoestima de quienes participan en la tarea colectiva y que propicie el logro de los objetivos empresarios a la par de una adecuada salud grupal.

“La actual crisis globalizada mundial aparece como el resultado lógico de una dirección de las organizaciones -sean éstas países, empresas o familias, a espaldas de los intereses de las personas- sin consciencia sobre las consecuencias de las decisiones que se toman sobre los pueblos, el ecosistema o el planeta”, sostienen. Es por esto que en sus cursos y talleres de capacitación, asesoramiento, consultoría o coaching implementan tecnologías sistémicas para que la persona desarrolle habilidades que le permitan ocupar su rol en un sano equilibrio entre lo laboral y lo personal.

Se trata, en definitiva, de un cambio de paradigma que busca generar las condiciones apropiadas para que la autonomía sea una fuerza motivadora que potencie la efectividad de los resultados obtenidos. En esta nueva conciencia espiritual, se trata de justificar la vida otorgándola de sentido en el encuentro con uno mismo.

El camino de Daniel

Daniel Poblet se fue de Mendoza en la década del ’80 por motivos laborales. Allí construyó su familia y trabajó en el gerenciamiento de empresas hasta que en 1998 a su mujer le diagnosticaron un cáncer con metástasis cerebral que los llevó a buscar alternativas como la que encontraron en Córdoba, donde aprendieron zen y técnicas de meditación. A pesar de las tres semanas que le dieron de vida, la mujer de Daniel resistió seis meses en los que él asegura que con sus manos aliviaba el dolor de su compañera. Tras su muerte, él siguió capacitándose y desde entonces han pasado por sus cursos más de 5000 personas.

“Cuando llegué al aprendizaje de la imposición de manos (Reiki y otras técnicas) la verdad es que no tenía demasiada confianza de que sirviera para algo. Con el estudio y la práctica comprendí que eran enseñanzas hacia la libertad que parten de la infinita potencialidad del ser humano. Es importante que las personas tomen consciencia de estas herramientas, que no son otra cosa que un cambio de paradigma. Creemos que la realidad es independiente de nosotros cuando en realidad somos los únicos que la podemos modificar”, sostiene Poblet.

Para consultar sobre cursos, terapias individuales o capacitación en empresas, comunicarse al 261-5107969 o escribir a dany.poblet@gmail.com

Web: www.lanuevaconciencia.org

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El Prana de la inteligencia -->

El Prana de la inteligencia

De acuerdo a su campo de experiencias, la inteligencia puede controlar la mente, los sentidos y la fuerza vital. Por ejemplo, una vez que realmente hemos aprendido que caminar por la calle sin mirar nos expone a ser atropellados, no vamos a dejar de mirar cuando cruzamos la calle, incluso si estamos apurados. El problema ocurre cuando nuestra inteligencia no se desarrolla concretamente y es dominada por la mente, los sentidos y la fuerza vital, y hacemos cosas por impulso que luego lamentamos. Esta incapacidad de la inteligencia para controlar nuestros impulsos es una de las principales causas de enfermedad.

La verdadera inteligencia no se refiere solamente a lo que hemos aprendido teóricamente, sino a lo que experimentamos a través nuestra experiencia de vida y nuestra conducta. Es la sabiduría de la vida. Lo que conocemos sólo conceptualmente no tiene vitalidad real. Es sólo un reflejo exterior de la vida, una imitación de las ideas y opiniones de los demás y no puede cambiar nuestra esencia. La energía de la inteligencia es el poder que colocamos en el conocimiento, el Prana que proyectamos hacia el descubrimiento de la verdad. El Prana de la inteligencia está siempre despierto y en sintonía con lo Eterno, desarrollando las aspiraciones de nuestra alma.

El Prana empieza a despertar por medio de la práctica yóguica. Al despertar nuestras facultades sutiles, experimentamos una energía magnificada a través de la respiración y sentimos diferentes corrientes de energía moverse a través del cuerpo. Tenemos más energía, entusiasmo y creativdad. Este Prana tiene una inteligencia que puede enseñarnos y guiarnos. El Prana se ha convertido en el maestro de muchos yoguis, les ha enseñado asanas, mantras y meditación. Su disciplina consiste en entregarse a lo que despertó su Prana. No obstante, debemos tener cuidado de no rendirnos ante un Prana o impulso vital inferior, que es lo que hacemos cuando estamos persiguiendo el disfrute exterior, sino enfocarnos al descubrimiento del Prana de la inteligencia (Buddhi-Prana).

El despertar de Prana y el despertar de la inteligencia (Budhhi) están relacionados. Conforme Budhhi despierta, también lo hace Prana. A medida que nuestro Prana despierta, también lo hace Budhhi. La vida consciente y el despertar de la inteligencia evolucionan juntos. La inteligencia purifica y clarifica nuestra vida. Por otra parte, sin vitalidad, nuestra inteligencia sigue siendo superficial y teórica. La sabiduría de la vida es la unidad de Buddhi y Prana.

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