La solidaridad adquiere entonces un lugar decisivo en este mundo acéfalo que excluye a los diferentes. Cuando nos hagamos responsables del dolor del otro, nuestro compromiso nos dará un sentido que nos colocará por encima de la fatalidad de la historia… el hombre sólo cabe en la utopía.

E. Sábato

Por Onelia Cobos

La Chakana es el elemento ordenador de la sociedad andina. Es el reglamento que hace utilitaria la convivencia de la pareja, de la familia, de ayllú, de comunidad. Chakana o cruz cuadrada significa puente, transparencia, paso.

El círculo del medio significa el vacío, el conocimiento, lo insondable, lo inimaginable, lo verdadero, lo sagrado. Es la imagen universal de la unidad.

Este símbolo es el de una bodega en Agrelo, casi Ugarteche.

Los viñedos jóvenes lucen como verdaderos jardines verdes primorosamente cuidados. Su joven dueño, el ingeniero Juan Pelizzatti, nos cuenta que conoció el símbolo de la cruz en una impactante visita a Cuzco, ciudad y cultura que lo marcaron profundamente. Los acontecimientos familiares que lo llevaron a cambiar de actividad y de geografía (Movistar en Buenos Aires) en el 2001 lo condujeron a esta Mendoza lujanina y a vivir en Chacras.

A continuación nos cuenta que el “símbolo” atrajo a un joven antropólogo holandés que conduce una Fundación con el mismo nombre en zona “Aymará”, en el norte de Bolivia y quien lo contacta y llega a Mendoza.

De ese encuentro, entendemos, nace Chakana, el vino solidario, un vino que aporta una cantidad por botella para ayudar al rescate de una comunidad india, la aymará, que lucha contra una despiadada desculturización y enajenación. La fantástica aventura para derrotar el olvido se centra en el recobrar el conocimiento de la agricultura de altura que en el pasado, esta comunidad manejaba sabiamente.

Misteriosamente la calidad de los vinos de altura regresa al mercado moderno y vuelve en ayuda solidaria al mismo suelo originario por caminos fenomenológicos.