Con gran expectativa comenzó la etapa de evaluación de los locales gastronómicos de la provincia y de Buenos Aires. Los ganadores de una, dos y tres estrellas se conocerán el 24 de noviembre. El anuncio del ingreso de nuestro país a la prestigiosa guía gastronómica internacional se conoció a fines de junio, gracias a un convenio por tres años entre la compañía y el Instituto Nacional de Promoción Turística.
Por Francisco Guerrero
Los restaurantes de Mendoza y Buenos Aires serán los primeros de Hispanoamérica en figurar en la prestigiosa Guía Michelín, tras un acuerdo entre la compañía internacional de origen francés y el Instituto Nacional de Promoción Turística Inprotur. La carrera para obtener las preciadas estrellas ya comenzó y a la provincia arribaron los famosos “inspectores” que son los encargados de evaluar la calidad de los emprendimientos.
Los ganadores se conocerán el 24 de noviembre, según lo anunciado a fines de julio por la directora de comunicaciones global de la Guía, Elisabeth Boucher-Anselin. Las Tres estrellas Michelin, el máximo galardón, las obtienen aquellos de calidad excepcional. Los de calidad excelente obtienen dos estrellas y una estrella reciben los considerados de alta calidad.
¿De qué se trata?
El anuncio de la incorporación de Argentina al catálogo gastronómico más conocido del mundo se realizó en Buenos Aires, con la participación del ministro de Turismo y Deportes de la Nación, Matías Lammens. A la reunión asistió también, entre otros representantes locales, la ministra de Turismo y Cultura de la provincia, Nora Vicario.
“Mendoza es una provincia encantadora que ofrece paisajes encantadores. La cultura del vino aquí ha infundido y dado una forma pintoresca de hospitalidad y arte de vivir, tan auténtica, tan verdadera, plasmada en Mendoza con restaurantes y bodegas”, explicó, la directora Boucher-Anselin en una nota publicada en Los Andes.
Ya en plena etapa de evaluación, los locales provinciales tendrán la oportunidad de destacarse y figurar en un ranking internacional, pero el desafío es grande, porque la competencia es mucha y están expuestos a las más altas exigencias. Es que aquí entra en juego la calidad de los productos, la atención del cliente, la personalidad y dominio de la técnica del chef, la armonía de los sabores y la permanencia del menú a lo largo del año, entre otras tantas variables. Es por eso que los “inspectores anónimos” generalmente visitan más de una vez el restaurante que consideran que puede promocionar según sus criterios. Se trata de calificaciones estandarizadas por la organización y “una estrella vale lo mismo en Argentina que en Tokio o Francia”, explicó la directora de la Guía durante la presentación oficial.
La guía está presente en más de 40 destinos de Europa, América y Asia. Brasil (Río de Janeiro y San Pablo) es el país de América Latina que estaba incorporado a la guía y ahora se suma el nuestro, gracias a un acuerdo por tres años con el ente Inprotur, que invirtió 620.000 dólares para poder ingresar.
Cabe aclarar también que varios restaurantes peruanos son poseedores de las estrellas Michelin, pero se encuentran en Europa (España e Inglaterra). O el chef argentino, Mauro Colagreco, que obtuvo tres estrellas Michelín, pero por su desempeño en su restaurante Mirazur, de Francia.
Hace unos días, llegó a la provincia un grupo de periodistas e influencers de Michelín, con la intención de generar contenidos para difundir en sus países el nuevo destino gastronómico. Fueron recibidos por la ministra Nora Vicario.
¡Vamos Mendoza!
Mendoza posee más de 4.000 restaurantes, distribuidos en los cuatro oasis: Norte, Este, Valle de Uco y Sur, y conjuga la cocina criolla tradicional, que fusiona sabores aportados por los inmigrantes y la nueva cocina. La vitivinicultura y los paisajes de la cordillera y precordillera le dan un plus que fue determinante para quedar seleccionada junto a Buenos Aires.
Durante el anuncio que se realizó en el hotel Four Seasons, de Buenos Aires, la ministra Nora Vicario calificó de un momento histórico para la provincia y significa “el reconocimiento al trabajo, la hospitalidad y la calidad de restaurantes, bodegas y productores que ofrecen propuestas únicas y diversas basadas en nuestra identidad, nuestros recursos”, aseguró Vicario en una entrevista de Los Andes. Por su parte, Beatriz Barbera, de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza (Aehga), destacó que el ingreso a la Guía es un hito que ubica a la provincia en el mapa de los principales destinos gastronómicos internacionales.
Para el ministro Matías Lammens, la Guía “marca un antes y un después” y fomentará las inversiones tanto en Buenos Aires como Mendoza y en todo el país, ya que, si bien el contrato es por tres años, hay posibilidades de renovarlo y si es así, seguramente se podría continuar abriendo el abanico de la oferta gastronómica que ofrecen las distintas regiones argentinas.
En este sentido, Lammes, señaló: “El turismo es una de las grandes apuestas que tenemos en términos de desarrollo del país y de una industria que representa más de 10 puntos del PBI. Esto es un reconocimiento al sector privado, empresarios pymes y no pymes, que invierten en el país, que generan trabajo y que están convencidos de lo que puede dar Argentina y el talento”.
Vicario, a su vez, señaló a las agencias de noticias: “Es como que entramos al Mundial. Estamos muy contentos de haber dado este paso y que Mendoza junto con Ciudad de Buenos Aires ya está siendo evaluada desde hace varios meses por inspectores de la guía Michelin”.
La historia
La Guía Michelin nació en 1900, en Francia, de la mano de los hermanos Michelin, fundadores de la compañía de neumáticos para automóviles. Por eso, uno de los símbolos de la publicación es Bibendum, el muñeco de Michelin que está formado por una pila de neumáticos. La histórica guía de tapas rojas nació como un servicio gratuito dedicado a los conductores de automóviles que se disponían a viajar por Francia en un principio. Allí, el chofer podía encontrar datos de utilidad para el viaje, como mapas, instrucciones para cambiar una rueda, dónde cargar combustible y un listado de lugares para comer y alojarse. Ya en 1923 tenía un costo de 7 francos y figuraban los hoteles y restaurantes recomendados. Era la primera vez que se citaban restaurantes independientes pues, hasta entonces, solo se mencionaban restaurantes de hotel. Conscientes del creciente interés que suscitaba la sección de restaurantes de la guía, los hermanos Michelin reclutaron un equipo de misteriosos comensales, quienes hoy en día se conocen como «inspectores», para que visitaran y valoraran de forma anónima los restaurantes. En 1926, la guía comenzó a valorar con estrellas la calidad de los establecimientos, aunque inicialmente solo se adjudicaba una estrella. Cinco años más tarde, se estableció la jerarquía de una, dos y tres estrellas y en 1936 se publicaron los criterios aplicados para la concesión de dichos galardones.
De acuerdo a los especialistas, para lograr las estrellas, hay que concentrarse en la comida, en un servicio que esté a la altura de la oferta gastronómica. Más bien se trata de brindar una experiencia sensitiva al cliente. Pero no resulta fácil si uno no ha trabajado de esta manera y de golpe pretende “revolucionar” el local para adaptarlo al jurado. Debe ser una forma de trabajo adquirida con el tiempo. Porque actuar con naturalidad, es también uno de los puntos más importantes. (Fuente: guide.michelin.com)