Generaciones enteras la recordarán como la maestra que daba la bienvenida a los recién ingresados de la escuela primaria. Visitamos a la “Señorita Beba” en su casa de Chacras para recordar sus historias de guardapolvos blancos y memorias en el barrio.
Beba junto a sus plantas en la casa que hace 45 años habita junto a su marido en Chacras de Coria.
Sobre una antigua mesa de madera, donde posan algunos portarretratos familiares, flores y unos pocos libros, Beba Videla tiene separadas fotografías de otro tiempo que encontró su marido, Jorge Videla. Son recuerdos de su época como docente, etapa por la que transitó durante 25 años, muchos de ellos en la Escuela Teresa O´ Connor como maestra de primer grado. Salir por las calles de Chacras de Coria, donde lleva más de cuatro décadas como vecina, implica muchas veces responder al amoroso saludo de tantos alumnos que aún hoy la llaman: “Señorita Beba”. La emociona el recuerdo de los niños ahora adultos que atesoran anécdotas de cuando el desafío era aprender a leer y a escribir con la inocencia todavía a cuestas. Beba se considera una maestra por vocación, lo suyo fue siempre la enseñanza y el acompañamiento de los más chiquitos en la búsqueda del conocimiento.
En 1961 Beba Videla fue nombrada docente en una escuela de Tunuyán y más tarde trasladada a la Comandante Torres de Luján de Cuyo hasta que permutó y llegó a la Teresa O´Connor. Luego de 25 aniversarios de trabajo en el aula pasó a ser miembro en ejercicio de la Junta de Disciplina del Ministerio de Cultura y Educación a cargo del doctor Hugo Duch durante el gobierno de Felipe Llaver. “Es un orgullo para mí ver que mis ex alumnos recuerdan con cariño a su primera maestra, entre ellos, Alberto Cabanillas, Mario Nápoli, Andrés Sconfianza, Robertito y Gonzalo Merlo, Sergio Mema, Pety, los hijos de la docente y compañera Perla de Gracia, Laurencio Sánchez y los chicos de la Panadería Colovatti”.
Otra vida, otros tiempos. La década del ‘70 y el ‘80 en el pueblo chacrense invitaba, cuando el clima acompañaba, a tener clases bajo la sombra de un árbol en la Plaza y a salir en caravana a conocer el barrio, tema siempre presente en el programa de primer grado. “Recuerdo a Chacras como una gran familia: tranquila, segura, respetuosa de sus mayores y sus tradiciones. Una de esas costumbres era reunirse en la Plaza con los vecinos y los niños. Recuerdo los tradicionales desfiles para las fiestas patrias y también con nostalgia, los tradicionales buzones rojos. Los paseos en bicicleta, los comercios que ya no están; cambió mucho todo”, dice la mamá de Marcela y Jorge, quienes se iniciaron en la vida escolar participando en la misma escuela donde ella ejercía.
“Toda mi carrera como maestra fue por vocación y en la escuela pública, rodeada de guardapolvos blancos. Mis directoras en la Teresa O´Connor fueron la señora de Pannochia y Wadia Eláskar. Algunas compañeras que recuerdo son Cuqui Lúpoli, Perla de Cabanillas, Perla de Gracia, Chita Perone, la Tatana de Merlo, María Gómez y la Chela Cocucci”, enumera y agrega: “No puedo olvidarme de cuando los chicos Cabanillas salieron a recorrer las calles de Chacras con la intención de vivir como linyeras, con el palito y la ropa envuelta”. Padres solidarios con las docentes, chicos respetuosos, ganas de aprender y compartir la tarea en conjunto son algunos de los valores que Beba encuentra de algún modo perdidos en la actualidad.
¿Cómo era una tarde en la escuela por entonces? Después de izar la bandera, cantar el himno nacional y formar fila en la puerta del aula, los niños tomaban asiento y se predisponían para las enseñanzas del día en sus cuadernos de hojas cuadriculadas. El pizarrón era el espacio donde letras y números se agolpaban para ser incorporados por los chicos de seis años. Cuando un niño enfermaba, Beba lo iba a visitar, cuando alguien necesitaba ayuda con la tarea, llegaba entonces a su casa; en el caso de que no tuvieran recursos para comprar libros, Beba fabricaba lo propio en el mimeógrafo, un instrumento utilizado para hacer copias de papel. Y así acobijó con sus enseñanzas a las infancias que pasaron por su vida. Y así son tantos los hombres y mujeres que la recuerdan con cariño como la primera maestra: “La Señorita Beba”.
En la tradicional foto de grado en la puerta de la Escuela Teresa O'Connor. 1º grado - Año 1978
Chacras hoy
“Ya no veo la unión que existía antes. Por empezar los autos no respetan nada, mucho menos al peatón. Los domingos yo salía en bicicleta a las 8 de la mañana a comprar las facturas calentitas, algo que ya no puedo hacer por mi edad, pero que de cualquier manera sería imposible por el tránsito que hay. El saludo en las calles se perdió, quedan pocos amigos. Cambió mucho todo”.