-->
Vengo de andar el vino sangre adentro / por la oscura región de la palabra, / traigo la vida afuera, sin reservas, / que se cansó de estar crucificada.
Quiero decir hermanos y parientes / (desde mi antigua etnia proletaria), / con ese vino obrero en cada mesa/ entre un júbilo de platos y cucharas.
Vengo del mineral que se hizo arena / tañido por la reja y la zapa / partido en el terrón, roto en la piedra, / apenas remedado por el agua.
Subí de verde al sol por el sarmiento / mi manojo de vino con la parra / y me molió el lagar hasta el hollejo / sin poderme arrancar jamás el alma.
Supe que en el velamen de los sueños / anda el zumo cantor de la tonada / y su complicidad me dio este vuelo / no recuerdo bien qué madrugada.
Vengo desde la sed que puebla y cree / toda esta recua india y castellana, / de este mi ancestro humano de los siglos, / su heráldica de plumas y de espadas.
Vengo por recordar que no se olvide / haber visto la paz ensangrentada / su grito de pavor en los fusiles / y un cielo gris de palomas violadas.
Y pasé, por pasar, por esa mesa / de ese vino opulento que no hermana, / que mira por el lujo de la copa / bebiéndoselo todo, que no es nada.
Viajó hasta la raíz del vino mismo / mi pregunta de amor acribillada, / después supe que así roba los versos / la luna que se esconde en las almohadas.
-->
-->
