Categoría | Editorial

Tiempos Modernos: La Editorial de este mes

En 1936 Charles Chaplin escribe, dirige, musicaliza y actúa en un memorable film, en blanco y negro: ‘Tiempos modernos’. Básicamente  la película muestra la alienación de un hombre sometido a un trabajo en una planta industrial. Sólo tenía que apretar una tuerca en una línea de producción. La revolución industrial traía nuevas formas de producción. En el lugar del trabajo nadie habla con nadie. Son muchos pero a la vez están solos. Ninguno es feliz.

Salvando las distancias hoy vivimos, disfrutamos y padecemos la ‘revolución tecnológica’. Es algo fantástico. Con un celular, una tablet, una computadora hogareña, un MP 4, etc., etc… conseguimos prácticamente todo. Al menos eso sienten muchos de los usuarios de estos aparatos. Supuestamente esto haría feliz a miles de personas. Por eso se promocionan y se consumen cada vez más.

Al igual que Chaplin atrapado en una nueva tecnología revolucionaria hoy vemos a muchos niños, jóvenes y adultos cuasi presos de esta nueva revolución industrial.

Basta con ser un poco observador. Subimos a un colectivo y de cada diez pasajeros ocho llevan un auricular en el oído. No saludan, se sientan a tu lado y siguen conectados a su mundo. ¿Cuál será?

Caminamos diez cuadras por cualquier sitio y vemos personas distraídas, como enajenadas tocando ávidamente teclas para decir algo y tropiezan y pasan al lado de un amigo y no lo ven. Ven el aparato que es más importante que las personas.

La tecnología es muy buena, indispensable. Es un instrumento pero no un fin. Como cuando se pudo inventar la rueda o el cuchillo. Ahora bien, el cuchillo sirve tanto para cortar un exquisito trozo de asado como para asesinar a una persona. Todo depende de quién lo utilice.

No se trata de vivir apegados a la nostalgia (“deseo doloroso de regresar”) sino de repensar en nuestro diario vivir. Sí, la propuesta es reflexionar juntos cómo nos comportamos como amigos, padres, vecinos o hijos.

Con un dejo de tristeza vemos que cada cual atiende lo suyo. Seguramente este neoliberalismo nos está inculcando que individualmente podemos ¿progresar?, que es el esfuerzo de cada individuo el único camino al éxito. Como en ‘en el gran pirulero cada cual atiende su juego’

Casi nadie silba por las calles como antes, nadie va entonando alguna canción.

Tal vez la vayan escuchando sólo en su oreja. Pero las canciones más hermosas son las que podemos compartir, cuando algún amigo desafinado toma una guitarra y un coro cómplice disfruta de ese instante.  Y es el momento del aplauso y del regocijo.

Se nos están yendo minutos irrecuperables de nuestra efímera vida sin disfrutar de lo más hermoso que poseemos: la comunicación y la solidaridad con nuestros semejantes.

No es difícil ni imposible. Vecino, cuando camine por las veredas de Chacras, si no tiene tanta prisa, salude, pregunte por la familia; si entra al almacén primero ‘buen día, ¿cómo fue la mañana’? y luego haga su pedido sin un botón en su oído.

Y si se encuentra con un amigo dele un abrazo fuerte y diga ‘te quiero y te necesito amigo’. Luego vaya silbando bajito con el alma plena de dicha.

Deje su comentario