Archivo | mayo 3rd, 2016

El banco de Pety -->

El banco de Pety

Por Onelia Cobos

Sobre calle Viamonte al 5000, en esa cuadra emblemática de viejos, pequeños negocios de antaño, Pety tiene su tienda de alimentos para mascotas, su Pet-shop, para dar gusto al lenguaje de los tiempos nuevos de mercado. Antes tuvo en el lugar una carnicería. Se saturó de este último trajín, nos dijo, porque no le permitía tiempo, entre otras cosas, para estar o interactuar con amigos y vecinos. Y es aquí precisamente donde reside la primera característica de Pety como vecino de Antes, del Chacras sin prisa, del Chacras-descanso, del Chacras de la Comunicación con el Otro.

El caso es que Pety ha construido sobre su vereda, frente a su negocio, un banco de plaza, con prolijos cerámicos blancos que invitan a la pausa  y a la tertulia vecinal, al promediar la mañana de compras o al atardecer. El banco es una invitación a construir  Descanso en el día. Descanso que contrasta con la velocidad del Hoy, trajinado por tanto 4×4 y anónimos rostros nuevos. La prisa del presente se siente sorprendida por este inusual recreo que evoca el tiempo de las sillas o sillones “a la puerta” en las veredas de las casas, después de las seis de la tarde de nuestra adolescencia.

Entonces era una tácita consigna, la de detener el tiempo diario, introduciendo saludos y charla con el vecino paseante, intercambiando novedades “cosechadas” en la carnicería, panadería , farmacia,  bicicletería, ferretería o taller de reparación de calzado. Pety sabe que “no se estila ya más” pero Pety sigue sintiendo la añoranza de aquellos momentos en tiempos de antaño.

Esta mañana es una mañana cualquiera. En uno de los extremos del banco están sentados el vidriero, el ferretero, el quinielero. En el otro extremo Pety los escucha con atención. Hace calor. Estamos en enero. Corre apenas un tímido viento. Al pisar la vereda Siento, Veo, Escucho a Don David Elaskar, a Sete, a Wadi y Ricardo que conversan con Don Cobos, el bicicletero. Se mezclan en el encuentro Alberto, Poroto, Nelson, los chicos Elaskar, la familia dueña de toda esa propiedad, desde el Kiosco de la familia Álvarez hasta el ex negocio de Chantire.

Un señor Cruz, (actual Biblioteca Popular) solidario vecino de la Unión Vecinal, también conversa con el grupo y  una chilena familia Paz de la vereda de enfrente, se acomoda también en el banco. Es Pety el que ahora cree ver al Dr. Elaskar y Delia, su esposa en la vereda, descansando del consultorio y los pacientes por un rato. De la panadería Los Andes sale el Dr. Miguel Pons que misteriosamente ha conseguido la eternidad y se une a una doméstica charla con la familia Collovati, compitiendo por la excelencia de la tortitas de hoja y las otras. Las figuras se mueven en dos dimensiones, la terrena y la del más allá con total naturalidad.

Sobre el número 5252, la vieja bicicletería de Don Cobos se ha convertido en un pequeño y coqueto resto: “Lo del Pájaro”. Como finos hilos de humo, circularidades de ruedas de bicicletas para centrar, parecen flotar, volatilizadas en el aire y buscan también el banco de Pety.

La mágica cuadra cobra singular vida, alrededor de la tertulia del banco, todos los días.

Yo creo que el espíritu de Pety, amante agradecido por el lugar que lo aceptó y lo quiere, ha permitido la fuerza de lo imposible: poder llamar al Pasado e invitarlo a convivir con el Presente.

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Homenaje y recuerdo: Aquellos mendocinos olímpicos

Por José Félix Suárez  -  Especial para Correveidile

Entre los cientos de deportistas argentinos que cada cuatro años honraron al país durante la disputa de los Juegos Olímpicos desde aquella histórica primera edición de 1896 en Atenas, figuran varios mendocinos que también dejaron su aureola de prestigio y grandeza en sus respectivas disciplinas.

A la espera de la próxima gesta que se desarrollará en Río de Janeiro, Brasil, entre el 5 y el 21 de agosto próximos, evocamos en esta edición de Correveidile con encendida admiración, nostalgia y respeto, como un justo homenaje y sincero recuerdo a aquellos comprovincianos que con su sacrificio personal, voluntad y superación alcanzaron la gloria olímpica, la más hermosa y sublime que pueda existir. El que sigue es un repaso a esas Inolvidables y nobles figuras.

Cosme, el primero

Cosme Damián Saavedra, bautizado con el tiempo como “El Padre del Ciclismo Argentino”, pionero de las rutas en las décadas del ’20 y del ‘30, fue el primer mendocino olímpico, que con su ejemplo abrió el camino a futuras generaciones. Resultó nº 30 entre 59 inscriptos en la prueba de resistencia de 186 km. en Paris (1924) y nº 15 en Amsterdam (1928) tras 168 km.

Además fue octavo en la contra-reloj por equipos junto a José López y Francisco Bomhevi. Se recuerda que de los diez hermanos Saavedra, cuatro se dedicaron al deporte del pedal: Cosme, Carmelo, Victorio y Remigio.

Otro pedalista que alcanzó nivel internacional fue Ernesto Antonio Contreras (19-06-37), muy bien llamado “El Cóndor de América” por sus increíbles proezas en los Cruces de Los  Andes. Se convirtió en el mendocino con mayor cantidad de presencias al participar en tres Juegos Olímpicos en la especialidad persecución individual por equipos sobre 4.000 metros: 5to. en Roma (1960), 8vo. en Tokio (1964) y 9no. en México (1968).

En esa olimpíada terminó 7mo. Junto a Juan Alberto Merlos, Carlos Miguel Alvarez y Roberto Breppe en la competencia de los 100 km. contra–reloj. Por otra parte, el pedalista tupungatino Rubén Antonio Pegorín, no pudo intervenir en Barcelona (1992) por un error reglamentario al no haber sido inscripto, y cuatro años más tarde clasificó en el pelotón mayoritario en la prueba de ruta de Atlanta (1996).

Pascualito de Oro

El gran Pascualito Pérez (04-03-1926 – 22-01-1977), llamado “El Pequeño Gigante”, por sus 1,51 metros de altura y su peso de 47 kilos, le dio al boxeo argentino la primera medalla de oro en Londres (1948).

El mendocino sobresalía como un mosca, que sin embargo pegaba con la potencia de un liviano de 61 kg. Derrotó sucesivamente al filipino Rex Adolfo (KO2), al sudafricano Joe Williams (KO3), al belga Alex Bollaert (GPP), al checo Frantisek  Majdloch (GPP) y en la final al italiano Espartaco Bandinelli (GPP).

“Felicitaciones campeón, casa asegurada” fue el texto del telegrama de salutación que le envió el entonces presidente General Juan Domingo Perón, porque el gobierno nacional lo premió con una vivienda en la calle Jorge Adolfo Calle al 600 de la Sexta Sección de Ciudad.

Se recuerda a otros pugilistas olímpicos: el pluma Luis Cirilo Gil (29-07-31), desde hace años radicado en Salta, que antes de su debut en Londres (1948) debió ser operado con toda urgencia de apendicitis; el liviano Carlos Alberto Aro (22-09-39), en su época de los ’60 la mejor izquierda del país, que perdió  frente a Tristán Falfán la final de la eliminatoria para clasificar a  Melbourne (1956) y que posteriormente fue eliminado en Roma (1960); el mediano Mario Alberto Ortíz (14-10-53 – 11-09-78), fallecido prematuramente por una dura enfermedad, apodado por el periodista deportivo Enrique Máximo Romero en El Gráfico como “El Cirujano del Ring” por la justeza de sus golpes, al que un problema estomacal le impidió ganar la medalla de bronce contra el colombiano Alfonso Pérez en Munich (1972); y  el más contemporáneo, el pluma Julio Pablo Chacón, que fuera medalla de bronce en Atlanta (1996) al ser vencido en la semifinal por el tailandés Somluck Kansing. La nómina de boxeadores se completa con Luis Rosales y Manuel Martínez en Londres (1948); Francisco Gelabert en Melbourne (1956);  Miguelito García (pluma) y Pedro Luciano Agüero (liviano) en México (1986); Juan Aguilar en Tokio (1964);  Ceferino Labarda en Sydney (2000) y Daniel Brizuela en Atenas (2004). Así también la mención del profesor  Fernando Francisco Bermúdez (19-08-1913 – 30-11-1997), “Don Paco” en el ambiente boxístico, que fuera entrenador de la Selección Argentina de Boxeo en Roma (1960) y Tokio (1964).

El Negro Guiñez

Eusebio Crispín Guiñez (16-12-1906 – 07-08-1987) fue 5to. en la maratón olímpica de Londres (1948) sobre un recorrido de 42 km. 195m. que ganó su compatriota Delfo Cabrera. El querido Negro hizo una carrera admirable  porque provocó el desgaste de los candidatos y le sirvió el triunfo a su amigo Cabrera. “Ganás vos Indio, la punta es tuya” le gritó cuando lo dejó pasar en los últimos metros. Al igual que Pascualito Pérez también recibió una vivienda del gobierno peronista de esos años.

Los Cairo, Las Leonas

Los hermanos  Gabriel Eduardo Cairo, Pablo Javier Cairo y Alejandro Cairo en un hecho sin precedentes  compartieron la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992) cuando el hóckey sobre patines actuó como deporte de exhibición y se derrotó en tiempo suplementario 8 a 6 a España en una dramática final. La Leona Marina Emilse Di Giácomo, que dejó tan alto al deporte de Chacras de Coria a nivel internacional en hóckey sobre césped femenino, fue medalla de bronce en Atenas (2004), el año que surgió a la fama la rosarina Luciana Aymar. Además de las Leonas Ana Macarena Rodríguez y Silvina Pity D Elía, medalla de plata en Londres (2012) al perder la final vs. España 2 a 0.

También fueron olímpicos el atleta Romeo Galán en Helsinki (1952), Angel Gagliano en Los Angeles (1984) que se lesionó en el calentamiento previo de la prueba de salto triple, la  Turca Cecilia Elena Zeid en tiro, la Negra Florencia Szigeti en natación Sydney (2000) y Atenas (2004), Oscar “Quito” González y Matías Alto en tenis de mesa en Atenas (2004) y Patricia Urbano que fue sexta en remo en serie de Single Scull en Atlanta (1996), donde Patricia Inés Conte fue suplente. En estos Juegos también tomaron parte Horacio Sicilia en remo, Lautaro Chávez y Sandra Ambrosio en mountain-bike y Marcelo Gandolfo, que clasificó nº 24 en pesas.

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Recomendaciones de otoño -->

Recomendaciones de otoño

No quemar hojas secas: es altamente contaminante para el medio ambiente y para la salud –especialmente de los niños-, ya que debilita el sistema inmunológico. Es mejor juntarlas y aprovecharlas como nutriente para el suelo. Al igual que el material seco del jardín son una valiosa fuente de materia orgánica. Puede agregarlas al compost o utilizarlas para proteger el suelo o alrededor de los tallos de las plantas, ya que lo conserva húmedo, suelto, lo resguarda de las heladas y lo mantiene libre de yuyos.

No a la gripe: Con el frío a la vuelta de la esquina, la mejor manera de mantener la gripe lejos es pasar buena cantidad de tiempo al aire libre, hacer ejercicio, salir a caminar, andar en bici. El oxígeno que así acumulamos aumenta el poder de nuestro sistema inmune y además nos pone alegres. Por lo mismo, hay que mantener la casa y habitaciones aireadas. Por último, lavarse las manos con frecuencia, especialmente los niños.

Bienvenida melancolía: el otoño es una época de cambios emocionales, ideales para la búsqueda de la paz y el trabajo interior de nosotros mismos. Para eso es bueno disfrutar de las pequeñas cosas que nos dan placer y sentido a nuestra vida.

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