El pasado 19 de Enero, don Marcos Antonio Gallar más conocido como Toño, partió a la Casa del Padre, dejando en todos nosotros un sentimiento de pena, pero a la vez de esperanza firme en Dios. Era uno de los Diáconos que servía en nuestra Parroquia desde que se instaló en Chacras de Coria, plasmando en nuestra memoria su paternal figura y sabios consejos brotados desde su experiencia de fe. Efectivamente, como hombre de profunda fe -nunca fingida-, a lo largo de su vida supo vivirla comprometido con la Iglesia, ya desde su niñez en la Parroquia de San José de Guaymallén, una militancia juvenil férrea en las filas de Acción Católica en sus años dorados y en estas últimas décadas, consagrado como Diácono Permanente con múltiples servicios a la Iglesia Diocesana y a nuestra comunidad.

Estaba casado con Nati, y junto a su varios hijos conformaron una excelente familia donde el cultivo de la fe, los valores evangélicos, la honestidad y responsabilidad fueron signos cabales de su ser cristiano. Veinticinco días antes había fallecido una de sus hermanas y a raíz del hecho platicamos mucho en su casa, pero más me impactó la despedida que hizo de sus restos al día siguiente, casi anticipando también su pronta partida. Todas sus palabras, aunque llenas de duelo, significaron un especial testimonio de una vida consagrada a Dios, pero también cargada de noble humanidad que a todos nos embargó de sentimientos. Por eso, para concluir este sencillo recuerdo, no tengo dudas en expresarlo, que desde el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva, Toño sigue acompañándonos más que nunca y orando por nosotros que aún tenemos que cumplir nuestra misión terrenal. Hasta muy prontito querido Marcos Antonio, que te vaya bonito y reza al Señor por nosotros.

Con afecto sincero.

Párroco Eduardo

El Toño rodeado de su familia y sus seres queridos en su cumpleaños N° 85