El cadmio (Cd) es un metal pesado que forma parte de la corteza terrestre y ha adquirido una gran importancia toxicológica; está rankeado en la posición 8 dentro de la lista de las 20 sustancias peligrosas de prioridad (http://www.atsdr.cdc.gov), ATSDR, 1999).

Cantidades importantes de Cd son liberadas al medioambiente por fuentes naturales como la actividad volcánica. Las fuentes antrópicas contribuyen con  tres a diez veces más de cadmio al medioambiente que las actividades naturales, de esta manera su eliminación se ha convertido en un serio problema para el ambiente y para la salud del hombre. El Cd tiene varias aplicaciones industriales, frecuentemente es usado en pigmentos, pinturas -como estabilizadores-, soldaduras, galvanoplastía, baterías Niquel-Cadmio, y fertilizantes.

La ingesta de este metal puede llevarse a cabo a través del agua que ha sido contaminada por las fábricas que tiran sus desechos al río. Casi todos los alimentos contienen cadmio y constituyen otra fuente de ingesta, ya que aquél que se encuentra en el suelo puede pasar desde el mismo o por el agua contaminada a los vegetales y animales, y de estos al hombre. Esto es más frecuente en áreas mineras, aunque también, cuando se usan fosfatos con alto contenido de cadmio como fertilizante.

Los sistemas acuáticos también son una cadena de bioacumulación a través de los crustáceos, moluscos, que ingieren plancton con cadmio, y lo acumulan en su organismo. La fuente principal para los bebes es la leche materna, ya que las madres con altas concentraciones pueden transmitírselo a través de la misma. Es importante remarcar que se absorbe entre el 6 y el 10 % del cadmio ingerido.

Se estima que la ingesta diaria de cadmio en la dieta está en el rango de 10-40 ug por día en zonas sin polución. En Estados Unidos el porcentaje de consumo es de alrededor de 30 ug de cadmio por día solo en la comida, de los cuales se absorben 1-3 ug en el tracto intestinal.

Otra vía  de exposición al Cd la constituye la inhalación de aire contaminado producido en fábricas de baterías, soldaduras de metales, etc. Respirar el aire contaminado cerca de donde se queman combustibles fósiles o desechos municipales.  Respirar el humo de cigarrillo duplica la ingesta diaria de cadmio proveniente del tabaco; recientemente, un estudio de la Universidad Nacional de San Luis develó, luego de analizar distintos tipos de colillas de cigarrillos, que en todas se manifestaba la presencia de Cd. Se absorbe entre el 30 y 50 % del Cd inhalado.

La amenaza de este metal tóxico para la salud del hombre se debe a que su vida media es de 15-20 años, por lo tanto se excreta muy poco y se almacena principalmente en hígado y riñones. Además, este metal  no es esencial para el cuerpo humano y no está involucrado en procesos enzimáticos como lo están otros metales como el Calcio, Zinc y Selenio. Para que el cadmio cause toxicidad, primero debe entrar a las células y hasta hoy no se conoce algún receptor específico para el Cd. Sí se sabe que es un aprovechador y utiliza vías de transporte para otros metales que sí son esenciales.

Existe una gran evidencia basada en estudios in vitro y epidemiológicos en humanos y en animales de experimentación, que soportan un posible rol carcinogénico para el Cd; según la Agencia Internacional para la investigación del cáncer (IARC) ha sido clasificado como carcinógeno tipo 1 y se lo ha encontrado asociado a cáncer de pulmón, próstata, páncreas, riñón y mama.

El cadmio es casi ubicuo y su natural persistencia en el medio ambiente como también en tejidos biológicos podría tener serias consecuencias, de esta manera todos estamos en riesgo frente a la exposición del cadmio. Es por ello que en las distintas legislaciones, tanto nacionales como internacionales, adquirió un papel relevante. Es muy importante la concientización a nivel de toda la población, incluidos funcionarios e industriales las formas correctas de manejo de éste y de muchos otros metales tóxicos.

En el laboratorio de Oncología perteneciente al Centro de Ciencia y Tecnología (CCT, ex CRICYT) estamos estudiando los efectos del tratamiento con Cadmio dentro de las células tumorales. Todavía queda un largo camino para recorrer en el estudio y  conocimiento de las vías de señalización involucradas en la carcinogénesis provocada por Cd. Estos estudios  permitirían en un futuro no muy lejano desarrollar marcadores moleculares para la exposición al Cd, toxicidad y carcinogénesis.