Hoy, con su inusual optimismo, se fue el último niño grande del Mendoza Rugby Club.
Hoy, en el adiós al amigo, deseo imaginar el reencuentro de la familia del “querido Conejo”.
Hoy, parte un niño grande que vivió soñando, tal vez como nadie, un juego de niños llamado Rugby.
Hoy, por fin entendamos, en la despedida del mayor ícono juvenil, aquello de que “juntos somos más”, para decir sin temor a equivocarnos…Chango, al final todos tenemos un poco de razón y vos también tenés la tuya.
Por último…Chango…el Mendoza Rugby Club pierde con tu partida a la Suprema Liga Celestial, al niño grande, grandes como vos… y no tanto; y hoy, junto a tus seres queridos diremos al unísono:
¡Alejandro Serpa, Dios te guarde, descansa en Paz!
Mario E. Ragazzone