Categoría | Necrológicas

Rubén Oliva

Rubén Oliva

Se fue el 19 de agosto de 2010           

Conocimos a Rubén al frente de su Vivero Silvestra, especializado en plantas xerófilas, que hoy dirige su mujer, Beatriz.

Desde ese día se convirtió en habitual colaborador del Correveidile, describiendo en cada edición del año 2009 los pormenores y beneficios de la xerijardinería, actividad que amaba.

Desde aquí lo recordamos con gran cariño y reconocimiento por todo lo que desde sus páginas nos enseñó.

Semblanza…

Rubén tuvo una destacable trayectoria institucional.  Comenzó como becario en 1977,  formándose en el exterior hasta alcanzar el doctorado y luego amplió su formación en temas de gestión, con énfasis en planificación e innovación institucional.

A través de su vasta formación y como producto de su trabajo en mejoramiento se inscribieron varias creaciones fitogenéticas en especies hortícolas.

Mientras que en gestión se destacó, particularmente, en la dirección de la EEA Mendoza, donde en una época de crisis de recursos para el INTA, logró convertirla en pocos años en una unidad especializada destacada en vitivinicultura.

Fue un actor clave en la concreción de la Maestría en Viticultura en alianza con la Universidad Nacional de Cuyo y con el INRA Montpellier, Francia.  También fue fundamental su liderazgo en la formulación e implementación del Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2020, conocido como PEVI.

Durante su período de actividad profesional en el ámbito privado, impulsó un emprendimiento en el área del xeripaisajismo, creando el vivero Silvestra e introduciendo y rescatando más de 400 especies nativas y exóticas, no difundidas como ornamentales hasta ese entonces.

Paralelamente, crea la Fundación Flora Nativa para la promoción del paisajismo xerófilo promoviendo el ahorro del recurso hídrico.  También colaboró con la Secretaría de Medio Ambiente en la elaboración del Plan Estratégico de Desarrollo de la Provincia de Mendoza.

En junio de 2010 reingresa al INTA por concurso en carácter de Gerente de Seguimiento y Evaluación.  A poco de iniciada esta nueva etapa de vida institucional, fallece en la Ciudad de Buenos Aires el 19 de agosto.

Rubén fue una persona con alta sensibilidad humana, devoto a su familia y amigos,  que ponía todo su empeño y se esforzaba más allá de sus límites en el trabajo, alimentado por su gran entusiasmo, racionalidad y energía. Autocrítico y crítico a la vez, pretendía lo más cercano a la perfección en todo lo que emprendía. Fue amante y defensor del medio ambiente y de los recursos naturales. Tenaz, inteligente y por sobretodo un promotor del desarrollo de capacidades y talentos.

Sus compañeros y amigos del INTA acompañan en su dolor a su esposa Beatriz y a sus hijos María Julia, Jerónimo, Valentina y Santiago.

Deje su comentario