TIEMPOS DE REFLEXIÓN
Llega otro fin de año. Conciente o inconcientemente tratamos de hacer algún balance de lo que hemos podido hacer o no alcanzamos a realizar en este 2010 que ya se va. Y la frase común y reiterada en estos días es “cómo se nos pasó el tiempo”. Es la sensación de lo fugaz con la que percibimos el devenir.
Pero si nos ponemos a pensar, si hacemos un ejercicio de memoria, encontraremos en nuestro interior muchos esfuerzos, alegrías, desvelos, ilusiones…
Para Correveidile este año ha tenido un significado especial. En efecto, en este 2010 llegamos a la edición número 100 y cumplimos los primeros 10 años junto al pueblo de Chacras. Diez años de bregar sin fatigas por el bienestar y el bien común de los chacrenses.
Si observamos a nuestro pueblo sin prisa, con atención, veremos que algunas cosas han mejorado, otras están igual y tantas otras que aún hay que mejorar.
Hemos conseguido, por fin, tener una oficina habilitada para renovar la licencia de conducir. Esto nos facilita mucho hacer este periódico trámite sin tener que viajar a Maipú o a Guaymallén.
Luego de años de abandono se recuperó el Salón para Todos, o sea, para algunos, el viejo y querido cine teatro Splendid. Los chacrenses vemos ahora un poco más cerca la posibilidad de volver a disfrutar de un espacio propio para la música, la danza, la expresión corporal, en fin, para la cultura toda. A pesar de que se han dado pasos importantes en este sentido, aún no llega la habilitación definitiva. Es el Municipio quien tiene ahora la última palabra.
Está firme la promesa de repavimentación de calle Darragueira, respetando lo solicitado por la Unión Vecinal y este periódico, de no erradicar añosos árboles ni cementar las acequias.
Se está terminando la canalización y hormigonado del Río Seco y la construcción de puentes en Newbery y Aguinaga, como frente a la parroquia, contemplando vías peatonales.
Claro que aún no se comienza con la construcción de la Presa Chacras de Coria en nuestro cercano pedemonte. Esta obra, tantas veces demorada, nos traerá mucho alivio, sobretodo en el verano, época de aluviones y, a la vez, de emergencia hídrica.
También aguardamos con lógico anhelo, que de una buena vez se termine la construcción del edificio del Registro Civil que aún funciona de prestado en el Centro de Salud.
Esperamos con ansias que, de una buena vez, la autoridad competente haga cumplir las ordenanzas municipales vigentes. Vemos, con verdadero fastidio que los camiones que transportan mercaderías a los comercios, estacionan en doble fila y en lugares prohibidos, a cualquier hora del día haciendo el tránsito cada vez más caótico.
En este sentido, la situación se vuelve ya filodramática, si consideramos que en un plazo de dos días se produjeron cuatro accidentes de tránsito de distinta gravedad, en un radio de seis cuadras. Desde el Concejo Deliberante se tomaron medidas importantes, especialmente desde que tomó en cuenta el pedido de varios vecinos y resolvió dictar la ordenanza de Velocidad Máxima 30 km/h., que viene a completar la dictada el año pasado declarando a Chacras Pueblo Sin Prisa. Si bien no es la solución total al problema del tránsito en nuestro pueblo -ya que debe acompañarse con otras tantas- y puede resultar antipática para muchas personas que gustan de la velocidad, nos obligará a todos a bajar un cambio, como se dice por ahí, provocándonos un cambio de actitud saludable para nuestra calidad de vida. Si no es ahora, en algún momento lo agradeceremos.
Cabe destacar que ya se han colocado carteles de velocidad máxima 30 km/h., y se han prometido más. Pero también esto sólo no alcanza. Hace falta una buena campaña de concientización para aceptar, reflexionar y poner en práctica esta norma.
Otro tema pendiente y de gran gravedad es el de la basura. Cada vez se va poniendo peor, y nuestras calles no lucen como debieran, arruinada su belleza por eternos montes de residuos verdes, escombros o bolsas de basura rota por los perros que por varios días nadie levanta.
Como en todo balance encontramos el debe y el haber.
Los logros son de todos. Y las falencias de casi todos.
Y, como siempre, las soluciones eficaces y permanentes las hemos de hallar en el trabajo mancomunado y solidario entre las autoridades, las instituciones y el pueblo.