Va otro envío de “300 palabras para (des)aprender a vivir”, los podscats de nuestro columnista Guillermo Giaquinta, quien también los comparte en Spotify
En una agencia de publicidad muy grande, de Córdoba, para la que trabajé a fines de los ´80, me hicieron una advertencia en el primer día de trabajo.
“Acá está prohibido usar la palabra “Mejor”. “El mejor…no dice nada. Se inventa una cualidad. No sos creativo, vos? Rebúscatela.”
Obviamente, yo no tenía muy claro lo del Creativo pero sí lo de rebuscármela. En eso estaba.
Tiempito antes, un profesor de Estética nos había enseñado que en el arte, en la calificación de las expresiones artísticas, no debía hablarse de “mejor o peor” sino de Logrado. Si el tipo, tipa, tipe, al mostrar su producido, había logrado decir lo que quería y llegar a quien quería llegar. Interpelar, que le dicen.
Ni tan fácil ni tan complicado pero entendible.
Después la vida te la simplifica y, si no caes en eso de “mejor o peor”, apelas a un democrático A mi me gusta o A mi no me gusta y te das cuenta de que así dejás vivir a los demás sin escupirles el asado.
(Convengamos que tener tus “mejores” o , peor, tener tus “peores”, da como una suerte poder, de pertenencia. Te da el pulgar de Nerón).
Y a muchos les sale también el Torquemada interior y quieren mandar a la hoguera a músicos o a películas o a programas de TV. O peor, les encantaría prohibirlos.
¡Y tienen la temeridad de decir qué es arte y qué no!
En estos casos, conozco varios, noto cierto miedito a lo nuevo, a la tremenda oferta cultural y diversa de estos tiempos, a lo que no pueden entender ni clasificar. Un cierto miedito a que les “cascoteen el rancho”, también.
(Ah! ¿Y los certámenes? Otro nefasto aporte de la mirada deportiva de la vida).
Cortázar no ganó nunca un premio literario. Kafka publicó post mortem. Van Gogh murió pobre y no reconocido. Balada para un loco salió segunda…
Grandes ejemplos para entender que los dueños del “no” no frenan nada y para que uno no sienta que es el peor, sino, simplemente, que todavía no se dan cuenta. (Ponele).