Archivo | marzo 15th, 2016

Llega a Mendoza la carrera de Osteopatía -->

Llega a Mendoza la carrera de Osteopatía

Del 1 al 4 de abril es el primer Seminario. Debido a la creciente demanda de personas que recurren a la osteopatía para curar dolencias y enfermedades, y de interesados en su estudio, la Escuela Argentina abrirá su primera sede del interior del país en nuestra provincia, el próximo mes de abril. Inscripciones abiertas.

“Hoy la osteopatía se practica en todos los continentes menos en la Antártida”, enuncia Ariel Pantanali, director general de la Escuela Argentina de Osteopatía, quien anduvo por nuestra provincia coordinando las actividades para dar comienzo al primer ciclo de la flamante Escuela de Osteopatía Sede Mendoza.

Para el profesional, “el aumento de la profesión osteopática tiene que ver con su eficacia, con su carácter no invasivo, con su respeto del cuerpo de la persona y con el diagnóstico holístico en que nos basamos, que incluye la dimensión cuerpo, mente y espíritu. Todo esto hace que la osteopatía tenga hoy tanto nivel de consulta en el mundo y potencie la creación de escuelas, como ahora está ocurriendo en Mendoza”.

Los tiempos cambian. Luego de mucho tiempo de indiferencia por parte de la medicina convencional hacia esta terapia natural basada en una filosofía respetuosa de la persona y su cuerpo,  hoy existe en nuestro país un servicio de osteopatía en el Hospital Italiano, en Buenos Aires –al igual que en el Hospital público de Río de Janeiro- y cada vez son más los médicos que recomiendan ir al osteópata en ciertas dolencias. Asimismo, desde la Escuela de Osteopatía cuentan que también hoy muchos de sus alumnos son médicos de los hospitales más prestigiosos.

Qué es la Osteopatía

“Se trata de una medicina manual preventiva y curativa cuyo objetivo es re-establecer la óptima salud de una persona permitiéndole obtener mayor bienestar”, definen los responsables de la Escuela Argentina de Osteopatía, con sede en el Barrio de Palermo en Buenos Aires. Y explican que esta terapia no se interesa solamente en un síntoma o en una enfermedad, ya que considera al organismo del paciente como una totalidad. “Por otra parte, al no dar medicación, trabajamos con la desintoxicación del cuerpo y con la libertad de movilidad y motilidad del organismo”, agrega Pantanali.

¿Y cómo funciona?, le preguntamos.

“Al ser una terapia netamente preventiva, se puede practicar desde la primera etapa de la vida hasta los últimos momentos. También posee logros terapéuticos sin medicación para situaciones específicas como una cefalea, síndrome vertiginoso, una lumbalgia, entre muchas otras dolencias que necesitan un abordaje de liberación del cuerpo con relación a la movilidad y a la motilidad. Los síntomas se van solos cuando uno les quita las restricciones que están provocando la causa de esos síntomas. Es decir, se puede lograr la curación, sin medicación ni intervención invasiva”.

La carrera

La carrera de Osteopatía, que desde el mes de abril comienza a dictarse en Mendoza, está diagramada para cursarla en cinco años. Consta de un ciclo de seis seminarios anuales más el cursado regular de las materias del Ciclo Biológico correspondientes a cada año lectivo. Se puede cursar en dos modalidades: de tiempo parcial y de tiempo completo.

La modalidad de tiempo parcial está destinada a profesionales de la salud –médicos, kinesiólogos, etc.- y a estudiantes avanzados de estas carreras. La de tiempo completo, es para alumnos que tengan el título secundario completo. En este caso deberán cursar las materias del Ciclo Biológico –Anatomía, Fisiología, Traumatología, Psicología, Química Biológica, Embriología, etc.-

Para mayor información: Escuela Argentina de Osteopatía – Sede Mendoza; osteopatía.mendoza@gmail.com / Manuela Aguinaga: 261 510 8479 / Face: Escuela de Osteopatía Mendoza

ABIERTA LA INSCRIPCIÓN

26 de marzo: Charla Informativa a las 17.30 hs. en Uruguay 722, 5° Sección

1 al 4 de abril: 1º Seminario Carrera de Osteopatía

Reconocimiento internacional y aval legal

La EAO, referente del estudio de la Osteopatía en Argentina, se alinea a los principios filosóficos holísticos de la Osteopatía enunciados por su creador, el médico norteamericano Andrw Taylor Still en 1874: aquellos que consideran al ser humano una unidad con capacidad para restaurar su estado de salud.

En sus inicios, funcionó como Instituto Argentino de Osteopatía, fundado en Buenos Aires en 1992. Este fue el primer lugar de enseñanza de esta medicina manual en Sudamérica, reconocido por la Federación Europea de Osteópatas (OCEAN) y miembro de la Internacional Osteopathic Alliance (OIA), el organismo que nuclea las principales instituciones de osteopatía a nivel mundial. Estas dos instituciones están vinculadas con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hoy la EAO cuenta con personería jurídica avalada por la Inspección General de Justicia, reserva del nombre y la marca, y está habilitada en su estatuto para ejercer intercambios con otras instituciones a nivel sanitario.

Una nueva conciencia

Para el osteópata Alejandro Bulnes, afincado en nuestra provincia desde hace muchos años, el crecimiento cuantitativo de la gente que recurre a la osteopatía para alcanzar estados de salud y bienestar se debe a dos factores fundamentales: la demanda de un enfoque más humanista y a un cambio de conciencia, individual y colectiva.

“La gente está cansada de recibir solamente medicamentos cuando le duele algo o no se siente bien, cansada de ser considerada solamente un síntoma. Por lo general, la atención del médico está basada en ir directamente al síntoma, disolverlo y así bajarle la señal al sistema”, explica. “La gente quiere ser tratada como una persona, no como un órgano disfuncional o como una enfermedad.  Hoy muchas personas buscan sentirse y estar mejor en su estado general, no solamente que no le duela algo”.

“El otro factor es que las personas están teniendo más conciencia de si mismas y de su entorno, hay otra conciencia. Y al cambiar nuestra conciencia, buscamos otras formas de vivir, porque nos damos cuenta de que nosotros mismos somos los responsables de nuestra vida. Y es a partir de esta conciencia nueva, que me hago responsable de mi salud, de mi ambiente, del otro y así llegamos a tener en cuenta el bien común”, concluye Bulnes quien se siente optimista por estos nuevos caminos más concientes del devenir humano que hoy se avizoran.

Luis Lugones, Manu Aguinaga Almut, Ariel Pantanali y Alejandro Bulnes.

Escrito en Destacados, SaludComentarios (7)

Nueva hazaña de Javier Alberto Gallar: Unió Argentina y Chile a pie por quinta vez -->

Nueva hazaña de Javier Alberto Gallar: Unió Argentina y Chile a pie por quinta vez

Por José Félix Suárez  -  Especial para Correveidile

Fotos: Javier Gallar

Nuestro eficiente colaborador, Javier Alberto Gallar (50 años), que también es agente de seguros y fotógrafo de profesión, habitual responsable de la imagen fotográfica que anualmente muestra a las personalidades del año y que Correveidile presenta como un clásico del periodismo local en su portada de cada edición del mes de diciembre, es el protagonista de un singular y heroico desafío deportivo al unir a pie Argentina y Chile, lo que entre el pasado 14 y 20 de enero concretó por quinta vez desde 2012 a la fecha.

Sebastián García y Javier Gallar.

Se trata de una travesía muy difícil, extenuante, en la que se alcanzan los 4.358 metros de altura, bajo temperaturas muy frías de hasta 20 grados bajo cero y muchas veces senderos de nieves eternas. Esta actividad, conocida como montañismo o senderismo, requiere un excelente estado físico y una gran capacidad de aclimatación para sobreponerse a largas caminatas,  prolongadas noches y hasta imprevistos riesgos propios de la hostil geografía por la que se transita.

Javier Alberto, un enamorado de la aventura, el paisaje y la naturaleza, que con su inquieta cámara registra cada paso en la dura y desafiante cordillera de Los Andes, unió el Manzano Histórico en Tunuyán, previo cruzar a caballo el río del mismo nombre, desde Mendoza en la Argentina, con la localidad de San Gabriel en territorio chileno, donde debió cumplir con los trámites de aduana.  Viajó  acompañado  por Sebastián García (34), que lo hizo por cuarta vez y Ramiro Román (25), que vivió su bautismo en la montaña; otros dos intrépidos amigos del peligro y lo desconocido. Viajaron provistos de todo lo necesario para un recorrido que suele extenderse de 7 a 12 días y que no tuvo otras dificultades más que las propias del sinuoso camino y el intenso frío: mochila personal, carpa y bolsa para dormir a la interperie, ropa de abrigo como guantes, campera y chaleco polar, un bastón de treking, una cocinita, un botiquín de primeros auxilios con gasas, vendas, curitas, alcohol y una provisión de alimentos como milanesas, fiambres, salame y atún y agua mineral. Tras dejar atrás el Manzano Histórico pasaron por  Las Yaretas, Real de la Cruz, Real de la Oveja, Hito Piuqueres, Valle del Yeso y San Gabriel, que es un pueblo de 3.000 habitantes, punto final de la recorrida a pie para continuar en ómnibus a Santiago.

Cruce de los Andes: Una experiencia elegida por mendocinos y turistas año a año.

El relato de Javier está cargado de mucha emoción y nostalgia, además de un lógico orgullo, cuando cuenta los aspectos más salientes de la marcha junto a sus compañeros Sebastián y Ramiro: “Es la quinta vez que lo hago y me siento muy orgulloso de poder hacerlo y contarlo.  Lo hice por primera vez en 2012 y al año siguiente me acompañó mi hijo mayor Nicolás. Más que encontrarse bien físicamente lo más importante es estar bien de la cabeza, porque la mente es la que dirige los movimientos, y es fundamental para vencer el cansancio, el hastío que pueda existir o algún riesgo o imprevisto. Sin embargo, no tuvimos dificultades serias salvo el intenso frío reinante de hasta 20 grados bajo cero, el dolor de cabeza por la altura y el viento que es constante y molesto en esas latitudes.  En Portillo Argentino alcanzamos los  4.358 metros de altura, el punto más alto de la expedición. Seguimos el sendero que normalmente recorren los animales, sin vegetación, árido y rocoso, cubierto de nieve en muchos tramos.  Siempre con mucho cuidado y precaución para evitar los accidentes, una mala pisada, una caída.  Tampoco vimos zorros, que son los más peligrosos aunque está prohibida la caza por ser una reserva, solo los cóndores en altura, que son los dueños de la cordillera. Siempre acampamos junto a algún reservorio o algún deshielo  para tener agua cerca. Sinceramente nos fue maravillosamente bien”.

También recuerda nuestro amigo y colaborador fotográfico: “Cada día caminábamos hasta 13 horas, porque lo hacíamos entre las ocho de la mañana y las nueve de la noche. En Real del Padre, que es un refugio del ejército que construyó el general Perón en los años 40, nos recibieron cuatro sub-oficiales que nos convidaron con un asado típico.  Después del quinto día de marcha todo se hizo más sencillo porque iniciamos el descenso y cuando llegamos a San Gabriel en Chile, nos encontramos con unas aguas termales donde repusimos energías con la satisfacción de haber completado el itinerario. Lo más hermoso fue viajar entre esas cadenas montañosas y tener a la vista la cordillera de Los Andes toda blanca y nevada. Como las anteriores, resultó una experiencia de vida muy valiosa, que seguramente volveré a repetir el año que viene. También tengo el proyecto de visitar el Valle de Las Lágrimas, cerca de donde cayó hace varios años el avión de los rugbiers uruguayos y ascender el cerro Arco cuando se da el fenómeno de la luna llena, lo que he concretado en otras oportunidades”.

Hermosas cascadas a lo largo de la travesía.

Javier no oculta su felicidad. El escenario de fondo, imponente.

Por quinta vez, nuestro vecino unió ambos países a pie.

El Refugio Real de la Cruz, lugar de descanso obligado en la travesía.

Los paisajes a lo largo del camino conforman una postal emocionante.

Javier Gallar llevó su cámara para inmortalizar su paso por estos lugares.

Escrito en Deportes, Destacados, TurismoComentarios (0)