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Se renueva la histórica Casona Solanilla

Recuperación de un patrimonio provincial y nacionaUbicada en el patio de la Iglesia Nuestra Señora de la Carrodilla, data de 1780 y es la única construcción en Mendoza de adobe de dos pisos que sobrevivió al devastador terremoto de 1861. Actualmente su estado estructural se encuentra muy deteriorado por lo que se han comenzado los trabajos de restauración. Allí funcionará también el Museo del Vendimiador. Para su realización es necesario el aporte de la comunidad.

Por Lourdes Oliva y Adriana Sayavedra

La Iglesia de la Carrodilla es uno de los pasos obligados en el recorrido turístico que muestra las raíces mendocinas. Pero no mucha gente sabe que dentro de ella se encuentran varias otras reliquias de nuestro pasado que es preciso revalorizar: la vieja casona de adobe, las joyas escultóricas y pictóricas y la misma imagen de la Virgen de la Carrodilla. También, en el recinto sagrado de la Iglesia está el cementerio donde descansan los restos de la familia Solanilla y Pleitel, fundadoras del predio, como así también y según testimonian las placas de la época, de muchas víctimas del terremoto de 1861.

En cuanto a la histórica casona, no sólo por ser la única construcción de barro de dos plantas que resistió el violento sismo tiene un valor especial para los mendocinos, sino también porque fue parte de la historia de la gesta sanmartiniana.

Debido a que se encontraba en “peligro de derrumbe” los padres oblatos que cuidan el lugar, integrantes de la congregación de Misioneros de María Inmaculada, decidieron convocar a un grupo de profesionales de la zona para iniciar el proceso de recuperación de este sitio declarado patrimonio histórico-cultural. La tarea implica un presupuesto de $335.000.

Según contáramos en Correveidile en el año 2003 –Edición Nº 36, julio/agosto’03-, tanto el por entonces párroco administrador de La Carrodilla, Estanislao Bisqup, como una parte de la comunidad eclesiástica, pedían la recuperación del lugar, pero no encontraron eco en las oficinas de Patrimonio Cultural de la Provincia de aquellos años “por falta de recursos”.

En mayo de este año, y de la mano del actual párroco Antonio quien se puso al frente de la recuperación del sitio histórico,  comenzaron los relevamientos e interconsultas de arquitectos, constructores e ingenieros para diseñar entre todos la forma de arreglar el lugar y evitar su derrumbe. Y es así que en los primeros días del mes de junio pasado se puso en marcha la obra y, según afirman los responsables, en cuatro meses debería cumplirse el plazo de ejecución planteado.

Cabe destacar que el Municipio aportaría $200.000 de mano de obra, con lo que se cubre gran parte del presupuesto estipulado. Faltarían $135.000, que el padre Tony espera recaudar entre la comunidad. Quienes deseen colaborar pueden hacer sus aportes en dinero, elementos y materiales de construcción en la secretaría parroquial.

Manos a la obra

Un poco de historia Los terrenos de la casona pertenecían a la familia Estrella. Cuando don Antonio Solanilla, llegado desde Aragón, España, se casa con Mercedes Estrella, una de las hijas de la familia, construyen la casa a fines del siglo XVIII. En 1780 erigieron un oratorio a la Virgen de la Carrodilla, para la familia, que luego su hija Agustina amplió con ayuda de la familia Pleitel. Don Solanilla muere en 1818 y doña Mercedes en 1820. En esa casa habitaron con sus ocho hijos. Con el tiempo una de sus hijas y su marido fueron quienes terminaron de construir la casona entre 1840–1844. El caserón fue habitable mientras vivieron los Solanilla y sus hijos, pero la historia cuenta que las hermanas dominicas se encontraron con el lugar deshabitado allá por el 1880 y son quienes piden al Arzobispado que se funde la congregación de las dominicas y un colegio en el lugar. Es importante destacar que en la época de Solanilla, esta casona fue un lugar de paso para don José de San Martín, amigo de don Antonio. En 1913 se crea la Iglesia de la Carrodilla, perteneciendo una parte al decanato de Luján y otra a San Vicente Ferrer de Godoy Cruz por la determinación de sus límites geográficos. En 1955, el predio fue encomendado a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada por el entonces obispo de Mendoza, Alfonso María Buteler. Además, pasaron por la casona los integrantes del grupo de servidores Scout, alumnos de catequesis –entre los años 1975 y 1980- y Cáritas Carrodilla, que también funcionaba allí hasta el año 2006, en que Defensa Civil decreta al lugar “inhabitable por peligro de derrumbe”.

La Casona Solanilla forma parte del conjunto arquitectónico conocido como la Carrodilla, junto a la Iglesia y el Calvario.

Se trata de una construcción típica de la época colonial, realizada con materiales de la zona: barro, álamo “hachuelado” -devastado con hacha hasta darle forma de rollizo- para los tirantes del techo; caña -de las orillas del canal frente a la Iglesia- y piedra para los cimientos.

El arquitecto a cargo de la obra, Gustavo Monteverdi, adjudica  su supervivencia al devastador terremoto de 1861, a la gran masa que tienen los muros y al buen estado en general de la vieja construcción de adobe. Por supuesto, quienes confían en la Virgen de la Carrodilla, no dejan de pensar que su mano protectora estuvo presente en aquel momento.

Las tareas de recuperación, según explica Monteverdi, comprenden la colocación de una estructura de acero de consolidación del adobe para evitar el derrumbe, alivianado del techo, restitución del cielo raso de caña, sustitución de los revoques dañados, renovación de las carpinterías y barandas y nuevo piso de pinotea en la planta alta;

nuevo piso de planta baja con baldosas criollas -similares a las que se encuentran en la galería del patio-, instalación eléctrica e iluminación de bajo consumo -la calefacción funcionará con electricidad ya que no hay conexiones de gas-y, finalmente, pintura de paredes a la cal –“encalado”, similar a la antigua- y protección de madera transparente para los pisos.

Destacó que “una vez finalizada la obra, se determinará un cupo máximo de visitantes para que no se comprometa la estructura de la edificación, y un sistema de evacuación rápida en el caso de algún movimiento sísmico”.

Joyas del tiempo en la Iglesia Otro de los rincones valiosos es el Museo Parroquial. Allí se encuentran varias reliquias históricas de antepasados españoles y huarpes. A saber: encontramos allí el Cristo de los Indios Huarpes, una figura de madera de quebracho que tallaron los antiguos habitantes de Mendoza allá por 1670, bajo la dirección de los Misioneros; el Señor de la Buena Salud, impecable obra tallada en madera y con vestimenta; el Cristo de la Buena Esperanza, también tallado en madera y con brazos y cabeza articulados y el Cristo yacente, ambos en La Carrodilla desde 1840. También se encuentra en el museo un clavecín que, según la tradición, fue donado a la familia Solanilla por doña Remedios de Escalada de San Martín, esposa de nuestro Padre de la Patria. También se guarda allí el bastón que usó el gran violinista y compositor italiano Nicolás Paganini, traído de Parma por la familia Cabrini y donado a la Iglesia. Otras de las reliquias son el reclinatorio y las sillas que datan de la época de la Independencia, además, del primer manto confeccionado en la Argentina que la Virgen de la Carrodilla estrenó en 1840 junto al primero que trajo de España de la mano de don Solanilla. Un verdadero lujo histórico que no muchos mendocinos saben que pueden disfrutar fácilmente.

Además, la casona cuenta con otros bienes patrimoniales naturales:  un ciprés de varios metros de alto y 150 años de vida y una glicina de 130 años que trepa por la baranda del balcón y perfuma el patio en el verano. Para poder llevar a cabo los trabajos edilicios sin deteriorarlos, los profesionales podaron estos ejemplares que han sido parte de la historia de la casona. “El color y el perfume de las glicinas son características del lugar para muchos de sus visitantes, como así también para los integrantes de la comunidad Carrodilla”, destacó el padre Tony.

Un sitio histórico-cultural

La idea es crear allí el “Museo del Vendimiador”, donde se exhibirán objetos relacionados al mundo del vino. Con este fin, se invita a quienes tengan objetos relacionados a la actividad vitivinícola y quieran donarlos, los acerquen a la parroquia y, de esta manera, serán parte de la historia del lugar.

Según manifestó Tony, “la intención de esta nueva puesta en escena de la Casona, no ha sido pensada solo para los turistas, sino también para los propios mendocinos que deseen conocer más de nuestro pasado. Desde la Parroquia muchas veces hemos convocado a los chicos que se preparan para la catequesis a realizar una visita guiada para que conozcan la rica historia de este lugar”.

Monumento Histórico Nacional

El conjunto arquitectónico e histórico conocido como La Carrodilla, que le da

el nombre al lugar donde se emplaza, entre los departamentos de Luján de Cuyo y

Godoy Cruz, está formado por la casa Solanillas, el Calvario y la iglesia Nuestra Señora de la Carrodilla. La casa data del 1778, el Calvario de 1840 y la Iglesia de 1844. Los tres fueron declarados Patrimonio Cultural de la Provincia en 1992, por Resolución 480. La Iglesia, además, Monumento Histórico Nacional en 1941.

2 Comentar este artculo

  1. Carlos Solanilla Dijo:

    Interesante articulo, mi padre Antonio Solanilla Pueyo era oriundo de Aragon de la Ainza, su familia tambien de Boltana. Me pregunto si hay parentesco ya que su padre tambien se llamaba Antonio, y en los pirineos no hay mucha poblacion ya que la mayoria eran pastores ovejeros.

  2. Nicolás Pleitel Dijo:

    Muy buen artículo. Mi pregunta es, donde puedo encontrar información sobre la familia Pleitel de la época y antepasados, archivos historicos, descendientes, etc. Gracias.

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