Dos soldados de San Martín en Chacras de Coria

Por Carlos Campana

Fue allá por 1816 en plena campaña libertadora en donde un hecho hizo resaltar a una pequeña chacra de don Coria que con el tiempo sería una de las zonas más hermosas que tiene el departamento de Luján de Cuyo.

Mendoza era en ese tiempo, una ciudad muy pequeña, con casas bajas de adobe, pintadas con cal y techos de cañas. Su centro comercial estaba ubicado en donde es hoy la calle Ituzaingó. Era el shopping de nuestros antepasados. Más hacia los arrabales, se podían ver as diferentes haciendas. Hacia el sur se destacaba la capilla de los Sonalillas y un poco más hacia el oeste la chacra de los Coria. En ese lugar  existían importantes plantaciones de árboles frutales y alfalfares.

Pero todo Cuyo estaba en pie de guerra desde que los españoles habían tomado el territorio chileno.

Desde Tucumán se había jurado la independencia de las Provincias del Río de la Plata y en agosto de 1816, el gobierno formó el Ejército de los Andes al mando del General José de San Martín. Al mes siguientes, comenzó a preparase el ejército para liberar al país trasandino de los realistas.

Fueron muchas las tropas que se incorporaron hombres y jóvenes que frecuentaban las pulperías o trabajaban en el campo, para engrosar las filas. También muchos se escapaban desertando como soldados, ya que no querían pelear por la causa patriótica. Era más fácil volver a esa vida que dejar la vida por la libertad.

Eso fue los que le pasó a dos soldados del batallón Nº 11, Pascual Rosales y Antonio Videla. Aprovechando la luz de la luna se escaparon del campo de instrucción en donde estaban acantonados, sin que el guardia que estaba de vigilando, se diera cuenta de la fuga.  Los dos ahora desertores robaron dos caballos y galoparon en dirección al sur.

A la mañana, el jefe de esa compañía pasó lista y no los encontró a Rosales y Videla. Fue así que una partida volante -como le decían a la policía- salió en busca de aquellos prófugos. Nadie sabía en donde podían estar. Mientras tanto Pascual y Antonio se refugiaron en una de las chacras de don Coria, allí tenían a un amigo quien trabajaba en ese lugar. Los desertores se escondieron en la espesa maleza de la chacra en donde estuvieron varios días asistidos por su amigo quien les proveía alimento y abrigo por las noches, cuando la temperatura era muy baja.

Era el mes de diciembre y hacía más de un mes que Videla y Rosales estaban desaparecidos en el campamento. Un bando se publicó para saber algo de ellos, quienes suponían los jefes, se lo había tragado la tierra. Hasta el mismo General en jefe del Ejército de los Andes José de San Martín, sabía de su escape y pidió al encargado de dichas partidas que buscaran por todos lados para encontrarlos.

Uno de los vecinos de la chacras de Coria, vio que dos hombres se encontraban escondidos en el campo y sospechó que éstos podían ser los desertores que tanto andaban buscando. Entonces, el paisano montó su caballo y partió hacia la ciudad para avisar a las autoridades. Llegó al cabildo que estaba al  este de la Plaza Mayor -Hoy Pedro del Castillo- y se entrevistó con un oficial, manifestando que en la chacra se encontraban dos soldados, que supuestamente eran los dos desertores que se habían publicado por el bando.

Inmediatamente, salieron a buscarlos, uno de los uniformados llevaba datos precisos en donde estaban escondidos.

Era la hora de la siesta, en pleno diciembre y el calor se hacía sentir. Como de costumbre los dos desertores estaban durmiendo, en un viejo olivo de la chacra. El descanso de Rosales y Videla fue interrumpido por el galope de la partida que no le dio tiempo de escapar.

Ambos fueron apresados y su aventura terminó en la cárcel y con una pena de 100 azotes en la plaza de armas del campo de instrucción.Pero la pena de los azotes fue liberada por orden del General San Martín.

Al vecino de chacras de Coria, fue felicitado por su acción mediante una carta firmada por el Libertador.

Tal vez, mucho ignorábamos que aquí en Chacras de Coria, una historia netamente sanmartiniana tuvo lugar, no fue una batalla, pero está ligada a la historia de nuestra patria.