Para trabajar por la paz y el medio ambiente

Nicolás Oyonarte tiene 17 años y como el mismo afirma ha “viajado a lugares que la gran mayoría de las personas nunca visitará”. Se  presentó a comienzos de este año para obtener una de las cuatro becas ofrecidas a estudiantes argentinos  para cursar dos años en uno de los colegios conocidos como United World Collegues (UWC) o colegios unidos del mundo.

Se trata de una red de colegios con sedes en distintos países del mundo que busca que jóvenes de entre 16 y 18 años de diferentes culturas convivan para conocerse y trabajar juntos por la paz y el medio ambiente.

Si bien llegó al final de la selección e incluso viajó a buenos Aires junto con otros postulantes no logró ser uno de los cuatro elegidos para la beca de dos años.  Sin embargo, una vez de vuelta en Mendoza, los seleccionadores lo llamaron para ofrecerle la estadía sin costos por tres semanas en Israel, en el Kibutz Ketura. Este kibutz, que busca ser parte de la red UWC ofrecía un curso corto para treinta y cinco jóvenes de diferentes partes del mundo. El único participante del hemisferio sur fue Nicolás que convivió durante tres semanas con chicos de México, Canadá, Irlanda, Reino Unido, Croacia, Hungría, Eslovaquia, Israel, Palestina, Jordania, Alemania, Polonia, Kosovo y Austria.

¿Cómo te surgió la inquietud de presentarte para esta beca?

Un amigo me comentó de la beca de UWC cuando faltaba una semana para el cierre de la inscripción y nos presentamos. Rendimos un examen de cultura  general que abarcaba diferentes temas. Nos tocaron preguntas relacionadas con computación, física, matemática, lengua, literatura, música etc. Como aprobé, fui a Buenos Aries con otros 25 chicos de Argentina donde tuvimos otras entrevistas y actividades. Cuando volví me llamaron y me dijeron que no había quedado. Pero al tiempo me dijeron de este viaje a Israel por tres semanas y me fui.

¿Cómo fue el viaje?

Salí el 6 de agosto. El 7, cuando llegué a Israel dormí en la casa de un chico que pertenecía al UWC. La noche del 8 la pasamos en la carpa de unos beduinos. Al otro día fuimos a Arava, cerca del límite con Jordania y estuvimos en el kibutz Ketura por nueve días. Allí tuvimos  un curso enfocado en desarrollar conciencia y activismo medioambiental  y  promover la paz, el diálogo y la resolución de conflictos.

Este kibutz está en pleno desierto y obtiene agua de las napas, que es muy salada. Tienen que sacarles la sal con varios procesos hasta que pueden utilizarla.  Tiene 150 miembros permanentes y la primera universidad ecológica del mundo. La gente de esta universidad nos dio charlas sobre soluciones al cambio climático. Tuvimos un día por ejemplo una explicación del impacto del hombre sobre el coral del mar rojo y como se cambió hacia una legislación más rígida sobre el manejo del puerto o para cercar y proteger esta reserva.

Cada uno debía contar sobre su cultura y la noche que me tocó a mí les hablé sobre el mate y el dulce de leche y preparé tortas fritas.

Después del kibutz fuimos por tres días a Jerusalén donde paramos en un hostel y conocimos la ciudad vieja y el Santo Sepulcro. También visitamos Tel Aviv y conocimos la ONG “Shimon Peres centro de paz” fundada por el premio nobel de la paz, Shimon Peres. Esta ONG trabaja en diferentes proyectos por la paz. En uno de estos proyectos reúnen a chicos palestinos e israelitas en campeonatos de fútbol. El objetivo es que  aprendan desde chicos a coexistir.

Allí también visitamos el museo del holocausto.

¿Qué destacarías de la experiencia? ¿qué cosas concretas aprendiste?

Es una experiencia increíble. Conocí gente de todo el mundo. Viví con 17 años un viaje que muchos no van a vivir.  Quiero transmitir esto que viví, como diferentes personas e instituciones trabajan por la paz y el medio ambiente y esta es una oportunidad  para que lo haga.

Algo tan simple como no tirar basura en la calle o levantar las botellas vacías que encontramos para tirarlas en un tacho de  basura, o en el caso de la paz,  con el simple hecho de omitir los prejuicios o poder compartir con todas las personas ya esá cambiando algo. Esto puede o no hacer un cambio en la otra persona pero nosotros tenemos que saber que hicimos el bien.

¿Qué tienen que hacer otros jóvenes a quienes les interese una experiencia como esta?

Mendoza es una de las provincias argentinas que más jóvenes ha mandado a los colegios de la UWC. Los interesados pueden obtener información con sólo tipear UWC en un buscador .

Acerca de los colegios de la UWC

Esta red de colegios es muy interesante para aquellos jóvenes que quieran formar parte de una institución de alcance internacional y trabajar junto a integrantes de otros países y culturas por la paz y el medio ambiente.

El primero de estos colegios, el UWC of the Atlantic se creó en Gales (Reino Unido), en el año 1962. Sus fundadores se basaron en las ideas de un grupo de educadores alemanes, que luego de la segunda guerra mundial querían reunir a jóvenes de entre 16 y 18 años de todo el mundo en una escuela. El objetivo era que compartieran y se conocieran en esta etapa de la vida en la que ya tienen suficiente arraigo a su cultura pero también suficiente flexibilidad para trabajar junto a otros jóvenes contra los problemas religiosos, culturales y raciales.

En la actualidad existen trece colegios ubicados en diferentes lugares del mundo.  Los interesados pueden obtener más datos con sólo tipear en un buscador UWC.

Acerca de los kibutz

Se trata de comunidades judías originadas sobre la base del trabajo agrícola y el socialismo. Surgieron en Israel a comienzos del 1900 y se basaron desde el inicio sobre tres conceptos: autosustentabilidad teniendo como base el trabajo agrícola y desarrollo del desierto, propiedad colectiva y trabajo propio. Para sus fundadores, esto significaba que el pueblo judío se reivindicaría con un regreso al trabajo de la tierra. Además en el Kibutz  todos los miembros son dueños de los medios de producción, aportan su trabajo, los puestos rotan y las decisiones se toman colectivamente.

Con los años los kibutz se actualizaron. En los últimos años están surgiendo en áreas urbanas y  sus miembros reemplazan el trabajo agrícola por el trabajo social y educativo en sectores carenciados.