Tengo toda la poesía del mundo,
que se desploma en mis manos,
tengo letras que destrozan mi lengua,
pero solo pude decirte: nada.
Un nada de nadie y de nones,
un nada de palabra y de ser.
Un nada de adioses que se acaban,
nada de nadires,
corazones que se mueren.
Tengo todos los sueños de ninguno,
todas las angustias de inseparables.
Tengo para darte una palabra que te alegre:
Ya mis ojos tienen cara de bohemia.
Tengo nada para darte,
un nada de todos y de pares.
Un nada de vos un todo de mi,
un nada de “hasta luego” por decreto.
Nada de nadires, …
CORAZONES QUE SE MUEREN