Los chacrenses que nos dejaron en estos últimos meses.

Miguel Turco

Falleció el 17 de octubre de 2014

Llegó el día del último viaje y te encontrabas a bordo sin retorno, dejándonos cada logro, cada triunfo, cada acción generosa como símbolo de lo mucho que significaste en vida.

Nuestro amor te seguirá eternamente, Gordito.

Tu Familia

Miguel junto a sus hijos Miguel y Carlitos, y el nieto Julián.

Miguel con sus amigos de toda la vida. Entre ellos Enrique Cruz, vecino que también nos dejó, Raúl y los placeros.

Enrique Onofre Cruz

Falleció el 22 de octubre de 2014

Nacido y criado en Chacras, vivió hasta su último día en su tierra.

El 12 de junio pasado había festejado su cumpleaños número 91, con su familia. De ese día es la foto, junto con su esposa Yolanda Gómez y sus dos hijas Iliana y Adriana.

Su familia

Onofre Cruz y su familia.

Tuño Aveiro

A un año de tu desaparición física, viejo querido, estamos tratando de aceptarla. Para todos tus hijos, nietos, bisnietos y amigos sos el ángel que nos ilumina día a día. La Mami, sentada en el patio, silenciosa, piensa en volver a verte cada día. Nos es difícil estar sin vos, pero se que estás feliz junto a Dios , en paz y llenando de luz nuestras vidas.

Tu hija Silvia

Con mucho dolor lamentamos el fallecimiento de Julio Fustet, el querido programador musical y Dj. Hasta siempre amigo!

Onelia Cobos

La calle Pueyrredón guardará siempre el recuerdo de un querido vecino de Chacras conectado con el quehacer de construir casas y con el cuidado de las plantas. Su partida nos lleva a recrear y recordar toda una vida de orden, responsabilidad, respeto vecinal y laboriosidad.

Un largo y estrecho callejón verde conecta la casa familiar con la muy transitada calle Pueyrredón. Es un sendero mágico, lleno de las más variadas plantas que crecen con inusitada fuerza, al cuidado reverente de una familia englobada en un mismo paradigma de valores. Toda la familia representa un símbolo compacto, de lo que fueron valores comunes a la población, en un pasado sin prisa, no muy lejano.

Esta partida abre la reflexión honda y profunda sobre la cosecha en la Vida humana. Tres hijos responsables, una esposa hacedora y contenedora, Francisca, son el fruto de una convivencia estrecha con el ejercicio de una armónica existencia.

Eusebio Giuliani conoció a Francisca en la Plaza de Chacras en una de aquellas coloridas retretas, donde la gente socializaba y el poder de hacer soñar de la plaza, conformaba noviazgos nuevos. Se casaron cuando tenían 24 años y hubo tiempo para celebrar 60 años de matrimonio. Sobre la mesa del living la foto de Raulito, el único nieto ilumina el lugar.

Es precisamente sobre esta figura donde la Cosecha se vuelve milagro. Poseedor de una mente brillante el niño, 13 años, conlleva una incapacidad motriz, que no le permite caminar.

Sin embargo toda su alegría, su creatividad, su inteligencia lo han hecho un triunfador en la Vida. Premios, viajes, entrevistas internacionales lo acompañan. Su nacimiento develó a Marta, su mamá, la misión que la vida le tenía reservada: el cuidado y dedicación total a ese hijo, obrando maravillas, en una terapia de Amor, recuperadora, sin límites.

Sólo en un hogar como el que construyeron Eusebio y Francisca podría haber acontecido un nacimiento de esta naturaleza, que han hecho de la vida de Marta y Raúl, su marido, padres resilientes totales.

La cosecha de Eusebio y su familia quedan en la rica historia de este pueblo y la partida de Eusebio nos parece menos triste, al poder disfrutar del milagro Raulito, posicionado en el Asombro del lugar.

Por José Félix Suárez

El pasado jueves 14 de agosto se conoció la triste noticia del fallecimiento de Cacho Bouza, una leyenda de la radiofonía local. Fue el creador y conductor del programa Cenas de Gala de Cacho Bouza que se mantuvo en el aire por poco más de 41 años de manera ininterrumpida, desde el 17 de marzo de 1971 al 16 de julio de 2012. En sus inicios se conoció como Cenas de Gala del Deporte y entre sus columnistas más conocidos se recuerda a Enrique Varela, Blanca de Monetti, Vicente Calisaya y quien esto escribe, en el área de deportes.

Cacho, cuyo verdadero nombre era Enrique Bodanza, bahiense de nacimiento pero mendocino por adopción, tenía 72 años de edad y desde hacía un tiempo se había alejado de los medios y de los lugares que solía recorrer con su simpatía y don de la amistad. Se había refugiado en el amor de su familia: su esposa Débora Massi, sus hijas Patricia, Lorena y Daniela y su nieto Maximiliano.

Durante cuatro largas décadas logró reunir a las personalidades más importantes del quehacer político, económico, cultural, social y deportivo de la provincia en emisiones que se irradiaban todos los días lunes a partir de las 22 horas. Con su particular estilo, riguroso en los horarios, exigente en la vestimenta de los invitados -debían concurrir de saco y corbata- y estricto en la prohibición de usar el celular, el ciclo pasó por LV10 Radio de Cuyo, LV8 Radio Libertador y LV6 Radio Nihuil. Incluso registró un breve paso por Canal 7, para volver a la radio, donde se sentía más cómodo y seguro como siempre reconocía.

La audición se trasmitió por primera vez desde un restaurante de la Avenida Mitre, luego se trasladó al Hotel Huentala para Adiós a una leyenda de la radio El hombre de las calles Malvinas y Matheu pasar posteriormente al Salón de los Espejos del Plaza Hotel y finalmente al restaurante Terrazas del Lago del Club Mendoza de Regatas. Entre algunas anécdotas rescatamos aquella en que el entonces gobernador de la provincia, Dr. Arturo Lafalla, se tuvo que volver a la casa para ponerse la corbata.

En otra ocasión se enojó con Víctor Fayad que se excusó de no concurrir y le explicó a Gabriel Fidel que no podía ocupar su lugar porque él no había sido invitado. Tambien cuando retó al aire al gobernador José Octavio Bordón por su tardanza: “Qué pasa, Pilo, mire que no lo espero más”. Contaba incluso que cuando quiso invitar a Carlos Salvador Bilardo, que se encontraba de visita en Mendoza, este le pidió 5.000 pesos para sentarse a la gala, por lo que amablemente contestó: “nadie cobra ni paga para sentarse a mi mesa”. Hasta siempre, Cacho, descansa en paz.

Cacho Bouza -creador y conductor de un programa que dejó su sello en la radiofonía local, el locutor Alfredo Díaz, el entrevistado Eduardo Morquio de la Editorial Atlántida de Buenos Aires y un joven y más delgado José Félix Suárez - nuestro periodista deportivo- realizando la nota.

Querido vecino Choly Cuadrelli,

Por Onelia Cobos

Vos también te has ido sin “pedir permiso.”

Ojalá pudieras descansar en la calle Matheu, para seguir disfrutando del río seco y el abrazo de los sauzales que lo bordean. Pocas veces un espíritu lúdico se apodera de la palabra oral y narradora, para enriquecer la vida del que escucha, con una intensidad tan cálidamente conmovedora como la tuya.

La religiosidad de tu alma convirtió en agradecimiento cada acto de tu vida. Pudiste derrotar tu propio laberinto analfabeto aprendiendo a conocer el abecedario a partir del apellido de tu jugador de fútbol favorito, tierna anécdota que dibuja tu perfil.

El paso del tiempo te fue quitando amigos y vecinos y los fuiste sintiendo como los frutos del árbol cortados antes de tiempo. Tu comunicación con el mundo fue sólo a partir de coincidencias, de alegrías compartidas.

Tus palabras aún resuenan en nuestro Asombro: “Y al conocer a mucha gente como he conocido, entendí que ser grande no es ser viejo y que hay diez mil maneras de decir te amo y una sola de decir te odio”.

La universalidad de tu espíritu te han hecho un ser por siempre amado y respetado por el viento, los árboles, los pájaros, la lluvia, los cantos rodados, el pedemonte, la nieve, las alamedas, las acequias y nosotros, que te pudimos conocer.

No dejes de visitarnos cada primavera para columpiarte entre las ramas nuevas de los sauzales, hombre de la calle Malvinas y Matheu y para hacernos sentir en el canto de las acequias, el mensaje del agua, que nos contará que almas predestinadas vienen al mundo a amar y ser amadas incondicionalmente por el lugar que habitaron.

El domingo pasado se nos fue este querido vecino de Vistalba, conocido como Maneco Ruiz. A los 83 año falleció el compañero inseparable de la Chicha. Desde aquí, un fuerte abrazo para toda su hermosa familia.

En esta foto de 1992, Maneco, familia y amigos junto a la Chicha en el día de inauguración de la calle que lleva su nombre.

Linda familia orgullosa. El primogénito Carlos y su hermano Gonzalo; Roberto Garañiz, de Vialidad; Miguel Bustos, Daniel Coria y Omar Barafiñi, por entonces de la Delegación Municipal de Las Compuertas. La homenajeada Chicha y su Maneco Ruiz, sus hijas Adriana y Mariana, y los pequeños Bernardita Ruiz, Romeo Barbizotti y Tomás Cabanillas.

El Maestro Pardo

Era un ser ético y excepcional. Le decían que había nacido pintor. El decía que los artistas se forman trabajando y viviendo. Se fue de una Mendoza que lo apoyaba y recorrió parte del mundo que temía para poder elegir volver y amar la vida.

No aceptó las glorias de este mundo pero las tuvo a su disposición. Tenía la capacidad de abrirse, ampliarse, no saber, hacer un espacio, renovarse y crear algo nuevo. ”Atreverse a desarmar. Destruir para construir sin miedo. Entregarse. Ser un receptor, dejar que aparezca y captar lo vivo. Solo hay que estar atento.”

Hombre de acción y gran hacedor, pintaba bailando en un trance vital. A través del arte encontró un contacto directo, el camino y herramienta para cocrear con la Gran Creación.

Artista honesto, auténtico y apasionado. Frontal y jugado al extremo en lucha permanente por lo verdadero.

Incorporó  el arte a la vida cotidiana junto a Chela, su esposa, como compañero, padre, abuelo, bisabuelo y maestro.
Al final dejó un poco la pintura y se dedicó al arte de disfrutar con su familia, la que destaca su valor para vivir, transformarse, crecer y constantemente aprender.

Sintiendo su ausencia, su gran familia le da las gracias por el honor de compartir su vida.

El entierro de Orlando Pardo fue en el cementerio de Luján de Cuyo el martes pasado, a las 17,  luego de haberlo velado durante tres días a pedido suyo. Fue dejado en tierra como quería, y contó con la despedida de familiares, amigos y  alumnos,  que recordaron viejas anécdotas. Para el Maestro hubo aplausos, cantos  y agradecimientos a sus enseñanzas.

Desde Chile llegó Chalo, su nieto, y su sobrino Oscar “Cucho” Pardo, que viajó desde Alaska. Su llegada estaba programada para las 9, pero por problemas con los aviones llegó a las 17.30 directamente al cementerio, donde después de insistir, le abrieron el cajón para poder acariciar y besar a su querido Tío por última vez.

Risas, bromas y recuerdos fueron la despedida, con un cajón cubierto de flores coloridas como a él le gustaba, según dijo su hija Andrea.

Chau Maestro, hasta siempre.

Carmen Zaragoza de Quiroga nació en Chacras y vivió allí sus 86 años. Con estas palabras la despiden sus hijos, nietos y bisnietos.

Que difícil despedirte, Lelita…. Y qué fácil escribir sobre vos.  Yo sabía que te ibas, y me regalaste la oportunidad de decirte “gracias”, y en esa palabra, tan chiquita y tan grande a la vez, pude resumir todo el amor que siento; pero ahora escribo por todos, por tus hijos, tus nietos y hasta los bisnietos que tuvieron la bendición de tenerte cerca. Entonces esa palabrita mágica se multiplica por montones….

Gracias porque fuiste una “mujer” increíble, la vida no fue fácil para vos, nada fácil, sin embargo siempre tiraste para adelante por nosotros, gracias porque nos dejaste un ejemplo de vida lleno de sonrisas, de buenos momentos, de navidades increíbles, de casa ruidosa siempre llena de gente, de vecinos, de amigos, “siempre hay un lugarcito para alguien más” nos decías, y en esa simple frase nos hacías un poquito más solidarios y menos egoístas…

Por eso hoy, un pedacito de vos está en cada uno de nosotros. Te fuiste de a poquito, para que nos acostumbremos a tu ausencia, pero no es fácil viejita, dejás un espacio gigante que sólo vamos a llenar con los mejores recuerdos… Hoy no puedo más que recordarte con una sonrisa enorme, y sentirme bendecida porque la vida me regaló cuatro abuelos increíbles, te sumaste a mi dulce nona y a mi Lelo amado, ¡qué lujo de ángeles! Todavía, a mis 43 años, me queda un loco lindo a mi lado, y brindo por eso.

Gracias viejita, gracias por amarme tanto y por enseñarme a amar. Descansá tranquila… Tu tarea está más que cumplida.

Te amamos con el ALMA, GRACIAS POR TODO, GRACIAS POR TANTO.

Despedimos con profundo dolor al Intendente de la Ciudad de Mendoza. Lo recordaremos siempre como un sujeto político comprometido con su pueblo y como una gran persona. ¡Hasta siempre!