El siguiente texto corresponde a la arquitecta Verónica Escudero. En ésta y próximas ediciones compartiremos fragmentos del estudio realizado por vecinas, vecinos y profesionales sobre el distrito y que fuera presentado en la Dirección de Patrimonio de Mendoza en busca de una declaratoria que espera respuesta. (Ver Correveidile 225).
(…) Consideramos que nuestro paisaje tiene un carácter singular, definido por valores sociales, culturales, históricos, materiales e inmateriales, que vemos progresivamente amenazado desde algunas transformaciones urbanas. Estas atentan contra nuestra forma de vida y contra la experiencia de quienes son atraídos por las características identitarias de Chacras de Coria, su paisaje, su entramado vial y la historia de nuestro lugar. Es por este motivo que expondremos los fundamentos de nuestra petición.
El paisaje de Chacras de Coria, hasta principios de 1990, se estructuraba por grandes masas forestales alineadas en torno a los caminos o los canales de riego, definiendo paños agrícolas y espacios públicos del poblado original.
Estos elementos, asociados a la pendiente natural, dinamizan los avistajes y contribuyen con la mitigación del fenómeno de la isla de calor, encontrando hoy temperaturas que se reducen en aproximadamente 5°C respecto de la Capital de Mendoza.
El trazado irregular e intrincado propio de la ruralidad, le confiere un valor espacial a los recorridos que, hasta finales del siglo pasado, se componían de algunas trazas pavimentadas y numerosos callejones en suelo natural o enripiados.
Estos caminos en muchos casos pierden continuidad, terminando en rudimentarios cul de sac o, después de un recorrido irregular, vuelven a conectarse con calles principales.
Las trazas, que originalmente pertenecían a las fincas, hoy sirven de acceso a pequeños vecindarios de generosas parcelas, establecimientos gastronómicos y discretos hospedajes. La geometría, las condiciones de circulación y los recorridos, potencian las cualidades paisajísticas del sitio con impresiones que el sujeto agrega en su memoria y que vigorizan la imagen del lugar de destino. Esta característica de la trama vial de Chacras de Coria, le confiere también intimidad, tranquilidad y seguridad a los vecindarios, favoreciendo vínculos personales y sentido de pertenencia.
Las construcciones que dominaban los ámbitos emblemáticos de mediados de siglo XX, tienen la impronta de los cascos rurales antiguos, donde sobresale como estilo dominante el tardo colonial, entre algunos ejemplares de espíritu italiano o inglés. Estas obras, contextualizadas espacialmente por amplios jardines, están acompañadas por agrupamientos residenciales, donde predomina la arquitectura de inicios del siglo XX, el estilo moderno y los chalets de impronta americana.
El tejido de Chacras de Coria, aunque se caracterizó por una trama irregular y abierta de uso predominantemente residencial y agrícola, tenía algunos nodos donde se concentraban actividades, la población y las edificaciones más importantes.
Entre éstos, sobresale la plaza principal, en torno a la cual se ordenó originalmente la parroquia, una escuela, el banco, el registro civil, la comisaría y un cine. Estos equipamientos fueron acompañados por comercios que se alinearon sobre las calles adyacentes (Mitre, Italia, Viamonte) junto a las casonas de los primeros tiempos.
La población de Chacras de Coria, estuvo compuesta por comerciantes, agricultores, bodegueros, algunas comunidades de inmigrantes, algunas personalidades del ámbito cultural y una considerable cantidad de residentes temporarios. Estos últimos conformaron un grupo que hasta los ´90 conservaba dos viviendas: una en la zona urbana del Gran Mendoza y otra en este sector, donde se trasladaban a vivir la temporada cálida del año.
El contraste ambiental de este sitio y la Capital de Mendoza, en pleno auge del automóvil, los conjuntos de propiedad horizontal y la localización de establecimientos de recreación nocturna en las avenidas residenciales de la ciudad generaron un fuerte impacto en las condiciones de vida capitalina. Estos cambios fueron algunos de los factores que incentivaron la migración residencial a la interfaz, especialmente hacia Chacras de Coria, que era un ámbito ampliamente experimentado por muchas familias urbanas.
De este modo, el distrito se fue poblando de grupos sociales nuevos y la población temporaria se transformó en permanente, ya que las inversiones viales posibilitaron un estilo de vida saludable a pocos minutos de la Capital, con vecindarios en baja densidad, paisaje pintoresco, un contexto social seguro y una comunidad de gestos cordiales. Como consecuencia de estas políticas, los habitantes de Chacras de Coria, acostumbrados a la soledad de los crudos inviernos y al crecimiento estival de la población, debieron adaptarse a la densificación demográfica progresiva, provocada por familias del área central que arribaban para establecerse en forma permanente.
De este modo, se inicia la consolidación urbana de la interfaz urbano – rural y su expansión hacia las unidades agrícolas de la periferia.
Las estadías de verano en Chacras de Coria y Vistalba, inicialmente inspiradas en placeres bucólicos, gestos cordiales y una estética discreta y distinguida, se intensifican ahora con viviendas permanentes. La trayectoria social y cultural de las nuevas familias, si bien se refleja eventualmente en la forma y tipología adoptada para las viviendas, no sobresale significativamente en el comportamiento social. Por esta razón se infiere que, si bien convergen en Chacras de Coria grupos sociales de distinto nivel de ingreso, son familias con similitudes culturales o que son influidas por el comportamiento dominante.
Entre los espacios comunes, la calle pública predomina como elemento principal de articulación social y de los sectores emblemáticos del distrito. Los espacios públicos de Chacras de Coria atraen asiduamente a los habitantes de la metrópolis y visitantes de otras provincias y del extranjero, consolidándose como polo gastronómico de alcance regional y uno de los principales atractivos turísticos de Mendoza.
Desde los aspectos descriptos, se advierte que el distrito de Chacras de Coria constituye un sistema definible desde múltiples dimensiones: social, histórica, formal, funcional y ambiental, entre otras posibles consideraciones. Un sistema que se encuentra en el límite de la sostenibilidad de sus atractivos locales, por la acumulación de impactos generados por los desarrollos inmobiliarios, el tránsito automotor y la progresiva jerarquización de sus caminos internos. Por estas razones, en el umbral de lo deseado, la población local y otros/as ciudadanos/as interesados/as en preservar las cualidades locales de Chacras de Coria, emprenden acciones diversas. Entre distintos planteos y reclamos, se inscribe el presente documento a los fines de fundamentar la preservación de Chacras de Coria como sistema urbano y estilo de vida deseado.
(Continuará…)
Foto: Cachilo Púrpura