Beatriz Pérez Lasala expone en Vistandes

El jueves 27 de marzo, a las 21 hs., inaugura una exposición de pinturas al óleo de Beatriz Pérez Lasala en el espacio de arte de la casa vinícola ubicada en Ruta 60 y Ozamis.

Beatriz Pérez Lasala es hija de artistas y pinta desde niña. Por eso nunca asistió a las clases de enseñanza dogmática. Se diría que nació con la técnica incorporada. Además, posee una intuición siempre atenta a todo lo que aporte aire nuevo, a todo lo que enriquezca su constante hambre de aprender.

Pinta el aquí y el ahora. Es decir, el siempre. La maravillosa naturaleza que se renueva año tras año, con derroche de hojas y de flores, de perfumes, de aire puro. Captarla en su esencia, en su impulso, en su turgencia, en su misterio, constituye su máxima aspiración estética.

Ha tenido la oportunidad de vivir paisajes diversos, de nuestro país y del exterior. Sin embargo, ya sea que pinte una marina como un jardín de Chacras o una zona de montaña, ella tiene su propio paisaje, esa pincelada subjetiva que constituye el estilo y su estilo se inserta en un realismo romántico, donde todo es paradisíaco, vital, positivo.

Ese modo de pintar surge de su visión del mundo, de su espíritu apasionado, de su amor por la belleza, una belleza que sabe atrapar merced a sus condiciones innatas y a su capacidad de trabajo. No ilustra ni describe. Ofrece un punto de vista y ese punto de vista
parte de concebir la vida como un imponderable que, por ser tal, debe difundirse, ampliarse, comunicarse.

A la par de su propio disfrute creativo cuando pinta, está su necesidad de llegar al prójimo con su mensaje. De llevarle ese retazo de
vida plena y compartirlo, sobre todo en momentos en que la caótica situación mundial nos agobia y desalienta. Su relación con la materia es íntima y gozosa. Como si la pintura saliera de sus dedos. Por eso, pincel, espátula y manos le sirven para el derroche cromático que esparce en la tela, hasta obtener algo vivo, una materia que palpita y nos hace vibrar con la emoción que ella puso,
amorosamente, en cada parte, logrando un todo armonioso, equilibrado, sugerente, pleno de matices y delicadas sutilezas tonales.

Andrés Cáceres

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