Paso previo a la canonización

Este mes de mayo ha sido muy importante para todos los religiosos del mundo, ya que se llevó a cabo en la ciudad de Roma la Beatificación de Juan Pablo II. Más de 350.000 fieles participaron de esta veneración en la planta principal de la Basílica, frente a la Plaza San Pedro.

Por Lourdes Oliva

Y es así que el 1º de este mes, el papa Benedicto XVI proclamó beato a Juan Pablo II, quien logró transformar la imagen de la iglesia en sus casi 27 años de pontificado.

Para alcanzar su beatificación fue suficiente demostrar que Karol Wojtyla intercedió en la curación, inexplicable para la ciencia humana, de la monja francesa Marie Simon-Pierre, quien padecía la enfermedad de Parkinson.

La beatificación es el paso previo a la canonización y se concretó en un tiempo récord, inferior a los cinco años habitualmente necesarios para iniciar este proceso; y  para ello se deberá demostrar que Juan Pablo II intercedió en un milagro.

Para el padre Juan Carlos Vignoli, párroco de Drummond y ex de Chacras, “todos estamos llamados a ser santos, y uno cree que  eso es exclusivo de algunos. Pues no, la santidad tiene que ver con encontrar el gran lugar que cada uno tiene que ocupar en el mundo y de acuerdo  a esa impronta que Dios marca en el corazón, que bien puede ser un ideal de vida ligado a un valor, que nos mueve, da  entusiasmo y muestra ese fuego o ese ardor en uno. Cuando la iglesia canoniza, reconoce que uno ha sido heroico en esto, que le ha puesto hasta el fin en todas sus respuestas, porque en el fondo Dios pide lo que nos da. El Papa recibió mucho y dio mucho, por ello llegará a ser Canonizado”.

El papa Juan Pablo II  dejó un manifiesto sobre la divina misericordia, demostrando que  no hay justicia sin misericordia y no hay misericordia sin justicia; y si hacemos una mirada global, lo que le hace falta al mundo hoy es la misericordia”, acentuó Juan Carlos y recuerda que a este Papa se le vio en distintas situaciones, “llevando su palabra y mensaje de paz y esperanza en todas las lenguas, impulsando una ‘nueva evangelización’, que permitió intensificar los lazos ecuménicos e interreligiosos. Recordemos que cuando el Papa fallece, fue visitado por católicos, budistas, judíos, musulmanes, demostrando la universalidad del amor y sentido de la vida”.

Por su parte, el padre Eduardo López, párroco de Chacras, manifiesta que “este paso a la beatificación, es muy importante en la Iglesia, teniendo en cuenta el cariño que despertó Juan Pablo II no solo en el mundo católico sino en general, su personalidad, sus enseñanzas magisteriales, sus viajes apostólicos por todos los rincones del mundo y sobre todo por ser como Cristo, mensajero de la paz”, y cuenta que “la comunidad de Chacras ha esperado con expectativa por este magno acontecimiento, pidiendo y orando, especialmente en las misas”.

Padre Juan Carlos Vignoli

“Varios son los ejemplos que podemos seguir de Juan Pablo II: los gestos de ternura, misericordia, acercamiento, búsqueda de diálogos, de resolución de las cosas con criterios nuevos donde el ser humano sea el centro, haciendo alusión a lo que decía: Уtodos los caminos de la iglesia van hacia el hombre”.

Padre Eduardo López

“El ejemplo de Juan Pablo II es para todos un aliciente a seguir el camino de la vida, el amor y la esperanza. Nos deja como ejemplo su vida misma, superando obstáculos, sufrimientos, y persecuciones. Sin embargo nada de esto lo apagó, sino más bien encendieron en él la flama de un hombre lleno de Dios, fortalecido y claro en su mensaje de fe. Una vida para imitar”.

Vecino Eduardo Ferrer

“¡Quo vadis, Pedro ?”
A dónde vas, “Pedro” … a dónde vas Karol Wojtyla … a dónde vas Juan Pablo II …?

¿Qué tiene que ver este hombre conmigo, con usted, con vos?

Puedo decirles que me lo he “atropellado” varias veces a lo largo de la mi vida. La última vez fue a través de un correo de Adriana Sayavedra el 3 de mayo ppdo. donde me pedía si podía dar testimonio sobre la beatificación de este santo varón. Dudé. Me pregunté: quién soy yo para dar testimonio de este HOMBRE?. La invitación me sacudió por dentro. Un amigo me dijo: “no pierdas la oportunidad de descubrir qué te quiere decir Dios, y qué te quiere decir Juan Pablo II con esta invitación…”. Y aquí estoy, escribiendo y conmovido. Es Domingo 8 de Mayo, a la mañana. Otoño chacrense nuestro a full. Casualmente (casualmente?..) hoy en Mendoza se llevan a cabo peregrinaciones y marchas y celebraciones por la beatificación de Juan Pablo II.

Decía que me lo atropellé, no?. Pues bien. El 7 de Abril de 1987 dejamos nuestra hija de 2 años en casa de mis padres. Susana, mi esposa, y yo, nos esmeramos por correr al Aeropuerto a despedirlo. Había estado poco más de 3 horas en este Oasis Norte, hablando de la Paz. De la Paz con Chile, entre nosotros y, sobretodo, la paz interior con nosotros mismos. Antes de subir a la escalerilla del avión, estiré mi brazo y fijando los ojos en los suyos, creo que alcancé a rozar su mano.

Años después en un almuerzo de pocas personas, estuve sentado frente a frente de su gran amigo Lech Walesa. Recuerdan?. El líder sindical polaco, fundador del Solidaridad, el Sindicato independiente de los astilleros del puerto de Gdansk, que con su lucha y de la mano de su compatriota, ya Papa, dio por tierra con uno de los tantos sistemas de opresión. Nos habló de Wojtyla y nos recordó la ineludible opción preferencial por los pobres que debemos tener todos los hombres y mujeres de buena voluntad, en particular los cristianos.

La beatificación de Juan Pablo II no es otra cosa que la aclamación de la Iglesia, es decir la Asamblea del Pueblo de Dios, para que sea declarado Santo por haber vivido las virtudes cristianas en forma heroica y por ellas, un llamado a ser imitado y venerado. Todos, todos, estamos llamados a ser santos.

Termino casi animándome a decir qué me quiere decir, qué nos quiere decir Dios a través de este hermano, hombre, Papa, Beato, Juan Pablo II: “no tengan miedo; no tengan miedo a la verdad de ustedes mismos, no tengan miedo a abrir de par en par las puertas a Cristo”. Estas fueron sus primeras palabras al mundo como Papa.
Allí vamos, “Pedro”. Allí vamos – como podemos – Juan Pablo II. Como proyecto a responder a la invitación de Jesús a ser buenos como el Padre del Cielo.

Humildemente.

Eduardo Ferrer

Un día para recordar

El 7 de abril de 1987, Juan Pablo II visitó nuestra provincia por primera vez, luego de un viaje por Chile. El predio de la Virgen se convirtió en un gran escenario donde más de 450.000 personas disfrutaron de este momento inolvidable.