VECINO

Vecino singular “don este”. Acostumbraba a pararse en una esquina de la plaza del pueblo, todos los días a las cinco de la tarde y hablaba con alguien invisible. Recibía instrucciones, según decían, del demonio, con quien había hecho un pacto. Su hablar era también muy extraño.

-¿Cómo le va “don este”? y respondía: – Aquí me ve, lidiando con un verbo roto,viajando con un sustantivo… Y mostrando la pala hundida en tierra, se lamentaba:  – ¡ Ay, estos adverbios que no florecen … -

A veces lo encontraba en la parada de ómnibus – Buenas “don este”, va a la ciudad?-

-No. Voy a visitar a un infinitivo, vive en la esquina de pluscuamperfecto y punto y coma. El ómnibus me deja a tres adjetivos…

Y allí quedaba.

Vivía solo. Pero algunos vecinos decían que tenía un hijo en la ciudad. Una mañana, según me dijo, el clima político estaba alterado por un sin fin de eufemismos aberrantes, manejado por una manada de analfabetos que no sabían siquiera abroquelarse en una sílaba…-

Y se  fue caminando con un equipaje muy  liviano, hacia el sur profundo. ¿Viajaría en un diptongo, en una vocal emergida de un verbo transitorio?.

Estuve, creo, muy cerca de lo cierto.

Tiempo después,   apareció su hijo en la puerta de la casa, y un camión desvencijado cargaba los muebles.

Pregunté qué ocurría. El hijo me miró sorprendido.

-Mi padre murió hace siete días. Viajaba en un monólogo y chocó de frente con un texto macizo. Falleció en el acto. No llevaba contrapunto puesto.-

Y agregó melancólico: -Mi madre murió ahorcada por una esdrújula entre paréntesis. Y yo, con solo treinta años, espero un destino parecido. Los astros me dijeron que voy a suicidarme antes de los cuarenta a causa de una minúscula infectada.-

Subió al camión y se marchó .

Quedé pensativo, y volví a casa con paso muy lento, mascullando:

-Cuántas vidas perdidas por culpa de la gramática!-

Jorge Garcia De Luca