Guillermo, que además de pertenecer al Cuartel de Bomberos de Luján de Cuyo es integrante del Cuartel de Bomberos de la Bomba Suecia de Santiago y su compañero Marcos Collazo, que justo estaba en Chile en un curso, fueron los únicos argentinos derivados por la ONEMI -Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio del Interior- a Constitución.
Cuando llegaron al lugar lo primero que hicieron fue reinstalar la Segunda Compañía de Bomberos de la zona en la parte alta del pueblo. Esta Compañía, una de las cuatro de Constitución, había caído como consecuencia del terremoto causando la muerte de dos bomberos. Luego, con otras instituciones como la Compañía Código 33 -un proveedor de servicios y equipos para bomberos- y La Mutual -especie de ART, con una cadena de clínicas de amplia difusión en territorio chileno- instalaron dos hospitales de campaña y comenzaron la durísima tarea de búsqueda de personas.
“La primera mañana sacamos cuarenta cuerpos sin vida. Todos los días el mar devolvía cuerpos y los cargábamos en los vehículos para llevarlos a la morgue, donde la policía debía identificarlos. Es una experiencia sin antecedentes, muy duro, después de tres días empezó a sentirse el olor a descomposición. Estuvimos dieciséis días con ese olor en la nariz y no había barbijo, por más que le pusiéramos alcohol y alcanfor que alcanzara. Yo había dejado de fumar hace tres años y volví a fumar.”
Guillermo cuenta que este pueblo, netamente turístico y que se estaba preparando para el Día Veneciano, en el que festejan con barcos iluminados y fuegos artificiales el fin de la temporada estival, fue arrasado por una ola de 24 metros de altura. “Los lugareños tienen un protocolo de seguridad y vías de evacuación preestablecidas y muchos de ellos se salvaron porque al comenzar el movimiento sísmico se movilizaron hacia los cerros. Pero si bien la ola se les vino encima a los cuarenta minutos del terremoto, a muchos se les cayó la casa encima antes que pudieran salir. Lamentablemente la mayoría de los que fallecieron fueron aquellos que no podían valerse por sí mismos, es decir niños y ancianos”.
“El Río Maule desemboca en el mar y en esa zona hay muchas islas, cuyo único acceso es por bote. Esas islas desaparecieron con sus árboles y con los turistas de los que ni siquiera hay padrón. Hasta que yo volví habíamos encontrado 470 cuerpos, todavía faltaban 100 de la nómina. Es decir que la tragedia es mayor de lo que se cree, porque por ahora el número de muertos informados corresponde sólo a los que se han identificado. Aun no se suman los NN, muchos de los cuales son turistas no empadronados en cada una de las listas de búsqueda” afirma Guillermo.
Los bomberos, junto con el municipio enviarán el lunes más vehículos con provisiones y donaciones de ropa y otros elementos. Seguramente el destino será Constitución por lo hondo que el dolor de la tragedia vivida por este pueblo caló en el cuartel de bomberos de Luján.
Recuadro
Los números del peor terremoto submarino
Magnitud: 8,8 grados
Duración: 2,45 minutos
Profundidad: 47,4 kilómetros
Zonas afectadas: Valparaíso, Metropolitana, O`Higgins, Maule, Bio Bio, La Araucanía
Recuadro
Cuando pasa lo peor
“Veía un juguete y me preguntaba dónde estará el dueño de este juguete. Me compré una campera impermeable y la usé para tapar el cuerpo de un niño de dos años. Había una embarazada que estaba a punto de dar a luz, qué habrá pensado por no poder salvar esa vida que llevaba…” son algunos de los pensamientos que casi sin querer expresa Guillermo, quien por el código de hermandad que une a los bomberos se brindó sin dudarlo a esta dura tarea.
