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Panchito Bahamonde se retiró del circuito europeo

A su regreso de los Estados Unidos, donde viajó entre julio y septiembre pasado, invitado por quien fuera su entrenador en Mendoza y que ahora está radicado en ese país, Sten Van Beurden, y donde participó en dos torneos en Newport Beach en California y otros dos en Tacama en Washington, Francisco Panchito Bahamonde confirmó lo que se sabía desde principio de año. Su abandono del tenis internacional, su retiro del circuito ATP (Asociación Internacional de Tenis).

Por José Félix Suárez

Una decisión consensuada con sus seres queridos, como reveló a Correveidile, profundamente meditada, para dedicarse justamente a su familia, sus amigos y el estudio. No significa totalmente su alejamiento del tenis, pero si del nivel de exigencia de la alta competencia, del que se desarrolla cuando se juega en Europa entre contratos, viajes, presiones, concentraciones, vida en hoteles,  entrenamientos, esfuerzo y sacrificio permanentes. La idea es dedicarse únicamente a un tenis más amistoso y recreativo. Como el certamen que obtuvo a mediados de octubre en la quinta etapa del circuito mendocino de primera categoría que se desarrolló en el club Vistalba y donde se adjudicó la Copa Aero Internet.

Panchito se sinceró al reconocer a nuestro periódico: “Mi vida cambió completamente, ahora estoy con mi familia, con mis amigos, puedo estudiar. Me levanto a la mañana, voy a la facultad, vuelvo a mi casa, almuerzo con mi familia y después si tengo que estudiar, estudio. Estoy en primer año de la carrera de contador en la Universidad de Mendoza y realmente le dedico mucho tiempo al estudio. Si no me quedo en mi casa voy a entrenar o al gimnasio, pero sin ninguna obligación. Es otra vida, una vida nueva, la que quiero disfrutar a pleno. Por eso ahora el tenis ocupa un lugar secundario en mi vida. Juego por diversión, porque me gusta jugar, en el circuito local o los fines de semana con mis amigos. En los dos últimos años la pasé muy mal, cada vez extrañaba más, me sentía muy solo en los hoteles, muchas veces no tenía con quién conversar. Obtenía buenos resultados, subía en el ranking, mejoraba mi nivel. Pero todo me costaba mucho, demasiado. Hasta le había empezado a tener mido a los viajes en avión. Ganaba torneos, pero sufría. No estaba en paz conmigo mismo. Tenía que tomar una decisión y la tomé. Quizás no sea definitiva, pero por ahora es mi única salida y mi única respuesta. No vuelvo a Italia, me quedo en Mendoza”.

A los 20 años Panchito ha iniciado otra vida: “Sé que ha sido un cambio rotundo, nunca había estado tanto tiempo en mi casa. Ahora todo es muy distinto, me siento una persona mucho más normal. No sé si el día de mañana puedo llegar a arrepentirme. Solo sé que la estaba pasando muy mal y ahora estoy mucho más tranquilo. Pienso que todos los tenistas sufren cuando están lejos de casa, especialmente los más jóvenes. Quizás algunos puedan manejarlo mucho mejor que yo.  Yo no pude, lo intenté y no lo logré. Sufría horrores lejos de mi familia con la única compañía de mi propia sombra cuando caía la noche y uno necesita tener a alguien a su lado. Era todo muy loco: torneos, contratos, viajes, presiones y yo era solo un chico. De cualquier modo soy un agradecido del tenis y reconozco que todo lo que viví, toda la experiencia que  adquirí me ayudó a crecer como persona. Me permitió madurar y enfrentar todas las situaciones que tuve que superar. Lo que quiero reconocer es el apoyo y la comprensión de mi familia que siempre ha estado cerca mío y ahora más que nunca después de una decisión tan difícil, que medité largamente y que pienso resolví de la mejor manera”.

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