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VOLVEMOS A VOTAR

Este 23 de octubre los ciudadanos volveremos al “cuarto oscuro” y a la urna correspondiente para depositar nuestro voto. Un voto que debería reflejar las convicciones ideológicas y políticas de cada uno. Un voto que debería adherir a un proyecto de gobierno y no a una persona.

Sin embargo, como están dadas las cosas, parece que esto no será así. Ningún partido político presentó su plataforma de gobierno. La campaña electoral se reduce a spots televisivos donde aparecen seres felices por lo que consiguieron hoy y otros infelices por lo que nunca han conseguido. O las remanidas promesas de viviendas que habrán de construirse. Y, como mucho, un altavoz que pasa por los barrios vociferando algún jingle o cancioncita pegagoza. Y las fotos sonrientes de candidatos silenciosos.

Lo que no hay, y parece que definitivamente no habrá, es un debate serio y profundo de proyectos políticos departamental, provincial y nacional.

La clase política se ha conformado con los slogans que más o menos identifica a cada partido en lugar de promover el debate serio de ideas y políticas. Esto no habla bien de la supuesta dirigencia política. Por el contrario, supone cierto desprecio a la capacidad de discernir del electorado.

A partir de las elecciones primarias (PASO) el oficialismo se aseguró el triunfo de este 23 de octubre. De hecho la presidenta ya gobierna como reelecta. No le hace falta mucha campaña para culminar exitosa este trayecto. El país todo sabe que más del 50% de los ciudadanos votará a Cristina Fernández.

Esta certeza le resta un poco de expectativa al proceso eleccionario. En realidad sólo queda preguntarse cuántos puntos le sacará al segundo. Y cuánto poder tendrá en el Congreso de la Nación.

Mientras tanto la oposición nunca atinó a formular una alternativa superadora del “modelo” oficial. Las ambiciones personales provocaron que las precarias alianzas electoralistas se desarmaran antes de las elecciones primarias. Todos querían ser presidente. Por esto, aquellas PASO sólo fueron un mero plebiscito y una oportunidad perdida para una oposición tan desorientada como dividida.

En nuestra provincia no está dicha la última palabra. Tampoco en nuestro departamento, Luján de Cuyo. Todo puede ser.

Seguramente, lo más importante, es que el domingo 23 será un día de fiesta. Gane quien gane. Porque debemos festejarnos la posibilidad de elegir y de ser elegidos. Este elemental derecho ciudadano que tantas veces y por muchos años nos fue conculcado.

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