Categoría | Cultura

La alineación de los planetas

Decís que no logramos vernos. Que los planetas se han encaprichado en no alinearse. Lo decís discretamente. Yo pienso en cambio que algún día… algún día, en flagrante paradoja, seremos luz de estrella en el pozo azulado de la noche. Aunque no quiera. Aunque no deba. Y nos llamaremos con urgencia y desazón. Y fingiremos recato telefónico, mesura y sensatez de doctores. Seguramente nos saludaremos cordialmente para comenzar a hablar de dictámenes y nulidades por un rato, por dos ratos. Para que yo asienta con la cabeza en un gesto severo y responsable mientras te mire de la comisura de los labios hasta el revés de tu nombre.  De tu nombre. Y por primera vez – como tantas otras primeras veces- me olvide tu apellido, tu prosapia. Y pierda todo cuidado de pronunciar correctamente tu ascendencia astronómica o selvática; tu abolengo antártico, democrático o autoritario. Y me recites cosas serias mientras mi deseo deambula por la sala con una prisa atolondrada y hueca. Y extravíe las manos como si la velada, como si el sucucho fuese una orquesta. Y te recite versos serios, los mismos de siempre, poniendo a la empresa un aire de importancia rotunda y decisiva. Y te mienta que soy alguien, algo. Y vos digas asombro que será indiferencia.  Y entonces mi cinturón se afloje como una cincha indolente sobre el redomón porfiado. Y mi lengua se afloje como un pez en un río. Y mi vida se ablande como una vida blanda. Aunque no quiera. Aunque no deba. Y el pudor nos vea escabullirnos por un ojo de la noche hasta mi casa. Y allí recitemos juntos un canto de ave, de agua, de cisnes, mientras los volúmenes duermen y nuestra genealogía se extingue porque jamás importó. Hasta que los versos se apaguen y nuestros secretos se sofoquen y las vanidades se rocen, se pulan, se desparramen por la noche como un vómito de sal y de glicina. Hasta que te sienta titilar bajo mis manos en un temblor definitivo. Hasta que me arranques un sonido húmedo y me acaricies la frente y me hagas ese silencio de lo demasiado tarde. Hasta que me arranques un te quiero…

… Un te quiero que no quiero.

Por Nicolás Sosa Bacarelli

Deje su comentario

Encuesta

> >
Encontrá este widget en www.argentina.ar
Failure notice from provider:
Connection Error:http_request_failed
Correveidile en Facebook

 

febrero 2013
L M X J V S D
« ene   mar »
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728  

Chacrificados

Edición Papel