Categoría | Arquitectura, Destacados

Diseño de jardines en otoño

Aunque descienda la temperatura y comiencen las lluvias otoñales, el colorido del jardín no tiene por qué desaparecer si elegimos las especies adecuadas. Además de las tonalidades que muestran los árboles de follaje caduco, existe una gran variedad de flores que resisten las bajas temperaturas de esta estación del año.

Por Alejandrina S. Alaria, doctora – ingeniera agrónoma


Al diseñar un espacio verde debemos tener presente las características arquitectónicas de las construcciones preexistentes, de manera que ambos diseños se fundan armónicamente. Al imaginar los colores del espacio exterior, no sólo se aconseja pensar en las plantas y árboles, sino también en los muros, el mobiliario, esculturas y demás elementos que aportan texturas, formas y tonos propios que se complementan con ellos.

No es difícil lograr un buen colorido del jardín en esta estación del año, gracias a la amplia gama de colores que nos ofrecen las diferentes especies antes de perder sus hojas. Matices otoñales que viran hacia los vibrantes amarillos, naranjas, rojos y púrpuras. Tonalidades que embellecen los espacios verdes y potencian las obras arquitectónicas a cualquier escala.

Nuevos colores y texturas

En otoño, el verde va desapareciendo lentamente para dar paso a los amarillos, ocres, rojos y naranjas. Y, para cuando llegue el inverno, la mayoría de los árboles ya habrán perdido sus hojas.

¿Pero, a qué se debe el cambio de coloración?; ¿y por qué algunos árboles siguen manteniéndose verdes a pesar del frío? Son varios los factores que influyen en estos cambios, principalmente la menor disponibilidad de luz solar. Cuando los días se van acortando, y las noches se vuelven cada vez más largas, la clorofila -que es un pigmento verde- desaparece,  y otros pigmentos que siempre han estado en la planta se dejan ver, dándole a la hoja una tonalidad amarilla o naranja. Antes (durante la primavera y el verano) no los veíamos porque estaban “enmascarados” por la clorofila. El paso siguiente al cambio de coloración será la caída de las hojas.

Aunque nos cueste creerlo, a partir de abril llegan buenos meses para el jardín. Luego de transitar los grandes calores estivales, los espacios exteriores reviven con tranquila serenidad. Aún es posible encontrar muchas flores; algunas han prolongado su permanencia desde el verano,  y otras, llamadas flores de días cortos, aparecen estimuladas por esta época otoñal.

Vale destacar que hay muchas especies que tienen una segunda floración otoñal (como ciertas variedades de rosales), o que simplemente cuentan con períodos de floración más extensos. Incluso, algunas plantas comienzan a madurar sus frutos, como en los cítricos, Pyracantha, los Cotoneaster e Ilex aquifolium.

Elegir las especies ideales

Determinadas herbáceas perennes, como las especies de Aster y los Crisantemos, adornan el jardín hasta la llegada de las primeras heladas. Los Hemerocallis también muestran una floración continua si están ubicados a pleno sol, y podremos disfrutar de sus flores y variados colores incluso durante algunas semanas de otoño. Las Violetas de los Alpes (Cyclamen persicum) perennes, con su amplia variedad de formas y colores, florecen desde el otoño y hasta casi la primavera. Por su parte, las Caléndulas (Caléndula officinalis) que florecen de otoño a primavera, se reproducen fácilmente por semillas y se resiembran solas.

Asimismo, las suculentas (Sedum sps. y Kalanchoe sps.) de atractivas hojas carnosas y flores con tonalidades que van de los amarillos a los anaranjados, rojos y rosados, aportan diferentes texturas y colores al paisaje otoñal. Además, son resistentes a la sequía, a la exposición solar  y al viento.

A su vez, las Gramíneas ornamentales de ciclo primavero-estival entran en reposo cuando desciende la temperatura, y sus follajes adquieren interesantes matices de otoño; tal es el caso de los Miscanthus y Pennisetum rubrum.

Las vedettes del otoño

Los colores de los árboles en otoño son los que definitivamente aportan el rasgo distintivo de esta mágica estación.

Algunos árboles que se destacan por su follaje otoñal son:

  • Abedul (Betula pendula): muestra matices que van del amarillo al marrón. Es un clásico que no debemos perder de vista.
  • Gingko (Ginkgo biloba): el fantástico amarillo dorado de sus hojas es su identidad otoñal.
  • Liquidambar (Liquidambar styraciflua): sus hojas son un estallido de colores rojizos durante el tiempo otoñal.
  • Los Acer o Arces: espléndidos árboles que se destacan no sólo por su atractivo color otoñal, sino también por su gran porte, y por la forma y textura de sus hojas.
  • Los Rhus: con el típico rojo fuego de sus hojas. Una opción a considerar para nuestros jardines durante el otoño.

En síntesis, la clave es combinar especies perennes y caducas, de manera de lograr un mayor equilibrio y efecto en el jardín. Así, los atractivos colores otoñales, en contraste con las diferentes tonalidades de verdes de las especies perennes, generarán vistas únicas, otorgando gran movimiento y color. Contar con un fondo relativamente perenne, será una buena opción para marcar contrapuntos de colores y texturas.

Algunos tips para la estación amarilla

  • A pasear: el otoño es una excelente época para pasear, detenerse a mirar las formas y colores, y sentir las hojas bajo los pies.
  • A plantar bulbos: aquellos que florecerán en primavera, como los Tulipanes, Jacintos, Crocus, Narcisos, Ranúnculos, Anémonas, etc.
  • A compostar: recoger las hojas caídas y las flores marchitas, y utilizarlas para hacer compost.
  • A resembrar: a principios del otoño se puede sembrar o resembrar el césped. También es buen momento para reparar las zonas dañadas, resembrando o plantando tepes.
  • A podar: cortar las ramas secas y enfermas de árboles y arbustos. Pero tener en cuenta que la poda de limpieza principal se hace en invierno.
  • A multiplicar: dividir matas de buldosas o rizomatosas : Hemerocallis, Agapanto, Chrysanthemun maximun, Gazania, Clivia, Achilea, Acanto,  Lirios, etc.
  • A recolectar: recoger las semillas y frutos para sembrarlos en primavera.
  • Mulching: cubrir el pie de los arbustos, rosales y demás plantas recién plantadas con una capa de hojas, mantillo, compost, estiércol u otro material orgánico. Esto evita que el suelo se seque, le aporta nutrientes y protege las raíces de las heladas.
  • Menos agua: los riegos se van espaciando cada vez más en otoño, y dependiendo de las lluvias caídas, se puede suprimir totalmente.

Curiosidades de otoño

  • En días de otoño  el tiempo en que el sol está por encima del horizonte se reduce en casi tres minutos cada día.
  • El otoño puede desanimar a determinadas personas debido a la disminución de luz solar y las bajas temperaturas. El nombre de la enfermedad es astenia otoñal. Según los expertos se trata de un síndrome transitorio, que aparece como respuesta del organismo a los cambios medioambientales  y que altera el ciclo de vigilia y sueño.

Deje su comentario