Por Carlos Campana

Aunque nos parezca mentira, Chacras cobijó a muchas personalidades importantes de la vida mendocina, nacional e internacional.

Personajes como Marcelo T. de Alvear, Justo, Farrel, Rockefeller, Pelé, Disney y otros más estuvieron alojados en las hermosas fincas en el siglo pasado. Fueron muchos, pero tal vez desconocemos a dos maestras que trajo Domingo F. Sarmiento a Mendoza a fines del siglo XIX y que hicieron mucho por la educación de Mendoza. Ellas fueron las que formaron a ciento de maestras mendocinas en el recordado colegio Normal de Señoritas -hoy colegio Tomás Godoy Cruz-. Luego de jubilarse amaron tanto esta tierra que se establecieron en Chacras de Coria en donde se quedaron hasta su muerte. Una de ellas se llamaba Mary Morse, conozcamos un poco más de su vida.

La joven Miss Mary Morse vino desde Buenos Aires en tren a Mendoza en 1890. Era sobrina y compatriota de Sarah Boyd, integrante de la primera oleada de mentoras extranjeras radicadas en esta provincia.

Mary Olive Morse nació en 1864 en Waldboro, Main, Estados Unidos, y pertenecía a la familia del célebre Samuel Morse, inventor del telégrafo. Desde muy joven se dedicó a la pedagogía y a fines del siglo XIX llegó a Mendoza para incorporarse a la Escuela Normal, de la que fue directora durante más de diez años.

En 1899, la señorita Morse, los docentes y los alumnos participaron de un acto verdaderamente patriótico: juntar fondos para la construcción de un monumento al General José de San Martín en el lugar histórico en donde fue su campamento, en el departamento de Las Heras. Esta iniciativa loable fue propuesta por su colega Rosa Chávez y el rector del Colegio Nacional, profesor Julio Leónidas Aguirre.

El 24 de mayo de ese año, todos los directivos y alumnos de la Escuela Normal concurrieron al acto en el que se puso la piedra fundamental. Más tarde, ese sitio recibió el nombre de Campo Histórico El Plumerillo.

Después de gran parte de su vida dedicada a la docencia, Mary Morse obtuvo la jubilación y con el dinero ahorrado de su sueldo se dedicó a realizar un emprendimiento comercial junto a su compatriota y amiga Margaret Collord. Adquirieron en la localidad de Chacras de Coria varias hectáreas de terreno, en donde cultivaron olivos y viñas. Además poseían una bodega muy pequeña. El éxito les sonrió a las docentes devenidas empresarias. A pesar de establecerse como una mendocina más, varios años después Mary Morse pensó regresar a su país, donde tenía toda su familia. Entonces, ambas socias y amigas vendieron sus propiedades, viajaron a los Estados Unidos y se radicaron en el estado de Florida.

Pero tanto Mary Morse como Miss Collord comenzaron a extrañar a la Argentina, principalmente a nuestra provincia.

Morse regresó a Mendoza junto con su colega y comenzaron de nuevo. Primero adquirieron una finca en Chacras de Coria y retomaron su empresa vitivinícola. En ocasión de ceremonias a las que era invitada o simplemente cuando caminaba por las calles mendocinas, todos la llamaban “la maestra o la hija de Sarmiento”. Poco tiempo antes de fallecer Miss Mary Morse fue homenajeada por docentes y alumnos de la Escuela Normal. Al igual que a Margaret Collord, la profesora estadounidense Alice Houston Luiggi la entrevistó en su casa. Sus relatos están contenidos en el libro “65 valientes”, publicado unos años más tarde.

Vivió en Chacras de Coria hasta su muerte, ocurrida el 22 de agosto de 1945. Fue enterrada en el cementerio de la Capital provincial.

La otra vecina de Chacras se llamaba Margaret Louise Collord y nació en Ohio el 28 de julio de 1863. Desde muy joven estudió música y se recibió en Cincinatti, Ohio, donde luego ejerció en las instituciones educativas de aquel Estado.

Pero esta osada mujer se aventuraría a viajar a tierras extrañas, llamada por la vocación de servicio y el afán de enseñar.

Fue a través de Domingo Faustino Sarmiento, quien recorrió el mundo en busca del mejor modelo educativo y lo encontró en los Estados Unidos de América en 1868.

Pasaron algunos años y cuando el sanjuanino recibió la banda presidencial, se puso en contacto con su vieja amiga estadounidense, Mary Mann, para comentarle la noticia y encargarle un especial pedido: traer educadores de aquella nación.

Inmediatamente, la viuda de Mann realizó una búsqueda exhaustiva de maestras y maestros aptos para enviar a nuestro país.

Así fue que cuatro hombres y sesenta y una mujeres partieron rumbo a una tierra desconocida, con diferente cultura y religión.

La joven Margaret viajó primero hacia la vecina República Oriental del Uruguay, para establecerse inicialmente en su capital Montevideo en 1890. Dos años después, su amiga Mary Morse le propuso trabajar en la remota provincia de Mendoza. Ella, sin dudar, aceptó la propuesta. Corría el año 1892.

Al llegar a la estación de Mendoza, su amiga Mary la esperaba y ambas partieron para que conociera el establecimiento educativo, que era nada más ni nada menos que la Escuela Normal de Señoritas, ubicada en la calle San Martín 1027 -hoy la galería Piazza- de ciudad.

Margaret, al ver aquellos alumnos, se entusiasmó en poner en práctica todo lo que sabía.

A pesar de su origen estadounidense, la señorita Collord hablaba muy bien el español.

El 24 de mayo de ese año, todos los directivos y alumnos de la Escuela Normal concurrieron al acto en el que se puso la piedra fundamental. Más tarde, ese sitio sería conocido como Campo Histórico El Plumerillo.

Sus alumnos le decían Miss Collord y en el establecimiento dictaba diferentes materias.

De carácter afable, era una persona muy práctica a la hora de tomar decisiones.

En 1910, Collord, luego de 18 años ininterrumpidos de docencia en nuestro medio, se jubiló con el cargo de vice-rectora. En vez de regresar a los Estados Unidos, siguió radicada en Mendoza, lugar que había elegido para vivir.

Pero la vida de jubilada no la llevó a descansar apaciblemente en un sillón; todo lo contrario.

Con el dinero ahorrado de su sueldo, se dedicó a realizar un emprendimiento comercial. Adquirió en la localidad de Chacras de Coria varias hectáreas de terreno, en donde cultivó olivos y viñas. Además poseía una bodega muy pequeña.

Ella y su amiga Mary Morse tuvieron gran éxito en este negocio.

A pesar de establecerse como una mendocina más, varios años después Margaret pensó regresar a su país, donde tenía toda su familia.

Entonces, ambas socias y amigas vendieron sus propiedades y viajaron a los Estados Unidos y se radicaron en el estado de Florida. Al poco tiempo, Miss Collord comenzó a extrañar aquella pequeña tierra del sol y del buen vino. Así es que volvió, junto a su amiga Mary, adquirieron una finca en Chacras de Coria y retomaron su empresa vitivinícola.

Activa e incansable, Margaret asistía a actividades y otros eventos recreativos. Todos la conocían como “la maestra o la hija de Sarmiento”.

En la década de los ‘40 Miss Collord fue agasajada por docentes y alumnos de la Escuela Normal y en esos tiempos, la profesora estadounidense Alice Houston Luiggi la visitó en su casa para entrevistarla. Sus relatos sirvieron para su libro “65 valientes” que fue publicado tiempo después.

Margaret Lousie Collord falleció circunstancialmente en Buenos Aires, el 21 de diciembre de 1945, pero su sepelio se realizó en el cementerio de la ciudad de Mendoza.