Desde hace algunos años se ha intensificado el interés por los vinos del extremo sur de la Argentina, gracias al trabajo de empresarios, productores y enólogos que han apostado por su patrimonio vitivinícola.

Los vinos de las zonas frías, como se los conocen, han tomado protagonismo y grandes bodegas argentinas han desarrollado allemprendimientos de lujo. Las designaciones de las indicaciones geográficas (IG) que proporciona el Instituto Nacional de Vitivinicultura, ha permitido el reconocimiento de los vinos de la región. En el año 2002 se declaró la IG “Patagonia”, que pasó a ser una marca oficial de identidad.

La región, la más austral del planeta para el desarrollo de la industria vitivinícola, con alturas entre 300 y 500 metros sobre el nivel del mar, presenta excelentes condiciones climáticas para el desarrollo de variedades de uva de ciclos cortos y medios y la composición varietal del viñedo responde a cepajes finos. El clima es continental seco, con inviernos fríos y húmedos, veranos calurosos y secos, gran amplitud térmica, mucha luminosidad y prácticamente sin lluvias en el período vegetativo. Se obtienen bajo este régimen mostos de buena graduación en azúcares y equilibrados en acidez. Los fuertes vientos hacen que las uvas engrosen sus hollejos como mecanismo de defensa, lo que explica la concentración de color en las variedades tintas.

Entre las variedades más cultivadas se destacan Chardonnay, Gewürztraminer, Sauvignon Blanc, Semillón, Riesling Renano, Viognier, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Malbec, Merlot, Pinot Gris, Pinot Noir, Syrah, entre otras. El vino Chardonnay se presenta untuoso, con gran potencial aromático, el Sauvignon Blanc con mucha tipicidad, el Traminer con notas terpénicas intensas. Entre los tintos, el Merlot se ha adaptado muy bien a la zona, siendo elegante y suave y el Pinot Noir ofrece una de sus mejores expresiones, en vino y espumante.  El INTA encaró hace algunas décadas el estudio de 8 clones de Pinot Noir traídos de Francia e implantados en la colección ampelográfica de la Estación Experimental de Alto Valle en Río Negro, por lo que se cuenta con un interesante abanico para elaborar un vino a la altura de los mejores del mundo.

Silvia Gandolfi y Sebastián Landerreche, Ingenieros Agrónomos de la UNCuyo afincados en la Patagonia, aseguran que “este terruño otorga un valor agregado a los vinos con uvas concentradas, rendimientos limitados por la gran variedad de suelos y climas que generan condiciones diferentes, buen color y acidez natural. Los vinos tintos se presentan con mucho color y buena tipicidad varietal y los blancos son complejos, estructurados, aromáticos y con buena acidez”.

En la Patagonia reinan los blancos, espumantes, tintos suaves o potentes e interesantes blends de alta gama. Son vinos equilibrados y armónicos en su combinación entre azúcares, acidez y potencial de aromas. Son frutales e intensos y la acidez los hace longevos, lo cual permite una buena maduración y crianza. Se acomodan al perfil de los vinos argentinos, se diferencian en estilo con nuevos matices y suman cualidades a su rica historia y trayectoria vitivinícolas. Y el plus, el nombre “Patagonia”.