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Terminó la fiesta

Admito que es posible que suene extraño eso de imaginarme como fue para la Cenicienta despertar en las habitaciones de servicio de la casa de su madrastra la mañana después de la fiesta en el palacio. Bueno, Chacras de Coria tiene una mañana llena de verdes, ese brisa fresca y ese sol de siempre y yo no soy la Cenicienta, pero si estuve en una fiesta, mágica.
Manos Morenas está en la calle Mitre, que es un túnel de verdes y de nostalgias de la vieja Chacras de Coria, esa casa lo es.
Grandes fuegos a la entrada advertían que esa noche, no era otra noche.
Muchachas vestidas de gala por Dalila Tahan con los colores de los vinos varietales con tocados de uvas recibían con un viognier.
Luego, adentro, todos los varietales tenían su bella muchacha.
Si el fuego fue señal y las muchachas varietales marcaron el sendero, los cuadros de Alejandra Jung, no dejaban duda, Manos Morenas es territorio mágico, la decisión de que si, sin dudas, ella puede, es puro gusto y asombro, recorrerlos era pura sorpresa, mientras un músico peruano, de voz deliciosa y actitud divertida, comienza a tocar. Mientras tanto en pantallas de plasma pasan una y otra vez las fotografías de David Gutiérrez.
Los amigos viejos, de siempre, no faltaron, los amigos nuevos, qué duda, bienvenidos y un montón, todos llegaban con una consigna cumplida… traer a sus mujeres, dolorosamente bellas, definitivamente reinas, absolutamente convencidas, sin duda alguna, de que esta noche ellas están aquí, para maravillarnos.
Alguien, Luciano, me menciona y escucho aplausos, eso ya es bueno, me paro frente a todos, y me es muy fácil decir lo que digo…
…que el vino y las mujeres embriagan, que torpe los hombres si no nos tomamos el tiempo y la actitud de degustar, esa suerte, con tiempo.
…que ellas no necesitan razones para instalarse en nuestro alma ni hacer temblar nuestro cuerpo, son embriagantes.
Digo lo que digo y poco importa, el vino que las muchachas varietales me convidaron y esos bocaditos que sirvieron de pulpo, pescado, papas a la huascaína, gracias Alicia, la cheff, delicioso todo y tanta mujer tan bella se hacen cargo y digo lo mío.
Y después, uauuu, la magia, qué digo, yo soy el mago, voy de mesa en mesa, las mujeres me detienen y me preguntan qué varietal soy… y, ya lo dije, el vino me acompaña y me es fácil decirles no sólo que son, si no que serán.
Como un mago de feria, de esos que van de pueblo en pueblo, voy advirtiendo sobre los destinos, soy mago generoso, qué menos, entre tantas sonrisas, miradas, que yo creo sólo para mí, balanceo de aros enormes, piernas que de pronto muestran zapatos que prueban que no hay ingenuidad en ellas, escotes y caderas vertiginosos.

De a poco advierto algo, poco común.

Estoy volando, apenas, para que nadie lo note, pero estoy volando.
Alguien dirá, no Luis, el mago no sos vos, el mago es Luciano Franchetti, él hizo todo, bueno diré, con un poco de desilusión…

Gracias Luciano, por todo y por más.

Y así fue la presentación del libro Cómo enamorarlas con vino de Gonzalo Alonso y mío y fotografías de David Gutierrez en Manos Morenas.

Luis Jait∫

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