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Nueva Sección: La Decoración llegó al Corre

Desde esta edición dedicaremos un espacio a las nuevas tendencias en decoración y ramas afines. La encargada de contar a nuestros lectores sobre bellos objetos, colores, hallazgos y tendencias será Magali Carbonell, especialista en la materia, asidua habitué a lugares dedicados al tema y exploradora de cosas lindas.

Según Magali “Así como la moda, la tecnología, las costumbres, y tantas otras actividades han tomado nuevos rumbos, la decoración no es una excepción, y explora y se mezcla con otras disciplinas, sin descartar, por supuesto, su mirada clásica, que siempre estará presente. Actualmente, el nuevo concepto no va solo, sino que, junto al modernismo o a lo rústico, logra un estilo ecléctico, muy en boga”.

Para nuestra decoradora, “en estos tiempos, prima la plena libertad y quienes habiten el espacio podrán echar a volar su creatividad sin límites a la vista. Se podría decir que no solo es una tendencia libre y  desestructurada, sino que es un poco loca y con mucho color e ingenio”.

Los temas

Los muebles, hay en distintos materiales: maderas, hierro, esterillados, mimbre, ratán, tapizados, etc. Los olvidados muebles franceses hoy se encuentran en plena vigencia pero con una diferencia: actualizados con pintura blanca con pátinas rústicas y tapizados en diversos géneros.

Los cuadros de firma se usan informalmente en el mismo bastidor, sobre todo en ambientes modernos.

La iluminación juega un papel importantísimo a la cual dedicaremos una publicación especial pues hay mucho para hablar. Las cortinas merecen un capítulo aparte.

Existen muchos ítems para mencionar y lo haremos detalladamente, paso a paso en las próximas publicaciones. Esperamos que la disfruten tanto como nosotros.

Con ustedes, Magali Carbonell, Diseñadora de interiores.

En esta ocasión, Magalí nos invita a un ambiente minimalista.

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Se mantiene la tendencia: Reciclar es la consigna -->

Se mantiene la tendencia: Reciclar es la consigna

El reciclado es un estilo de vida, en franca cooperación con el medio ambiente  y en contraposición al consumo desmedido e irresponsable.

He aquí dos propuestas  fáciles y de bajo presupuesto.

Sillas de totora by Jeremías Viano

El joven oriundo de Chivilcoy, afincado en nuestros pagos mendocinos, restauró unas antiguas sillas thonet con totora de telas muy coloridas y estridente azul para la vieja madera. Un acierto de esta joven promesa en el que se sintetiza audacia y tradición.


Araña modelo Eidrian

Una creación de Adriana Sayavedra, llevada a cabo por el electricista chacrense Raúl Peralta, de calle Monte Líbano, y que aprovecha los viejos canastos de hierro para transportar botellas.

“Nada se pierde, todo se transforma”, parece ser el concepto guía de esta buena idea para ambientes rústicos e informales.

Fotos: Ana Garabedián

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El regreso de Colbo, la serie de vajilla cerámica diseñada por Colette Bocara -->

El regreso de Colbo, la serie de vajilla cerámica diseñada por Colette Bocara

Un clásico a la mesa

Surgidos del gres rojo de la cordillera mendocina los platos de Colbo tienen un lugar destacado en las vitrinas de Tiendamalba y ya empiezan a venderse por todo el país.  Las piezas que fueran pioneras del diseño moderno en los años 50 han sido mejoradas tecnológicamente en una plata piloto de San Rafael.

En el pasado las piezas de Colbo fueron un ícono y marcaron una tendencia; en el presente el contexto cultural y político del país, proclive a las innovaciones del diseño industrial, les asegura un eco con resonancias históricas. En sus tres variantes esmaltadas en turquesa, amarillo y verde los platos juegan a la espesura y a la geometría en múltiples usos, haciendo honor a una visión estratégica bellamente resuelta en una casa de la calle Clark según la cual el diseño hace a esas “cosas para la vida”, como definía Gerardo Clusellas -integrante de la Oganización Arquitectura Moderna -OAM-, en los años 50.

Su reedición es una de las buenas noticias de la actualidad ya que detrás de este clásico-moderno está la recuperación de una interesante experiencia productiva que había quedado trunca con la crisis económica de la década del 80. Así las cosas, la historia se vuelve retrospectiva a la vez que reactivadora de un espíritu de avanzada marcado a fuego por la personalidad de su creadora la arquitecta y ceramista Colette Boccara.

Una mujer a bordo de un jeep

Todo lo que hoy puede saberse sobre Colette Boccara y la historia de Colbo ha sido tenazmente trabajado por el investigador y diseñador mendocino Wustavo Quiroga junto con los hijos de la pareja Boccara-Jannello. No es una historia de una sola pieza, es más bien un legado que al narrarse resulta sorprendente por la riqueza de las osadías y las tenacidades de cada período del arte, la vida y también o sobre todo, la economía. .

Hacia 1948, los arquitectos Colette Boccara y César Jannello se trasladaron de Buenos Aires a la ciudad de Mendoza, donde Jannello había sido designado director de la Escuela de Cerámica de la Universidad Nacional de Cuyo. La Escuela tomó la característica de escuela-taller, un formato muy novedoso para la época, que permitía la aplicación inmediata de los conocimientos y resultados académicos. Colette comenzó a realizar sus primeras piezas de cerámica únicas, y en poco tiempo decidió sistematizar la producción. Con el material que había sobrado de la Feria de América- un evento continental celebrado en el Parque San Martín organizado por el gobierno de Juan Domingo Perón para promover los últimos logros en materia industrial- la pareja arma el taller en la calle Clark de la ciudad Mendoza. Allí es donde se consolida la marca “Colbo” que es la abreviación de Colette Boccara asociada a la producción de platos triangulares.

Hacia 1953 produjo las primeras piezas de vajilla en gres, material también conocido como “porcelana roja” por sus propiedades de resistencia y pureza, que ella misma extrajo de la cordillera mendocina. Esto le permitió tener control del producto a lo largo de toda la cadena de valor, desde la materia prima hasta la pieza final.

Entre 1960 y 1965, luego de separarse de Jannello, Colette Boccara invirtió todo su capital en la empresa. Con el aporte de socios, logró ampliar las instalaciones en Las Cañas y 25 de Mayo y adquirir maquinarias para establecerse como “Colbo Gres Cerámico SCA”. En 1967, su juego de vajilla, caracterizado por una fuerte y coherente línea formal, alcanzó el reconocimiento a su calidad con la Etiqueta Roja de Buen Diseño otorgada por el CIDI. Durante los ’70 Colbo logró el mejor desempeño de su historia. De la mano de su hijo Matías Jannello la fábrica mejoró notablemente su eficiencia y productividad, avanzó en el desarrollo de nuevas líneas y estableció una presencia a nivel nacional e internacional. Se incorporó la producción de vajillas decoradas con serigrafías vitrificables de artistas como Libero Badii o Bruno Jannello (también hijo de Colette), para darle valor agregado y personalidad.

A principios de los años 80, una trama de circunstancias asociadas a la realidad económico-política del país y a la realidad personal de Colette concluyeron con el

cierre de la fábrica. Se interrumpió así la historia de uno de los contados casos de

empresas dirigidas por el diseño en la Argentina nada menos que capitaneada por una mujer que usaba el pelo corto y andaba en jeep por los cañadones de Cacheuta, un lugar inhóspito pero sobre todo inaccesible al que ella sí llegaba para recolectar la materia prima de esas canteras en bolsitas. Para entonces, toda la popularidad que se había ganado en el ámbito de arquitectos, diseñadores y gente que estaba asesorada por ellos para armar sus casas y estilo de vida se licuaba hasta desaparecer de  la escena. Había sido importante, la introductora del concepto de diseño seriado, y sin embargo, pocos en Mendoza advirtieron su legado.

En versión gourmet

Con el proyecto de recuperación patrimonial realizado por Fundación del Interior en la conformación de Guón! -una colección de diseño mendocino- el equipo interdisciplinario de esta institución propuso recuperar la experiencia productiva de Colbo para dar continuidad a estas piezas de alto valor intrínseco. Desde 2007, Matías Jannello junto a los diseñadores industriales Martín Endrizzi y Macarena Ponce realizan en Colbo una apuesta por la innovación. Apoyados en nuevas tecnologías, lograron dar continuidad a la herencia moderna y dar respuesta a la demanda de vajilla gourmet planteada por el desarrollo gastronómico-turístico del país. Prueba de este compromiso es la obtención en agosto de 2011 del Sello de Buen Diseño, otorgado por la Subsecretaría de Industria de la Nación.

La nueva fábrica está ubicada en San Rafael, al sur de la provincia de Mendoza, hacia donde se transporta el gres rojo, que es extraído de la Precordillera. El material base es el mismo que el de las primeras facturas en los 50: en aquella época se combinaba el gres con esmalte blanco; en la actualidad, las terminaciones superficiales incluye variedad de colores en los esmaltes, como amarillo, verde y turquesa. La plata se ha enfocado en una primera etapa en el juego triangular sin embargo ensaya mediante pruebas pilotos la fabricación de otras piezas que irán incorporando más rediseño de formas geométricas.

En agosto del 2011 la Subsecretaría de Industria de la Nación le otorgó el Sello de Buen Diseño, un reconocimiento que viene de la mano de otros apoyos y subsidios en curso o en tramitación como es el caso del Fondo Tecnológico Argentino y el IDC –Instituto de Desarrollo Comercial-. Todos, adviértase, están en una misma línea estratégica, empujando un proceso con todos sus eslabones. Cuenta Martín Endrizzi que hoy por hoy en el país, la PYME Colbo es una de las pocas fábricas que trabajan con prensado, una tecnología mecánica semi-automatizada y que además desarrollan moldes, siempre a partir de un estudio previo que duró cuatro años sobre la céramica que es un material muy complejo que pasa por distintos estados. Sumado a esto hay que decir que en el rubro lo habitual no es la fabricación de piezas de diseño argentino, todo más bien pasa por lo que es estandarizado donde además sólo tres industrias nacionales cubren el 10% del mercado mientras el 90% restante es material de importación.

Una cualidad a resaltar es que como la experiencia de Colette, el producto de diseño nace desde la materia primera y recorre toda la cadena de valor. Su importancia ya es nacional y por qué no, también internacional, tal como ocurrió en el pasado, cuando la propia Colette vendía sus piezas a Sudáfrica o lugares muy alejados.

Con la reedición, el logo que era la marca personal de Colette ha sufrido un ajuste formal. Y toda una vuelta de tuerca con buenos resultados a la vista ha resultado del avance tecnológico ya que así se logró aumentar la pureza geométrica y realizar un juego de espesores que no habría sido posible en el pasado dadas las condiciones de fabricación.

Tal como ocurre con Jannello Editora, que comercializa en Tiendamalba la silla W creada por César Janello, Colbo trabaja en conjunto con la Fundación del Interior para la custodia de las piezas patrimoniales, y propone una actualización comercial que ayuda a generar puestos de trabajo, reactivar la herencia material y continuar con el proyecto de investigación y desarrollo en diseño. El archivo Boccara- Jannello pertenece hoy al MEC -Museo En Construcción- de esta Fundación, a cargo de una investigación que llevó a descubrir múltiples relaciones y a ampliar las búsquedas en otros caminos y autores.

Un material por explotar

Es insoslayable que la vajilla de gres o porcelana roja marcó tendencia a nivel nacional y dejó un rastro persistente en el imaginario de nuestra cultura material. Lo increíble es que aún ese material se mantiene ajeno a las oleadas del consumo interno del país. Para Wustavo Quiroga “recién ahora lo que se está haciendo a nivel general es poner en valor ese gres que es un material muy bueno, le dicen porcelana roja, y tiene un montón de propiedades, lo que pasa es que está desvalorizado al lado de la porcelana blanca por cuestiones de implantación sostenida en el tiempo”.

Según señala Martín Endrizzi “el gres tiene propiedades similares a la porcelana, mucha dureza, porosidad prácticamente cero, por lo que en realidad prácticamente no necesitaría ser esmaltado. Y sí es más que notable que no haya empresas que lo exploten siendo que la materia prima la provee nuestro propio medio ambiente natural. En general los fabricantes de vajilla compran la pasta o la barbotina ya preparada a un par de proveedores grandes en el país, es una pena ya que el gres tiene un valor identitario y es que depende mucho del lugar, entonces por ejemplo en la Patagonia lo que hay es gres gris con piedritas, mientras en otros lugares el gress es amarillo. El gress de Mendoza es rojo, ya sólo tenemos que ir a la montaña a buscarla y procesarla. La única razón que frena su aprovechamiento es técnica ya que es un material muy difícil de trabajar aunque con esta experiencia de incorporación de tecnología estamos demostrando que la dificultad se puede vencer y vale la pena”.

Para la fábrica de San Rafael Martín y Matías Janello usan una combinación propia de canteras de San Rafael y de Cacheuta. En estado crudo no son más que piedras de la montaña, pero gracias a tantísimos ensayos de prueba y error realizados por Colette Boccara y gracias también al conocimiento preservado por su hijo Matías, he allí una materia prima clave para la industria nacional con un horizonte de identidad que la historia del diseño argentino ha sabido poner en el lugar de lo clásico. Si han sido creados lejos en el tiempo y tienen tanta vigencia hoy será que la modernidad como tendencia no se licuó, más bien, salió de su letargo como tantas otras estructuras empresariales o plantas industriales que empezaron a reactivarse lentamente a partir del 2007. Al cabo de cuatro años, la experiencia arroja buenos pronósticos: por ahora se fabrican cerca de 3.000 piezas por mes, pero la idea es llegar a producir entre 25.000 y 30.000 piezas por mes, es decir, diez veces más.

A esta optimización industrial se suman planes de invitar a diseñadores, sacar líneas reducidas, trabajar con aplicaciones de artistas invitados para los artículos, y desplegar varias estrategias que tienen que ver con el diseño. En otras palabras, rendir honor a la historia del devenir del diseño argentino que bien podría escribirse como una novela donde los personajes, las disciplinas, los materiales y los escenarios regionales se cruzaran con los de América del Norte y el viejo continente en un curioso zigzag si es que nos detenemos en el amplio abanico de cultura material que se produjo en el pasado en todas las escalas, desde viviendas y vajillas, hasta muebles, transporte y gráfica.

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