Una pareja de agrónomos está al frente de esta cruzada que intenta rescatar el patrimonio vitivinícola frente a la expansión urbana.
Por Francisco Guerrero
“Esta finca tiene más de 100 años, es de la familia, actualmente los jóvenes tienen otros intereses, todo ha cambiado”, comenta María un tanto resignada mientras mira sus antiguos viñedos, los pocos que quedan por la zona. Afortunadamente todavía están en pie y sus uvas aún se convierten en buen vino.
La finca data de 1905 y está inscripta como un establecimiento que produce cerezos, olivos y vid. Se encuentra sobre calle Viamonte, al sur de calle Almirante Brown, muy cerca de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo.
La ciudad avanza y el cemento reemplaza a las verdes hectáreas de cultivo. Desde hace más de 30 años Chacras, Carrodilla y Vistalba experimentan una expansión inmobiliaria fenomenal. Como contrapartida, los vecinos temen que el encanto del lugar se pierda, como pasó con otros sitios que ya fueron incorporados a la urbe mendocina.
Pero hay vecinos que no se resignan a perder la historia del lugar y trabajan para conservar los viñedos que quedan por la zona. Mariana Rodríguez Rolfi y Pablo Caparros, son un claro ejemplo. El matrimonio de agrónomos se conoció en Ciencias Agrarias y llevan adelante una cruzada para defender el patrimonio vitivinícola y biológico de la zona. “En noviembre de 2018, llegamos a la finca de María. Su nieto es un amigo y me dijo: “che, querés ir a ver la finca de mi abuela, que está abandonada”, comenta Pablo. Mariana agrega: “son 1,8 hectáreas que se habían convertido en una selva. Comenzamos a levantar las plantas y vimos que estaban las uvas y dijimos: ya está, vamos a recuperarla”.
Sueños de revolución
El joven ingeniero recuerda que en abril de 2019 un enólogo amigo les dio la posibilidad de elaborar vino con esas uvas. “Hicimos sólo una barrica, para probar y salió bastante bien. Nos propusimos elaborar otro vino al año siguiente y así nació “Sueños de Revolución”, que es el nombre de nuestro proyecto, orientado a tratar de salvar los viñedos que están en el terroir histórico en vías de extinción”, aseguran Pablo y Mariana. Y señalan que este fue el inicio y después se fueron sumando pequeños productores en otras zonas como Carrodilla, Drummond, Vistalba y Perdriel. Desde 2021 elaboran vinos de cada una de esas zonas por separado. “La mayoría de los propietarios son descendientes de los primeros productores. A cada vino de cada finca lo trabajamos nosotros en las bodegas. Lo que hacemos es elaborar por separado, de esta manera, los mismos dueños tienen la posibilidad de descubrir la verdadera calidad de los vinos que pueden resultar de sus uvas”, indica Mariana.
La pareja cuenta que muchos de esos propietarios vienen con la inercia de seguir produciendo “porque es lo que saben hacer, pero no saben cómo seguirán en el futuro, mientras que otros resisten, pero saben que tarde o temprano van a vender la propiedad porque la presión urbana cada vez es más feroz”. Y subrayan: “No estamos en contra de la urbanización, pero nos da mucha lástima que se pierda la historia de Mendoza. Caminar por aquí y pensar que hace más de 100 años que están aquí estas plantas, que se creó un nuevo ecosistema en la zona y que de repente se pierda todo” … Y más adelante destacan: “creemos que deberíamos encontrar la manera de conservar una parte, que se vendan los terrenos, pero que de alguna manera se conserve una porción de este patrimonio biológico, un suelo agrícola que lleva más de 100 años”.
Para graficar la situación, Mariana y Pablo comentan que en Carrodilla recuperaron un viñedo, elaboraron vino durante las temporadas 2022 y 2023, pero ese sitio ahora ya es un barrio.
Informan que sólo en Chacras deben quedar 30 hectáreas de viñedo. “La uva de esta zona siempre ha ido a bodegas para elaborar. A muchos de los productores les pagamos con vino, elaborado con sus propias uvas”, agrega Pablo y cuenta que forman parte de la asociación civil Viñateros Centenarios de la Primera Zona.
“Claramente la temperatura media de Chacras va a cambiar justamente por el avance de la ciudad, por efecto de la isla de calor”, remata Mariana como para tomar conciencia de lo que se está defendiendo.
Premio
El esfuerzo realizado da sus frutos. “Por suerte, el vino de Chacras salió premiado, y eso nos abrió un montón de puertas”, cuenta Pablo. Mariana sigue: “En la Guía Descorchados, fue distinguido como Vino Revelación 2024, con la añada 2021. Ese vino sacó 95 puntos. Son 600 botellas, es una partida chica”.
Los vinos que producen ya se están vendiendo en Buenos Aires. “También estamos pensando en un circuito turístico, porque siempre se termina contando la historia, la cultura y la gente, los turistas quedan maravillados. Es un producto que se vende de Chacras al mundo”.
Como anécdota, la pareja destaca la época de vendimia. “Viene a cosechar toda la familia y ahora se suman amigos. Aseguran que es una experiencia única porque la mayoría no está relacionada a la vida de campo y la conexión con la naturaleza en plena vendimia es fascinante.
“La gente que es de Mendoza, empatiza con la problemática, todo el mundo quiere defender los viñedos, siempre nos avisan que están vendiendo o retirando tales viñedos”, confía Pablo. Y reitera: “sabemos que es difícil decirle a un propietario que no venda”.
Y rematan: “El objetivo utópico es salvar los viñedos, mientras tanto, nos concentramos en inmortalizar en una botella el vino de esta tierra”
Para comprar los vinos
En este momento ya están disponibles los vinos de los viñedos centenarios de Chacras y de Vistalba, añada 2021, que tienen 18 meses de barrica de roble varios usos.
En otra etapa de crianza están los de viñedos de Perdriel, Drummond, Carrodilla y del Valle de Ucos, algunos en barrica y otros ya en botella.
Contacto
IG: @suenos.de.revolucion
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Pablo: 2616295443
Mariana: 2615871208