El país de las grandes oportunidades, como la Argentina de 1920
Se trata de uno de los tres países que copió el sistema impositivo de Argentina, en 1911, cuando junto a Canadá y Nueva Zelanda se separaron económicamente de la corona británica.
El 90 % de las bicicletas que circulan son eléctricas. Todo el mundo trabaja 40 horas semanales y los feriados cobran doble. Desde los 15 años trabajan media jornada y estudian; los adolescentes sólo tienen casa y comida, la ropa y gustos varios se los tienen que conseguir trabajando.
Existe un control muy estricto con los planes sociales y con las visas de trabajo, de todos los que quieren ir a vivir y a trabajar a este país de 26 millones de habitantes.
Los primeros pobladores ingleses fueron presos y estafadores. Hoy solo el 15 % son descendientes de estos pioneros forzados, otro 20 % es de origen asiático, el resto es oriundo de todas partes del mundo.
Hay mucho alcoholismo después de trabajar pero no hay casi mendigos (homeless ) y están trabajando para disminuir este flagelo casi invisible. En la escuela primaria le dan clases sobre los efectos negativos del alcohol, las drogas, la ludopatía y cómo evitar el bulling. Les enseñan el amor al trabajo y a crear el hábito, los beneficios del ahorro, el respeto a la propiedad privada y a ser agradecidos y no resentidos.
Existen muy pocos perros en las ciudades y muy pocos veterinarios. Pero sí muchísimos enfermeros veterinarios que manejan el A B C de nuestra profesión.
Es el país y continente de los grandes incendios pero donde luego todo vuelve a florecer.
En este país el que no trabaja se muere de hambre, y permítanme decirles que el hambre es un buen concejero, más si tienes hijos. El que escribe ha pasado hambre varías veces -por mal administrarme- y les puedo escribir varias páginas.
Australia tiene una economía con muy pocos impuestos, muy pocos políticos y alta rentabilidad. Por esto de todo el mundo quieren ir a trabajar y vivir allí.
La seguridad es casi absoluta, pero las bicicletas igual tienen su candado. Los jubilados que aportaron tienen grandes privilegios y son los mimados de Australia. Un país donde todo se controla, desde lo privado hacia lo estatal. Cuando trabajan son eficientes, no se la pasan hablando de fútbol o boludeando con el teléfono.
No hay ñoquis en el Estado porque los privados “controlan al Estado” . Así de simple.
Trabajan y ganan bien. Por donde mires, sobra el trabajo pendiente, hay mucho por hacer.
En nuestra Argentina, por su parte, hay que hacer tres millones de casas y 60.000 km de asfalto en doble vía, si queremos parecernos a países trabajadores, es decir, hay mucho por hacer también.
Pero un obrero de la construcción en Mendoza trabaja cuatro horas por día (si lo estas viendo) en vez de seis a siete horas y media en Sidney.
Todos conocemos a más de un “ñoqui ” y nos quedamos callados (escupiendo para arriba). Somos cómplices con nuestros silencios y muy culpables de nuestro presente .
Así de simple, así de crudo.
Hay que controlar más, en especial a los que trabajan para el Estado. Es decir: desde lo privado al Estado.
¡A trabajar más!!!!
Ojalá les sirva.
Sergio de la Torre
Veterinario