Por Domingo R. Godoy
Economía Social
Debemos entender que la inflación en una nación es una enfermedad social que afecta a todos los individuos y, por lo mismo, hay que prestarle atención como padecimiento personal. Somos conscientes de su poder letal, pero a nuestro alcance está la atenuación.
El efecto es diferente según los segmentos de población. Las personas y familias con ingresos fijos -asalariados, jubilados, etc.- la sufren en mayor medida: los hogares de menores ingresos destinan una mayor proporción de gasto en bienes cuyos precios han subido. La canasta de esos hogares se concentra en bienes de consumo básico -como alimentos y bebidas[1]- que enfrentan incrementos pronunciados en sus precios.
Los hogares con mayores ingresos dedican más recursos a otro tipo -calidad- de gastos como: educación -aunque ha subido proporcionalmente mucho este mes: 16,4 %-; cuidado de vehículos; comunicaciones, etc. Esos precios aumentan en menor medida, ergo el impacto inflacionario es menor.
La presencia en el mercado amerita racionalidad por parte del consumidor. Eliminar el acto mecánico de “distraídamente” comprar. Exige conciencia, obrar “con conocimiento”. Sugeriremos algunas medidas a tomar desde el punto más débil de la línea económica: la persona, el consumidor, la familia. He aquí las propuestas:
*Evite intermediarios
Los consumidores pagaron en marzo, en promedio, 3,7 veces más de lo que cobraron los productores agropecuarios por sus productos, de acuerdo a un relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.[2]
*Elabore un presupuesto familiar con detalle de ingresos y gastos del estilo de vida habitual.
i. a partir de éste se deberá priorizar los gastos necesarios sobre los superfluos. Antes de comprar algo, considerar objetivamente si es necesario.
- Sea creativo. Programe y analice la composición de sus comidas. Hacerlo para toda la semana genera ahorros en materias primas, gas, etc. Utilice en sus menús, productos “de la estación”.
- Haga un análisis detallado de gastos prescindibles. Recorte alguno para ahorrar. Su costo individual parecería poco, pero en conjunto pueden constituir montos significativos.
ii. Postergue gastos no indispensables mientras el entorno inflacionario permanece.
iii. Rompa la inercia. Pregúntese por qué está comprando ese producto.
iv. Disminuya el entretenimiento. Deberá reducir el esparcimiento; el oneroso y deberá mutar en búsquedas de oportunidades económicas -mejores precios, mayores ingresos, etc.-.
- b. Abandone el individualismo y la vergüenza personal. El mendocino tiene poca vocación solidaria y sufre la vergüenza social. No se une, ni aun en acontecimientos complicados. Se deberían armar uniones familiares o amistosas para compras comunitarias; adherirse a uniones vecinales, mutuales o cooperativas de consumo. Medir precios en esos entes… Comprar en ferias.
- c. Defienda lo propio. Regatee, sin vergüenza. El regateo es ahorro para su familia.
- d. Es momento para la solidaridad. Ante incrementos “disparatados” de precios de productos de primera necesidad, aunque Ud. pueda adquirirlos, no lo haga. No demande en apoyo de los que menos pueden.
- e. Observe las marcas que garanticen calidad, aunque no sean las que acostumbra. Una opción son las llamadas marcas “libres” o “blancas”: línea de productos genéricos que el supermercado vende bajo su nombre. Cuando compra la marca famosa, paga un plus. Eso entra en la competencia monopolística, en la que se gasta “por estar a la moda” …
f. Cambie marcas o formatos. Conviene comprar tamaños más pequeños. Estos productos son más accesibles para niveles de ingresos bajos.
- g. Distinga los precios entre el supermercado mayorista, supermercado y mercadito de barrio. Observe continuamente el comportamiento de los precios. Posiblemente deba parcializar sus compras: algunas en un lado, otras en otro. Hay que caminar. Ante la política de “Precios Cuidados”, se da la particularidad que los supermercados, al estar más controlados, tienen precios menores que los mercados de barrio.
- h. Tenga cuidado con algunas ofertas. El “2×1” es un anzuelo que frecuentemente induce a comprar cosas innecesarias. Otros comercios pueden tener mejores precios. Compare el precio unitario previamente.
- i. Sea precavido con los “meses sin interés”. No es recomendable adquirir muchos productos/servicios con la opción de pagar poco a poco, se puede terminar muy endeudado. Sí conviene el endeudamiento en cuotas fijas, pero el interés debe ser menor que la tasa inflacionaria.
- j. Anticipe la compra de bienes o productos que necesitará en el futuro. Stoqueo. Por ejemplo, adquirir útiles escolares antes de que empiece la temporada escolar.
- k. Diversifique sus fuentes de ingreso para no depender de una sola por si llega a faltar. Buen momento para sacar provecho económico a hobbies y cualidades.
i. En lugar de dejar sus recursos en una cuenta de depósito, invierta en instrumentos financieros alternativos: acciones, moneda extranjera, plazos fijos, fondos de inversión, etc.
ii. Elija productos de ahorro con rendimiento por encima de la inflación.
iii. Considere préstamos “online”. La ventaja del e-commerce es que en algunos productos los precios son más baratos.
[1] El dato preocupante es el aumento en Alimentos y Bebidas (9,2%); tercer mes por encima del nivel general…El Destape (eldestapeweb.com)
[2] Informe CAME. 18 de abril de 2023