Paola Studer *
Estamos viviendo un momento histórico para el mundo, en el que las personas eligen nuevas formas de vivir, sentir y hacer, basándose en el respeto y cuidado del planeta y de nosotros mismos, en la búsqueda de alimentos y sociedades sustentables.
La agroecología es un paradigma nuevo que está presente en los ámbitos científicos, académicos y sociales, tanto en territorios rurales como urbanos, tomando diferentes formas, expresiones y conceptualizaciones. Esto lo impregna de una naturaleza compleja y multidimensional. Diferentes actores sociales (ciudadanos, académicos, científicos, movimientos sociales, agricultore/as, consumidores, estudiantes, etc.), ponen en escena a la Agroecología como paradigma socio-tecnológico, proponiendo un modelo de producción de alimentos con bases científicas y metodológicas que permitan avanzar hacia una Agricultura Sustentable, con diseños tecnológicos fundamentados en el cuidado del medio ambiente, de los recursos naturales -agua, suelo, biodiversidad- y del ser humano, para producir alimentos sanos en condiciones humanas y ambientales sustentable. Los valores como la equidad, la retribución justa al productor, el acceso igualitario a los recursos para producir, el trabajo en blanco, la dinamización de mercados locales y gobernanzas responsables y eficaces integran el norte de la sustentabilidad.
Estos valores le confieren a la Agroecología una naturaleza multidimensional y sistémica, para poder abordar la sustentabilidad y la complejidad sociocultural de los territorios, integrando en el camino una amplia diversidad de realidades y de actores sociales. La multidimensión clásica plantea la existencia de tres dimensiones: ambiental, social y económica. Hoy emergen nuevas como la técnica y la política.
Ahora bien, ¿qué abordan las dimensiones clásicas?
La dimensión sociocultural: representa un sistema constituido por diferentes actores sociales, portadores cada uno de distintos capitales -económico, cultural y social- y las interrelaciones entre dichos actores. Estos actores, ya sean individuales o colectivos -instituciones, organizaciones, etc.- participan de distintas actividades y poseen diversas lógicas que explican sus prácticas en los territorios. Esta dimensión pone de manifiesto el tema del acceso equitativo a los bienes de la naturaleza, tanto en términos intergeneracionales como intrageneracionales, entre géneros y entre culturas, entre grupos y clases sociales y también a escala del individuo. Además, visibiliza la ausencia o presencia de procesos que fortalezcan la diversidad cultural, el pluralismo de la sociedad civil y la reducción en las diferencias socioeconómicas.
La dimensión sociocultural visibiliza la idea de un sistema donde la equidad sea la base para que todos y todas gocemos de bienestar y se garantice el acceso a las necesidades básicas: trabajo en blanco, vivienda, educación, salud, alimentos, ocio, desarrollo personal, etc.
La dimensión económica: aquella vinculada al conjunto de actividades humanas relacionadas con el mercado, el crecimiento, la producción, distribución y consumo de bienes y servicios, el ahorro y la inversión, así como el acceso al financiamiento de los actores territoriales, el tipo de mercados y el acceso a los mismo.
Conjuntamente, se vincula con las lógicas de retribución a los productores, de comercialización, de la inclusión de costos ambientales y sociales y definir el estado de bienestar. Además, en la dimensión económica se busca el logro de un beneficio que permita cubrir las necesidades económicas del productor y su familia y la disminución de los riesgos asociados a la dependencia de los mercados, de los insumos o a la baja diversificación de productos.
La dimensión ambiental: tiene en cuenta el entendimiento de la relación con la naturaleza y el ambiente construido y/o modificado por la intervención humana. Por lo tanto, se observa cómo suceden los diferentes procesos biológicos: ciclo de materia, flujo de energía, cambios sucesionales, dinámica e interacción de las comunidades bióticas -interacción de depredador/presa, competencia, comensalía-, así como el estado de degradación, contaminación, alteración de la calidad de los recursos naturales: del suelo, del agua, de la biodiversidad animal, vegetal y microscópica, de las redes tróficas. La dimensión ambiental visibiliza la idea de protección ambiental de los recursos naturales y los procesos ecológicos, y entiende su finitud (Studer, 2021).
Lo importante de estas dimensiones para la Agroecología son los desafíos que plantean en la búsqueda de un mundo sustentable, en el que cuidemos el planeta y las personas que habitamos en él, haciéndolo habitable y equitativito para todos los seres vivos.
Bibliografía consultada.
- Achkar, M. (2005). Indicadores de sustentabilidad. En M. Achkar et al. Ordenamiento ambiental del territorio. Montevideo: Comisión Sectorial de Educación Permanente, Facultad de Ciencias. DIRAC. Universidad de la República Uruguay, 55-70. Montevideo. 104pp.
-Ferrer, G.; Barrientos, M.; Saal, G. (2007). Construcción del territorio como contexto de las experiencias de extensión rural. Disponible en: http://agro.unc.edu.ar/~extrural/Elterritorio.pdf
-Pengue, W. (2009). La Economía Ecológica y el desarrollo en América Latina. Disponible en: https://www.ungs.edu.ar/cm/uploaded_files/file/ecoeco/eco_eco_yel_desarrollo_pengue2009.pdf
-Studer. P. (2021). Propuesta De Indicadores Y Evaluación De Sustentabilidad Para Viticultores De Perfil Empresarial En La Zona De Luján De Cuyo, Mendoza. Tesis para optar al Título
de Magister Scientae en Viticultura y Enología. Facultad de Ciencias Agrarias. Universidad Nacional de Cuyo. 329pgs.
*Magister Scientae – Ing. Agrónoma. Diplomada como coach y trainer espiritual. Docente e investigadora. Consultora independiente en agricultura sustentable. Consultora en Bioneuroemoción. Creadora de Huerta en Casa y talleres de encuentros con tu Ser. Ha realizado diversos talleres y meditaciones en lugares como Índigo, Centro de Luz Yo Soy, Espacio Silvestre, El Enemigo y Coworking Grape.