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LAS ORDENES RESERVADAS POR PUEYRREDÓN A SAN MARTÍN PARA CRUZAR LOS ANDES

Por Carlos Campana

Muchos de los lectores se sorprenderán al conocer que días previos a la partida del Ejército de los Andes a principios de enero de 1817, llegaron desde la capital del Río de la Plata, unas órdenes reservadísimas que instruían sobre la operación militar en territorio trasandino.

Esta documentación inédita es clave para afirmar que el General José de San Martín, cumplió estrictamente las órdenes de sus jefes superiores desde el gobierno de Buenos Aires, dejando de lado aquellos mitos que nos enseñaron en los manuales de la primaria.

Esas instrucciones, sumadas a la planificación táctica que se llevó a cabo en Mendoza, dieron como resultado la mayor de las victorias que tuvieron las armas de las entonces Provincias Unidas del Sud. De esta manera, podemos el General José de San Martín tuvo una admirable función como el más grandes de los militares que tuvo por aquella época y fue cumplir con absoluta maestría cada uno de los objetivos de aquel plan.

Un correo secreto

El 30 de diciembre de 1816 un correo extraordinario que provenía de Buenos Aires llegó a la ciudad de Mendoza.

El jinete anunció al administrador don Juan de la Cruz Vargas que traía un correo extraordinario del director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata dirigido al flamante capitán general José de San Martín.

El sobre contenía una cantidad considerada de folios y en su carátula decía: “Al capitán general del Ejército de los Andes y estaba subrayado como de carácter reservadísimo”.

El administrador del correo de Mendoza partió súbitamente hacia el norte por la calle de la Cañada -hoy Ituzaingó- y luego de andar unos kilómetros por la calle de la pólvora -actual Lisandro Moyano- llegó al campo de instrucción para entregar la secreta documentación.

Inmediatamente, el Libertador abrió en su despacho el sobre que contenía las instrucciones reservadísimas enviadas por el primer mandatario Juan Martín de Pueyrredón quien lo instruía para concretar la campaña hacia Chile.

Con el título: “Instrucciones Reservadas que deberá observar el Capitán General don José de San Martín en las operaciones de la campaña destinada a la reconquista de Chile” iniciaba al desarrollo de la documentación.

Pueyrredón ordena a San Martín

En esos papeles se detallaban tres importantes temas: el referido a la guerra tenía nueve fojas y se describía en unos 32 artículos; seguidamente se encontraba el tema sobre política y gobernabilidad, contenido en cinco fojas de 15 artículos, y por último el de hacienda, con tres fojas y un articulado de 12 puntos que explicaban cada una de las acciones a seguir.

En el artículo primero, en el tema referido a la guerra el director Supremo instruía al General San Martín sobre lo siguiente: “La consolidación de la independencia de la América de los reyes de España, sus sucesores y metrópoli y la gloria a que aspiran en esta grande (sic) obra las Provincias Unidas del Sur, son los únicos móviles a que debe atribuirse el impulso de la campaña. Esta idea la manifestará el general ampliamente en sus proclamas, la difundirá por medio de sus confidentes en todos los pueblos y la propagará de todos modos. El ejército irá impresionado de los mismos principios. Se celará no se divulgue en él ninguna especie que indique saqueos, opresión, ni la menor idea de conquista, o que se intenta conservar la posesión del país auxiliado”.

El segundo era un tema interesante, ya que solicitaba que “para seguridad de los pertrechos de guerra, víveres y demás artículos que se depositen en los almacenes de reserva y, para establecer un camino o línea permanente de comunicación con la provincia de Mendoza, después de haber cruzado los Andes, construirá una fortificación de campaña en el pueblo, caserío o sitio más aparente, que franquee un paso sostenido de los ulteriores auxilios que deben remitirse”.

En su lectura, el jefe del Ejército de los Andes se detuvo en el quinto punto, que le fue de gran interés y donde se explicaba que “la conservación de la fuerza procedente de estas provincias será siempre la que inspire mayor confianza en la terminación feliz de la campaña. Se evitará por lo mismo cuanto sea posible su desmembración en pequeñas acciones. Se adoptará con preferencia la guerra de recursos, y las armas sólo se empeñarán en los lances de absoluta necesidad, evitando todo combate cuanto sea posible, al principio de la campaña.”

Después de leer los 28 artículos, San Martín pasó directamente al de política y gubernativo, en donde se dejaban bien aclarados los pasos a seguir durante la reconquista del país hermano. La lectura se concentró en el artículo 6º, que proponía lo siguiente: “Luego que la capital de Chile se encuentre libre de la opresión de los enemigos y a cubierto de sus invasiones, nombrará el general, provisionalmente, un ayuntamiento, incluyendo en él cuantos individuos sea posible de los que lo componían por la última elección de los patriotas antes de la entrada de Osorio con las tropas del rey, siempre que aquellas personas no sean contrarias al sistema político que sea necesario adoptar”.

Las instrucciones finalizaban con el ramo de hacienda, donde se aconsejaba al General acerca de algunas acciones relacionadas con las finanzas militares.

Estas órdenes finalizaban con el artículo 12º, que manifestaba lo que sigue: “Sin embargo de cuanto queda manifestado en los precedentes artículos de esta instrucción, no siendo posible prever los acontecimientos en la campaña y las diversas circunstancias del momento, el general en jefe es plenamente autorizado para obrar según ellas en la forma que sus talentos, honor y previsión política juzgue conforme a la conservación y aumento de la gloria de la nación, a su libertad, a su crédito y al logro de la grande empresa que se le ha confiado”

Remataban el escrito las firmas del primer mandatario, brigadier don Juan Martín de Pueyrredón; el ministro de Guerra, José Florencio Terrada; el secretario Vicente López y el ministro de Hacienda, don Juan Domingo Trillo.

Después de leer detenidamente estos documentos –que tenían como fecha el 21 de diciembre de 1816–, el General San Martín convocó a su Plana Mayor, conformada por un pequeño grupo de hombres de confianza para ajustar los últimos detalles con el objetivo de lanzar la operación contra los realistas en territorio chileno en enero de 1817.

A partir del 9 de enero – no el 18 como tradicionalmente se afirma- de 1817, el Ejército de los Andes inició una marcha combinada por varios pasos cordilleranos, culminando en la cuesta de Chacabuco con la victoria final contra el ejército realista el 12 de febrero de ese año y la recomposición del gobierno patriota de Chile, nombrando al brigadier Bernardo O’Higgins nuevo director Supremo del país trasandino.


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