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Un inventor en Chacras de Coria

El creador de cohetes espaciales que espera respuestas

Juan Antonio San Blas nació y creció en estos pagos. El pedemonte era su lugar de experimentación, hasta que la Aeronáutica lo descubrió y lo invitó a trabajar en sus talleres. Hoy, junto a un grupo de especialistas, ha creado un prototipo que ofrece a interesados. En este momento, se encuentran esperando una respuesta del Ministerio de Defensa de la Nación.

Mucho tiempo pasó desde que el vecino de calle Loria disparaba cohetes desde los terrenos del pedemonte del otro lado de las vías, cerca de su casa, junto a dos amigos del barrio: Gilberto  Chacho Álvarez (más tarde el fundador de la sanguchería Fundiola) y Luis Dallapé. Luego de haber pasado años trabajando en los talleres de la Aeronáutica, de YPF y tantas otras fábricas, mientras, en paralelo, en sus momentos libres seguía trabajando en la creación de un motor de pulso detonación controlada,  hoy se encuentra  abocado a la difusión de ese anhelado prototipo, que finalmente construyó junto a un grupo de gente especializada de Córdoba y Buenos Aires, relacionada a la aviación.

De qué se trata este prototipo

“Es la lucha de toda mi vida, y ahora ya casi estoy al alcance de coronar el sueño”, cuenta San Blas y agrega ilusionado: “Ya está funcionando y ésto se puede ver en la demostración. Tengo mucha esperanza de que sirva para algo para el país”.

El invento del que habla Juan Antonio consiste en un motor de pulso detonante, controlado en sus ciclos, y sin válvulas. Su funcionamiento, autosostenido porque no lleva bujías, resulta muy económico y admite distintos combustibles. En el caso del modelo experimental, se utilizó gas butano.

Al ser pulso detonante, genera poco y nada de contaminación. Su diseño permite la total refrigeración de sus componentes por aire. De estructura simple, es muy económico de construir y, lo mejor, con elementos nacionales.

Y, tal vez lo mejor de todo, es que al tratarse de un modelo experimental -pre prototipo-, puede ser mejorado.

Se puede usar como potencia de aviones estratégicos, vehículos aéreos no tripulados, misiles de alta velocidad tierra-aire, aire-tierra.También como motor de transferencia de naves espaciales, control de maniobras de satélite y de aterrizaje planetario.

¿Quién es Juan Antonio San Blas?

Parece que la inquietud por el manejo de la energía le surgió alrededor de los 12 años, ya que en el último año de primaria en la escuela Teresa O´Connor la maestra lo sorprendió fabricando un cohete con una tiza y una hoja de afeitar. Se la pasaba pensando en los rudimentos de las detonaciones, en cómo comprimir el aire y los combustibles, y cosas así.

“Con carburo acetileno hice funcionar un ventilador que había en mi casa, y otros experimentos similares.Y así iba improvisando y practicando. La gente del pueblo me brindó mucho apoyo, me regalaba cosas y elementos para que yo practicara”. En especial recuerda al ingeniero Roby, su vecino, que le prestó su primer libro sobre el tema: “La  aviación en los tiempos modernos”.

Ya de joven armaba excursiones nocturnas al pedemonte con sus compinches para lanzar cohetes. “Cuando nos descubrieron los de la Aeronáutica nos exigieron que avisáramos previamente a la Base Área y que lo hiciéramos de noche porque estábamos cerca del Aeroclub de La Puntilla”. Más tarde le brindaron un taller donde trabajar e investigar. “Recuerdo con mucho cariño al Comodoro Maserini, quien me brindó su apoyo incondicional. Se quedaba largas horas conmigo en el taller charlando y compartiendo.

Apasionado de la electrónica y la automatización, en un momento  montó su laboratorio en su propia habitación. “Logré importantísimas fórmulas que aún conservo. Estoy hablando de picato de amonio, de ……..

En 1965 creó la OCMEE (Organización Civil Mendocina de Estudios Espaciales) para fomentar el desarrollo de ….. Por aquellos tiempos se reunían en en unas oficinas que les prestaba el gobierno provincial arriba del Correo Central, en San Martín y Colón. “También me ofrecieron una beca para irme a estudiar a Estados Unidos”.

Con la llegada de la dictadura cívico militar San Blas debió desmontar su laboratorio, a pedido de su familia, por razones obvias en aquellos años oscuros de nuestro país.

Eso significó un parate en las investigaciones de Juan. Y se dedicó a trabajar en distintas fábricas y petroleras para mantener a su familia.

Transcurrido ese período nefasto de nuestra historia, Juan Antonio se relanza a su pasión y ………

“Pero en la Argentina se hace muy difícil” se lamenta. “Igual nunca abandoné, siempre seguí peleando, de una u otra manera. Y aquí estoy ahora, esperando con mis colegas poder brindar algo a mi país. Que todos estos años de trabajo y dedicación no hayan sido en vano”.

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