La lujanina Nayla Cortez fue la revelación nacional
Dejamos con toda intención para nuestra primera edición del año 2023 el muy merecido reconocimiento a la bailarina oriunda de nuestro departamento, Nayla Milena Cortez, que entre el 21 y el 26 del pasado mes de septiembre fue distinguida como la revelación nacional de danzas árabes del Winter Dance Festival que se desarrolló en el teatro San José de Buenos Aires. Luego de sus dos presentaciones alcanzó el máximo puntaje y así el primer puesto por lo que el jurado la eligió por unanimidad como “la revelación nacional del evento”. Se valoró su elegante y artístico desempeño, finos y rítmicos movimientos, expresividad y dulzura. Se trata de un concurso de danzas de tres días que se realiza anualmente pero que se había interrumpido en las ediciones de 2020 y 2021 como consecuencia de la pandemia. No solo se contempla la competencia en si misma con bailarinas de todo el país sino también otras numerosas actividades como seminarios y capacitaciones. Elogio extensivo a su profesora, Nadya Rojas, que enseña danzas árabes en la academia “Arabes Renacer”, quien primero la preparó de la mejor manera y luego la seleccionó para tan exigente competencia. De Mendoza pudieron viajar 13 de las 20 alumnas seleccionadas y del encuentro en el teatro San José tomaron parte 300 bailarinas de todo el país.
Nayla, de apenas 10 años de edad, cursa el cuarto grado en la escuela Nicolás Avellaneda, y descubrió su amor y pasión por la danza desde muy pequeña cuando apenas tenía 5 años. Su papá, Juan Cortez, es empleado en un sector de empaques de un galpón de leña y su mamá, Layla Ranter, que trabaja como empleada doméstica, es descendiente de árabes. Sus padres hicieron un gran esfuerzo económico para reunir el dinero y que pudiera viajar a Buenos Aires y no ocultan su satisfacción y alegría por el éxito alcanzado. Su mamá cuenta que “Nayla siempre quiso subir a un escenario, bailar, brillar, destacarse. Aprendió de muy chica, con mucha constancia y permanentes progresos gracias a la enseñanza de su profesora que la cuida y la orienta. Además, es muy perfeccionista, siempre procura que todo le salga lo mejor posible. Con mi marido hicimos un sacrificio enorme para que pudiera participar y hoy nos colma la felicidad y el orgullo”.
De igual modo se expresa Nadya Rojas su mentora en el bello arte de la danza árabe: “siento un gran cariño por Nayla a quien siempre le noté excelentes condiciones y un enorme virtuosismo para el baile. Estoy muy contenta de sus logros. Deseo acompañarla en toda su carrera, guiarla, aconsejarla. Ese ha sido siempre mi objetivo, preparar las mejores bailarinas, las más dulces, las más tiernas”. Pese a su corta edad nuestra pequeña vecina reconoce finalmente con un grado de gran madurez: “mis padres hicieron un gran esfuerzo para que yo pudiera hacer realidad mi sueño. No los podía defraudar. Ni a ellos ni a mi familia porque mis cinco hermanas también me trasmitieron su apoyo y energía. El día de mañana deseo ser como mi profesora a quien también le agradezco su esfuerzo y su talento. Mi vocación es la danza árabe, la llevo en la sangre”.
Por José Félix Suárez - Especial para Correveidile